Capítulo 49

144 23 12
                                    


¡Eyy!

¿Opiniones de capítulos anteriores?

¿En una escala del 1 al 10  qué les parecieron?

En mi defensa, yo les había avisado desde los primeros capítulos. La historia está por terminar y les juro que hago mi mayor esfuerzo para que no sea así, no quiero decir ádios.

Por favor, no se olviden de comentar y votar♡♡♡

49

LEI

De alguna forma no recordaba cómo había llegado a casa, pero ahí estaba, tumbada en mi cama, con mi vista pérdida en el techo. Mis ojos se sentían mil veces más irritados, no tenía que mirar el espejo para saber que estaban rojos e hinchados.

Estaban secos, sin lágrimas. Vacíos.

Vacío.

Vacía.

Llorar hacía que las personas se sintieran cansadas. Me sentía cansada, pero quizás era porque no había podido dormir en toda la noche. Había estado hecha un ovillo recordando cada una de sus palabras, sobrepensando todo y dándome más razones para llorar con los posibles escenarios.

Claro, también estaba la parte de mí que dudaba si todo había sido real.

Sabía que de mi lado todo había sido real, quizás del suyo...

Quizás...

Horas y horas de llanto bastaron para drenarme por completo.

Ese día no fui a la universidad, hice todo por levantarme, pero todo me daba ganas de llorar y para ser sinceros prefería quedarme en casa a un lado del móvil esperando.

Y eso hice, espere.

Espere, durante el primer día, sin recibir llamada.

Espere, durante el segundo día y entonces...

Entendí. No habría llamada.

🎕

No quería quedarme en cama una vez más, solo me habían despedazado el corazón no el cuerpo.

Para ser sinceros, los chicos comenzaban a preocuparse, incluso cuando hice mi mayor esfuerzo por evitarlos en el último par de días.

Me puse de pie lentamente y comprobé que básicamente el cuerpo depende del corazón en todos los sentidos, porque mi cuerpo también se sentía devastado.

Me puse mi ropa deportiva y bajé las escaleras como un zombi. Mis pies pesaban toneladas y aun así tenía planeado ir a correr. Correr siempre me ayudaba, desde pequeña.

Jugar baloncesto me ayudaba aún más, pero sentía que jugar sería como apuntar un arma a mí misma.

🎕

No había sido consciente de la mala idea que eso había sido hasta que de camino comencé a imaginar a Matt esperando a un lado de la puerta para contarle lo mal que me había sentido la noche anterior y que aún me sentía.

Él no estaría ahí.

Las punzadas comenzaron a aparecer de nuevo, pero me obligué a mí misma a continuar.

No tenía por qué dejar de hacer cosas que me gustarán solo porque las hacía con él ¿No?

Era más fuerte que eso.

Nuestras Flores Amarillas [✓]Where stories live. Discover now