13 Hecho de historias

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"Mi vida ha tocado fondo, estoy en un precipicio, camino sólo por un túnel oscuro, estoy soportando este terrible y cruel día yo sólo"(Hellevator _SKZ)

Moonbin deambula de un lado a otro, no tiene un rumbo fijo ni idea misma de a dónde se dirige. Sólo camina, avanza sin detenerse para alejarse lo suficiente, en un vano intento de dejar todo detrás de él, pero...
¿A dónde huyes de ti mismo?
¿Es posible?
¿A dónde debes ir?
Se siente sofocado, las voces en su cabeza le atacan y no ayudan en absoluto, la culpa instalada en su pecho tampoco es de gran ayuda.

_Estoy ya muy cansado de todo esto... ¿Puedo simplemente rendirme?

Pregunta al cielo, pero no hay respuesta. Sonríe resignado, sabe que siempre es así y lleno siempre lo será, no hay respuesta ni consuelo, no para él.
Continúa su camino aún cuando sus piernas suplican por un descanso, sigue aún cuando su cuerpo parece a punto de colapsar, sigue aunque ya siquiera sabe dónde se encuentra. Perdido, sin rumbo ni dirección tal y como lo estaba su vida...

_Tss, psicología. ¿En qué mierda pensabas Bin del pasado? Una persona no puede cambiar el mundo.

Se queja una vez que ha llegado al muelle. Se sienta en el mirando el amplio lago frente a sus ojos, la imagen es un poco aterradora, las escasas luces artificiales son todo lo que refleja, no hay luna ni estrellas esta noche, haciendo que Bin se sienta mucho más sólo aún. Especialmente cuando su única compañía es la botella de soju que le acompaña en sus manos y las otras dos que aún esperan en su mochila.

_¿Porqué elegí eso? Es decir... Quiero ayudar a todos pero ¿Quién me ayuda a mi? Sigo escuchando y ayudando a otros, sigo dándoles consuelo y consejo, sigo brillando sobre sus cabezas pero yo... Yo estoy tan roto. Tan solo, tan acabado... Cielo, ¿Acaso nadie va a salvarme a mi?

Las lágrimas caen libremente por sus mejillas y se deslizan hasta perderse en su mentón. El desconsuelo es evidente cuando sus lamentos son audibles, el llanto abrumador se apodera de él mientras abraza sus piernas,  el dolor en su pecho haciéndose cada vez más notable, invadiendo por completo, apoderándose de su ser.

Allí en esa soledad absoluta, en esa oscuridad que abarca el interior y exterior de su existencia, allí en medio de esa nube tóxica de pensamientos que parecen apuñalarlo una y otra vez, allí... Así, llegó a la conclusión de que ya no quería ni podía seguir, no así.

"Me duele más reír que llorar. A pesar de que intente aguantarlo y soportarlo no es fácil. Ahora mismo, necesito tu ayuda."
(Run away_ TxT)

La vida de Bin no había estado entre rosas, desde muy jóven aprendió que la vida no es justa y que aveces quienes te aman, son quienes más te lastiman.

Hijo de padres con una relación llena de toxicidad, fué testigo de los malos tratos y abusos de sus padres, los señores Moon se maltrataban mutuamente y un pequeño Binnie de sólo cinco años sufría mucho por ello, especialmente cuando las discusiones se volvían golpes y él debía sacar a su pequeña hermana de tan sólo tres años de allí para protegerla.

El alcoholismo hizo estragos en la pequeña familia, el señor Moon se volcó a sus vicios y se volvió cada vez más violento, atentando contra su mujer y los niños. Bin perdió la cuenta de cuántas veces ha recibido golpes brutales con fin de proteger a su hermanita, e incluso intentando defender a su madre, pero perdió el respeto por esta cuando un jóven Moonbin de sólo catorce años asistía de su mano al centro de urgencias.
Su padre le había golpeado brutalmente hasta que uno de los huesos de su brazo crujió con fuerza haciendo a Bin gritar despavorido por el dolor, se había roto.

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_Vas a decirle al médico que peleaste en la calle_ ordenó su madre

_¿Qué?

_Cuando pregunte qué te pasó, dirás que peleaste en la calle y que unos chicos mayores te hicieron esto

_pero mamá, yo no peleo nunca

_¡Vas a decir lo que te dije! ¿Acaso quieres que se lleven a tu padre?

"Si, quiero que se lo lleven"
_No...

_Entonces haz lo que te digo.

_Pero... Papá me rompió el brazo, madre... Él puede llegar a matarnos un día! Por favor, déjeme decirle la verdad al médico, ellos pueden ayudarnos!

_Cállate Bin-ah!!! ¿Qué demonios dices? No seas exagerado

_Mi brazo está roto! _dijo levantando la voz

_Y te romperé la boca si no te callas ahora mismo. _recibió cómo respuesta

Guardó silencio, no había más que decir, aún si lo hiciera nada cambiaría. ¿Cómo puede su madre elegir a alguien que les hace daño sobre su propio hijo? Nada de eso tiene sentido para Bin pero es su realidad, suya y tristemente la de muchos otros niños en el mundo.

Años después el padre de Bin trató su alcoholismo, como todo adicto en recuperación tuvo un proceso difícil y Moonbin lo sabe mejor que nadie, pues su cuerpo lleva las marcas de aquellas ocasiones en que la abstinencia hacía estragos en mente del mayor y lo volvía incontrolablemente violento. Pese a ello y con el tiempo todo mejoró notablemente, aunque para ese entonces Binnie estaba asqueado de la imagen de "familia perfecta" que intentaban vender sus padres a los demás. Odiaba la forma en que su madre preparaba comidas especiales mes con mes para celebrar de manera alguna otro mes de abstinencia, odiaba la manera en que su hermana se volvió malcriada y presumida de una supuesta familia estable que realmente nunca antes existió, pero sobre todo, odiaba la manera en que su padre hablaba, cómo si fuera un hombre ejemplar, cómo si mereciera el premio al padre del año, como si toda la mierda que lo hizo vivir fuera a borrarse sólo porque él había decidido que ahora era un hombre mejor.
Odiaba a su familia, odiaba estar allí y sobre todo, se odiaba a si mismo.

_Bin, obedece a tu padre y siéntate junto a tu familia. La cena está servida, esta noche es especial _ dijo su madre mientras llevaba un platón lleno de ttoetboki a la mesa

_¿Especial? ¿Qué tiene de especial? _se quejó sentandose junto a su hermana que no les prestaba atención

_Hoy son trescientos días desde que tu padre dejó de beber_ respondió feliz la mujer.

Bin pudo ver cómo su padre se sentó a la mesa sintiendose orgulloso de si mismo y le revolvió el estómago. Siseó fastidiado y puso los ojos en blanco, aquello debía ser una broma, una de muy mal gusto.

_Quita esa cara muchacho. Es importante para mí _ dijo el hombre

_Ajá, como sea._ lo cortó Bin

_Malcriado! ¿Cómo te atreves a responder así a tu padre?

Todos guardaron silencio ante la imperiosa voz del mayor, todos a excepción de Bin quien no pudo contener su risa burlona

_Eres patético _ bufó levantándose de la mesa

_¿Qué dijiste?

_Bin-ah!_ regaña su madre

_Déjalo! _ordena_ ¿Qué dijiste?

_Que eres patético, padre.

Moonbin se para firme frente a su progenitor quien le mira con una mueca llena de enojo, puede ver detrás de él a su madre quien le ve con una expresión de enojo y preocupación y por el rabillo del ojo nota a Sua observandolo como si tuviera cuernos y cola o veinte ojos en la cabeza
¿Era el único conciente en todo este circo?

Noches de insomnio Where stories live. Discover now