XIX

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Lev y ella pasaron el resto de la tarde tumbados en el sofá viendo Amor de Verano, lloraron, compartieron risas y cuando sus padres volvieron a casa, él los presentó. Sakura pudo ver de dónde había sacado Lev su anatomía y su carisma, ver a su padre era como ver a una versión más mayor de su amigo. Su  madre era una mujer preciosa también, tanto en personalidad como en su físico y él compartía sus ojos verdes con ella. 

Conversaron por un rato y Sakura se excusó pronto para volver a casa, agradeciendo a sus anfitriones por sus atenciones y aceptando una invitación a volver cuando quisiera. 

De vuelta en su hogar, la soledad y el silencio la abofetearon.

Sentía frío, era como un árido desierto en la oscuridad de la noche, y no tardó mucho en encerrarse en su habitación con la compañía de su frazada y su vieja guitarra. 

Hacía mucho tiempo que no la tocaba propiamente, en esos momentos era simplemente un objeto más de su colección, algo a lo que aferrarse con esperanzas de volver a sentirse como se sentía en el pasado. Pasó su mano por la madera, las yemas de sus dedos captaron el paso del tiempo y sintió un tirón en su pecho, no dolería desempolvar sus dotes musicales por un rato. Antes de que fuera muy tarde. 

Era extraño, los callos de sus manos habían casi desaparecido por completo desde la última vez que había tocado algo, la guitarra de repente se sentía muy grande y pesada en su regazo, las partituras eran borrosas… Sakura no se sentía mal, no estaba cansada, entonces ¿por qué todo parecía darle vueltas? Un hilo frío bajó por su mejilla y todo tuvo sentido de repente. Estaba llorando. 

[...] 

El fin de semana pasó más rápido de lo esperado, y el lunes amaneció nublado. No parecía que fuera a llover pero incluso el tiempo no se mostraba muy feliz, sólo lo suficiente para no preocuparse por cargar una sombrilla. 

Kuroo estaba recostado en uno de los árboles de cerezo de la entrada, charlaba con sus compañeros de la primera hora, esperando que fuera el momento de entrar a los salones. 

Bueno, "charlaba" era mentir, simplemente estaba allí haciéndoles compañía. Su mente no estaba con ellos en ese momento, estaba pensando en el entrenamiento de esa noche. Había avisado al equipo que Sakura iba a ayudarles de ahora en adelante y todas sus reacciones fueron bastante positivas. Incluso logró qué Yuuji dijera qué iba a asistir al entrenamiento de esa noche, aunque eso no lo hizo muy feliz luego de sus comentarios de la última vez respecto a ella. 

Detuvo su monólogo interno cuando sintió como tocaban su brazo, desvió los ojos del horizonte y miró a la persona a su lado. No tuvo tiempo de abrir la boca para saludar cuando la chica ya había saltado a su cuello para darle un abrazo. 

–Kuroo-san, no te veía desde la semana pasada –dijo ella mientras se despegaba de su cuerpo, Kuroo le sonrió. 

–No ha pasado tanto tiempo, Matsa-san, nos vemos todos los lunes –respondió él con una sonrisa amable. 

–Has estado muy ocupado con tu equipo de volley –ella rodó los ojos, él evitó fruncir el ceño–. Ya no vienes al bar con nosotros. 

–Iré la próxima vez –contestó él simplemente y se encogió de hombros. 

Por el rabillo del ojo, pudo ver como Matsa apartaba la cara con desdén al no recibir atención de su parte. Siempre era lo mismo, ella intentaba acercarse a él de todas las maneras posibles y él la alejaba de nuevo.

Una voz lo hizo levantar la vista de nuevo y esta vez se desconectó por completo de la conversación, Sakura atravesaba la entrada al lado de Lev, quien parecía tener problemas con la correa de su mochila, Sakura cargaba un par de libros en sus brazos mientras Lev sacudía las correas. 

Blinding Eyes (Kuroo Tetsurou x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora