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S, N, ¿¿A??~
1:00 pm

Cuando existen problemas o situaciones que resolver, pensar en escapar de ellos de alguna manera nos hace sentir que estaremos a salvo en otro lugar, porque puede resultar más fácil alejarnos de aquello que nos agobia

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Cuando existen problemas o situaciones que resolver, pensar en escapar de ellos de alguna manera nos hace sentir que estaremos a salvo en otro lugar, porque puede resultar más fácil alejarnos de aquello que nos agobia.

Cuando tu problema es personal puede que no te importe, pero cuando el problema involucra a alguien más, ¿realmente alejarse y evadir el problema es lo correcto?

¿Es correcto dejar que la otra persona guarde la esperanza aunque sepas que no debe y aun así decides no decirle hasta que se canse?

- Hola Soa- saludó tranquilamente el castaño de cubrebocas mientras se sentaba en su lugar de siempre.

- Hola- aquel saludo hizo a Aquino levantar una ceja confundido. Miró a Soarinng más detenidamente, parecía... ¿triste? ¿cansado? ¿O quizás decepcionado? Puede que sea un poco de todo.

Ese no era el Soarinng de siempre.

- ¿Soarinng? ¿qué tienes?- preguntó con inquietud.

- Nada, solo tengo sueño- Aquino no quedó convencido con ello, pero así como era Soarinng, seguro que no le sacaría nada de información por ahora.

- Bien...- un silencio incómodo se presentó entre ambos, Soarinng no quería hablar y eso era muy terrorífico hasta cierto punto- Oye, ¿haz notado que Natalan ya no se sienta con nosotros?- preguntó con curiosidad, notando lo estúpido de su pregunta segundos después.

Natalan nunca abandonaría a Soarinng, ¡él siempre decía eso!

- Ah, ya van como dos semanas- Oh.

- ¡¿Dos semanas?!, ¡solo falté una!-

- Sí, y la otra estuviste con Andreh-

- Pos si huevón, era mi compañero de trabajo- Aquino miró fugazmente al mencionado, saludándolo- Oye, en serio te ves de la mierda- agregó inconscientemente cuando regresó su mirada al heterocromático.

- Ya lo se, no necesito que me lo estés recordando- más frío no pudo haber sonado eso.

- Mhhh- Aquino miró detenidamente a Soarinng, no le agradaba lo que veía. Así no era su amigo.

Un sentimiento nació del de ojos castaños, le entristecía verlo así, pero no se quedaría de brazos cruzados, ayudaría a su amigo en lo que pudiera.

- ¡Hey Nat!- unos paso lo sacaron de sus pensamientos. Aquino saludó al pelinegro que recién venía entrando al aula tratando de llamar su atención. El mencionado giró su mirada hacia Aquino y luego a Soarinng, quien estaba atento a todos los movimeintos de Natalan.

Finalmente, luego de un contacto visual extrañamente largo, Natalan frunció el ceño y caminó hasta el otro lado del salón, sentandose en el último asiento de la última fila, muy cerca de Andreh, de hecho.

O Sol E a Lua || NatarinngDonde viven las historias. Descúbrelo ahora