Barcelona
Al día siguiente, por la mañana, estaba toda la casa decorada de navidad. Olivia estaba preparando la mochila del niño mientras que Gavi fue a despertarlo.
El sevillano bajó las escaleras y se encontró con su novia viendo un papel que sujetaba con la mano.
- Oli, ¿Qué pasa?
- Mira.
Le enseñó el dibujo que Adri el día anterior no les quería mostrar. Aparecía de título mi familia y debajo estaban dibujadas 4 personas. Una de ellas era Olivia y ponía encima mami, otra era su abuela y ponía Nana, otro era él y la última era Gavi el cual ponía encima papi.
Olivia estaba muy orgullosa de Gavi por haber conseguido que en apenas unos meses consiguiera ganarse el cariño de su hijo.
Ya era la hora de salida en el colegio de Adrián y sus padres le estaban esperando en la salida para irse ya a Sevilla.
El niño había salido con un papel en la mano y corriendo con la mochila botando de un lado a otro.
- Hola campeón, ¿qué tal tu último día? ¿Te despediste de tus amiguitos?- saludó su padre cogiéndole la mochila y llevándola a los hombros.
- Sí.
- ¿Qué llevas ahí, mi vida?
- Es un papel que me dió la profe Mari Carmen, de inglés. Pone que soy su mejor alumno.
- ¿La profe Mari Carmen sabe que llevas viviendo en Estados Unidos toda tu vida hasta hace unos meses?
- No.
- Ah, vale.
Empezaron el camino en coche. Les quedaban por delante casi 10 horas de viaje.
A mitad del viaje, Adri llevaba casi una hora dormido así que Gavi sacó el tema.
- Oli, ¿tú crees que ahora me va a llamar papi?
- ¿Por qué lo preguntas?
- Porque ayer te dijo "suelta a mi papi".
- A lo mejor te empieza a llamar así.
- Ojalá. Me encantaría que mi hijo me empiece a llamar papá.
- ¿Pero tú no le habías dicho que te daba igual cómo te llamara?
- Lo sé, pero solo digo que me encantaría que pasara.
- ¿No te gusta que te llame Pablito? Porque antes te llamaba gaviota y ahora te llama con apodo más cariñoso.
- Y no me quejo, pero he de decir que me celo un poco cuando veo la relación que tienen Jack y Frenkie. Me arrepiento mucho de no haberte contestado las llamadas en su momento.
- No te preocupes, eso fue hace 4 años y por mucho que te lamentes no vas a volver atrás y cambiarlo. Lo único que puedes hacer ahora es seguir con la relación que tienes con él y si en algún momento te llama papá disfruta del momento.
- Pero la relación que tienen Frenkie y Jack es muy distinta a la nuestra.
- Pablo, no todos los padres e hijos tienen la misma relación. Tú lo estás haciendo muy bien con tu hijo. Adri te quiere tanto como Jack a Frenkie.
De repente el niño se despertó al escuchar su nombre.
- Pablo, no estés triste, yo te quiero mucho.- dijo mientras se frotaba los ojos.
- Y yo peque.
Después de unas cuantas horas más de viaje llegaron por fin a Sevilla. De camino a Los Palacios y Villafranca estuvieron cantando canciones y jugando a juegos para entretener al pequeño.
- Veo veo.- comenzó a jugar Gavi.
- ¿Qué ves?- continuaron diciendo al unísono Olivia y su hijo.
- Una cosita.
- ¿De qué color es?
- Es de color... Azul y rojo.
- Mi camiseta del Barça.- gritó Adri.
- Sí.
Mientras que ellos cantaban y jugaban, Olivia les grababa.
Llegaron por fin al destino, Los Palacios y Villafranca. Gavi tenía muchas ganas de volver a ver a sus padres y a su hermana.
Salieron del coche aparcado enfrente de la casa de sus padres y justo en la entrada salieron estos con una sonrisa de lado a lado.
- Hola hijo.- le abrazó su madre.
- Hola mamá.
- ¿Qué tal el viaje?
- Muy bien, estuvimos jugando a muchas cosas.
- ¿Y dónde está el pequeñajo?
- Estoy aquí.- El niño fue corriendo a abrazar a su abuela.
- Hola Adri. ¿Por qué creces tan rápido?- preguntó mientras le llenaba la cara de besos.
- No sé. Me gusta mucho la hamburguesa.
- Pues justo hoy, hay de cenar hamburguesas.
- ¿De verdad? ¿Las puedo comer ahora?
- No, son todas mías, igual que tú chaval.- vino el abuelo por detrás de la abuela y lo cogió en brazos. Lo lanzó por los aires varias veces mientras que el niño se reía.
- ¿Qué tal Oli?- preguntó su suegra abriendo los brazos con cara apenada.
- Bueno, ahora estoy mejor.
- Siento mucho lo de tu madre cielo.
- Mamá, no saques el tema, por favor.- le dijo susurrando Gavi.
- No pasa nada Pablo, ya lo he superado.- contestó ella con una sonrisa falsa.
- ¿Queréis pasar? Así os enseñamos dónde va a dormir cada uno.- comentó la madre.
- Claro.- contestaron los dos a la vez.
Pasaron las navidades y al niño le habían regalado juguetes, juegos de mesa y una cama para perros.
Adrián no entendía nada. Pensaba que le habían regalado aquello para que durmiera en esa cama, pero los padres lo tenían todo planeado.
El 7 de enero volvieron a Barcelona. Llegaron sobre la 1 de la mañana así que nada más llegar, se fueron a dormir.
A la mañana siguiente, el pequeño se despertó con la cara llena de babas. Sus padres lo estaban grabando todo desde la puerta de la habitación del hijo.
- ¿Por qué tengo la cara mojada? Huelo mal. Qué asco.- se sentó en la cama y al alzar la vista vió a una cría de golden retriever sentado a los pies de la cama.- Un perro.- exclamó entusiasmado.
- Feliz navidad peque.- gritó Gavi.- Los reyes se habían olvidado de dejarte el perrito en Sevilla así que lo dejaron en tu cama.
- ¿Te gusta?- preguntó la madre.
- Me encanta, es muy mono.- empezó a acariciar la cabeza del perro.
- ¿Qué nombre le vas a poner?
- ¿Es chico o chica?