Unos fanáticos cabeza dura

Los cazadores de titanes

Amity se despertó justo cuando un tenue rayo de sol le dio directamente en los ojos. Tranquilamente se dio vuelta para saludar a su compañera, pero se detuvo al ver que estaba sola. «¿Otra vez?»., pensó mientras se levantaba, se colocaba una bata morada y se acercaba a la puerta.

—¡¿Luz?! —preguntó nada más salir al pasillo de su casa—. ¿Luz, estás...?

—¡En la cocina! —Le respondió una voz desde lejos, calmándola un poco.

Mientras caminaba, fue recibida por el dulce olor del desayuno recién hecho. Al entrar, encontró a Luz ya vestida, sentada y comiendo un pedazo de pan; Stringbean dormía calmadamente en su cuello. Un desayuno igual al suyo estaba cubierto por una servilleta en el asiento de enfrente.

—Buenos días batatita—dijo Luz con una sonrisa—. ¿Te desperté?

—No, ni siquiera te sentí cuando te levantaste. ¿Por qué estás vestida tan temprano? —preguntó mientras se sentaba y quitaba la servilleta de su desayuno.

—Eh... tengo algo que hacer. —Con un mordisco terminó su pan y rápidamente se levantó para darle un beso a Amity, que ella aceptó con gusto. Acto seguido se fue en dirección a la puerta trasera. Justo antes de salir se volvió para verla y agregó—. Tranquila. Estoy preparando una cosa, cuando esté lista tú serás la primera en saberlo.

—Está bien... Suerte.

Solo cuando Luz ya se había ido, comenzó a comer. Desde que comenzaron las vacaciones de la universidad, Luz comenzó a actuar raro: había días en los que salía temprano y llegaba tarde con algunos moretones y pequeñas partes de la ropa chamuscada. Nada que un poco de magia no pudiera solucionar, por suerte, pero seguía siendo preocupante.

Mientras comía su desayuno, la preocupación fue aumentando al punto que la comida perdió su sabor. Dejando el pan a medio comer, se vistió rápidamente y fue junto a Ghost a buscar a Luz. «Sé que esa cosa que está preparando puede ser importante, pero no dejaré que se haga una herida que no se pueda curar»., pensó mientras volaba sobre el bosque.

Buscó por casi todas partes, pero no la encontró. Nada en Huesosburgo, nada en Hexside, nada en el campus de la universidad. Incluso fue a preguntarle a la señorita Lilith si sabía algo, pero estaba tan poco enterada como ella. Al final casi se rindió de buscar, pero aún le quedaba a una persona a quien preguntarle.

Poco antes del mediodía, ya estaba cerca de la casa de Eda. Al llegar, pareció ver movimiento a través de la ventana de la cocina y tocó esperando a que alguien respondiera.

—Uaah... —Eda apareció mientras pegaba un gran bostezo que casi se lo contagió, tanto ella como Raine aún estaban en bata y pantuflas—. ¿Amity... qué haces acá tan temprano?

—¿Temprano? Eda, es casi mediodía.

—Estoy de vacaciones, niña. Tengo que aprovechar.

—Ok... vine a preguntarte algo de Luz y... ¿No huele a que algo se está quemando?

—Es el "desayuno" de Raine. Desde que Camilla le regaló ese libro de recetas a estado intentando hacerlas con ingredientes de las isla. Hasta ahora le han salido pocos platos que califican como "comestibles".

—¡Hola Amity! —gritó Raine mientras hacía desaparecer el humo de la sartén—. ¡No es mi culpa que las tostadas del tal Gusteau se quemen tan rápido!

—Tranquilo cariño, al menos ahora las podremos usar de carbón o tal vez podrías hacer un lápiz.

—Jaja, muy graciosa —dijo Raine sarcásticamente mientras apagaba la cocina y volvía a ojear el libro.