¿Que pasa si te enamoras de la oscuridad? ¿Podrás resistirte a ella o acabara sucumbiendote?
Luna es huérfana, pero vive con su tía. Pasaron de la pobreza a estar en la élite Bilbaina, ¿que oscuros secretos esconden? Ademas vive con su primo, ¿podrá...
Me despedí de Luna y cogí el metro para volver a casa.
La noche decoraba la ciudad y las luces de las casas eran sus estrellas, el cielo además estaba despejado, hacía rato que las nubes habían desaparecido.
No tardé mucho en llegar al andén de San Mamés, era una gran estación con muchísima gente. Esa terminal conectaba el autobús, el tren y elmetro, por lo que casi podías llegar a cualquier parte desde ella. Ahí tenía que hacer trasbordo para coger el tren, ya que en mi barrio no había metro.
Iba con los cascos puestos escuchando Team, de Lorde.
Mi cabeza estaba saturada, no sabía por dónde empezar. Había sido un día intenso, por lo menos había hecho una amiga.
Una nueva amiga
Ya eran casi las ocho de la noche y para cuando llegué a casa eran las nueve y algo.
Subí hasta mi habitación sin hablar con nadie.
Nada más llegar me fui a la cama, me quedé horas y horas mirando al techo... dándole vueltas a todas las palabras que habían dicho las madres de las víctimas. ¿Qué conexión tienen entre ellas? ¿Por qué el asesino mataba? ¿Qué era lo que quería?... un millón de preguntas de las cuales no tenía respuesta ninguna.
Esas preguntas poco a poco se acumulaban en mis párpados haciendo que poco a poco mis ojos se cerraran...
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Me desperté con el corazón agitado, mi respiración era entrecortada y estabacompletamente sudado.Probablemente, había tenido una pesadilla, pero no era capaz de recordarla. Estaba muerto de miedo. Las ventanas del balcón se hallaban abiertas de par en par, seguía siendo de noche. La luz de la luna alumbraba la habitación y daba algo de claridad. Me levanté y salí al balcón, de pronto una granráfaga de vientosopló, sopló con tanta fuerza que tropecé y tuve que agarrarme de la barandilla.
Respire hondo.
El viento volvió a soplar intentando derribarme de nuevo, pero yo sostenía la baranda de metal oxidado como si mi vida dependiera de ello. Mis manos se mancharon deóxido, tiñéndose de un naranja sucio, casi tirando a marrón. La luna estaba fraccionada, la mitad de ella brillaba con fuerza y la otra permanecía sumida en la oscuridad. Entonces recordé las palabras de la anciana, "por ello el fuego es tan importante".
Entré de nuevo en la habitación, cerré las ventanas... di un último vistazo a la luna y la negrura volvió al cuarto. Me tumbé y me dormí. Convencido de que la oscuridad acechaba y que nodescansaría hasta que todo sucumbiera ante ella y por ahora ella ganaba la partida.
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