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Aegalys se encontraba en su alcoba leyendo. Habían pasado tres días desde esa desagradable charla que tuvo con Oberyn en los jardines.

Simplemente pensaba en su hermana, quería tenerla a su lado, sabía que con Daenerys no se sentiría sola, y seguramente las palabras de Oberyn no la hubieran afectado tanto de tener a alguien a su lado.

No tenía amigos, Doran no podía hacer de su confidente, los plebeyos no le dirigían la palabra a no ser que le avisarán sobre el desayuno, almuerzo y cena, y ni hablar sobre los lores y ladies que se hospedaban en la fortaleza del sol. Solamente le dirigían miradas de reojos cada que la princesa paseaba tratando de ahuyentar la tristeza que poco a poco la carcomía.

"Princesa" la voz de su dama la saco de sus pensamientos.

"¿Que ocurre?" Pregunto.

"Lady Ellaria desea hablar con usted" informó.

Aegalys estaba confundida, no tenía idea quien era esa Lady que quería hablar con ella.

"Está bien. Que pase." Dijo mientras se paraba y alisaba su vestido negro.

Cuando Ellaria entró en la habitación, Aegalys se sintió abrumada por su belleza y confianza. No sabía qué hacer o decir, pero trató de mantener una expresión neutral en su rostro.

"Es un placer conocerla Lady Ellaria " dió la Princesa mientras hacía una pequeña reverencia "¿Qué deseas?", preguntó Aegalys con voz tranquila.

Ellaria sonrió con ironía. " Es verdad lo que dicen las lenguas" decía mientras repasaba a la Princesa con la mirada "Una hermosa Targaryen en Dorne. La belleza de la antigua Valyria corre por tus venas" Aegalys no sabía que responder. Ellaria soltó una risita"No te preocupes, no voy a intentar matarte ni nada por el estilo. Solo quería tener una pequeña charla contigo."

Aegalys asintió, tratando de no mostrar su sorpresa. "De acuerdo, adelante."

Ellaria se acercó a ella, mirándola directamente a los ojos. "Escucha, sé que tu prometido te desprecia por tu sangre Targaryen. No te lo tomes como algo personal, él solo está cumpliendo con su deber político. Pero si quieres tener algún tipo de descendencia, tendrás que tomar medidas drásticas."

Aegalys se sintió desconcertada y ofendida al escuchar esto. "¿Estás sugiriendo que tenga un amante?"

Ellaria asintió con seriedad. "Sí, es la única manera en la que podrás tener hijos y asegurar el futuro de tú casa. Oberyn no te tocará, eso es algo que debes aceptar. Pero eso no significa que tengas que renunciar a tu deseo de tener una familia."Aegalys estaba sorprendida por las palabras de Ellaria

La princesa abrió los ojos con sorpresa ante la sugerencia de Ellaria. "¿Un amante? ¿Cómo puedes siquiera sugerir algo así?"

Ellaria se acercó a Aegalys y la tomó de la mano. "No me malinterpretes. No estoy sugiriendo que te acuestes con cualquiera. Pero necesitas tener un hijo para asegurarte de que tu legado siga vivo. Y si Oberyn no está dispuesto a darte ese hijo, entonces necesitas buscar ayuda en otro lugar."

Aegalys no sabía qué decir ante las palabras de Ellaria. Por un lado, se sentía ofendida por la sugerencia de tener un amante. Pero por otro lado, sabía que Ellaria tenía razón. Si quería asegurarse de tener un hijo y asegurar el futuro de su casa, necesitaba buscar una solución.

Aegalys se quedó pensativa ante las palabras de Ellaria. Sabía que tenía razón en que Oberyn no estaba interesado en ella, y que necesitaba encontrar una manera de asegurar la línea de su familia. Pero el consejo de Ellaria era difícil de aceptar.

Finalmente, decidió que no estaba lista para tomar una decisión en ese momento. "Gracias por tu consejo, Ellaria. Lo tendré en cuenta".

Ellaria asintió, y luego se dirigió hacia la puerta. "No lo pienses demasiado, mi señora. La vida es corta, y a veces debemos tomar decisiones difíciles para lograr lo que queremos".

Aegalys se quedó sola en su alcoba, pensando en las palabras de Ellaria. Sabía que tenía que hacer algo para asegurar su futuro y el de su familia, pero no estaba segura de qué era lo correcto. Sabía que tenía que tomar una decisión pronto, antes de que fuera demasiado tarde.

The Union Between the Dragon and the Red Viper; Oberyn MartellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora