Un día
Es el tiempo que tuve que aguantar para que los idiotas de mis hermanos me sacaran de esta celda horrible. Estaba oscura, había agua goteando de las paredes y el techo y estoy casi segura que los sonidos que escuche eran de ratas.
Conclusión, no dormí nada
Estoy agotada; física y mentalmente. Ni siquiera escuche lo que mis amigos me estaban diciendo, apague todos los sonidos exteriores, pero no mi cerebro, me encontraba repasando los sucesos desde la librería de mi mama hasta este momento. El secuestro de mi mama, la repentina aparición de Kasper y Killian, el encuentro con mi padre, la masacre ocasionada por mi hermano y ahora la ley que cuelga sobre los mestizos.
No sé qué hacer, tal vez debería pararme y presentarme a esos pomposos nobles para decirles que todos se pueden ir al demonio, o simplemente quedarme dormida y olvidar que hay una guerra golpeando en mi puerta.
Qué más da.
Creo que los dioses me escuchan porque percibo golpes en mi puerta que opto por ignorar, no me importa que el mundo se esté acabando, solo quiero fingir que sigo en mi casa y que los sonidos son producidos por mi mama para despertarme y no llegar tarde a la escuela. Extraño esa normalidad que había obtenido desde que me fui de fairy tree.
Era simple, incluso en ocasiones aburrida, pero era feliz. No había personas diciéndome que hacer o como actuar, simplemente era yo. Los recuerdos de mi vida en la tierra me golpean tan duro que me da ganas de llorar y no detenerme.
-Iris. - si no hablo tal vez no me sienta. – vamos sé que estás ahí. - no, no lo estoy. - ¡Voy a derribar la maldita puerta si no abres!
- ¡Lárgate! - es lo único que digo mientras le doy la espalda a la puerta.
-No digas que no te lo advertí. - escucho el sonido de la madera astillándose seguido de un golpe sordo con la pared de piedra.
- ¡¿Qué carajos?! - me giro hacia el imbécil que daño mi maldita puerta, puedo ver a Killian y a Hanna entrando rápidamente, ambos con expresiones preocupadas.
- ¡Oye cavernícola! – me levanto de mi cama sin importarme el aspecto que tengo. – creo que fui clara con que nadie entrara a mi puto cuarto.
-Lo que desees en este momento no tiene importancia. - dice con expresión de enojo. – cámbiate, trata de que sea ropa cómoda.
- ¿Qué sucede? - pregunto sin entender que sucede.
-Tenemos que irnos rápido. - dice Hanna
- ¿Y Jake? - mi mente está trabajando a toda marcha imaginándome todo tipo de escenario.
-Se fue anoche con Arthur, ya deben estar a varias millas de aquí
- ¿Qué demonios?, que sucede, porque tenemos que irnos. - pregunto mientras me dirijo a mi armario y agarro lo primero que veo cómodo.
-Porque los nobles están a unos pasos de autorizar la ley que permite acabar con todos los mestizos, - dice Killian mientras me espera afuera. - Kasper juntos con algunos aliados están haciendo todo lo posible para detener esta locura, pero con la matanza ocasionada por Ronan, lo mas probable es que esa ley ocurra.
- ¿Qué significa eso? - pregunto una vez que salgo del armario vestida con unos pantalones elásticos además de tenis y una sudadera.
-Significa que ustedes dos corren peligro de que las ejecuten. - Puede ver que está enojado, pero en sus ojos también observo que está asustado.
-Pero legalmente soy la hija del rey y Hanna ni siquiera es de acá. - digo con el miedo helándome los huesos.
-Estas bajo sospecha. - nos empuja ambas a una pared de la sala de estar mientras habla. - por lo que tu procedencia no importa y Hanna está en nuestro territorio por lo que también se considera un peligro.
-Dios. - escucho susurrar a Hanna con miedo.
-No te preocupes, no te va a pasar nada. - digo en un intento de consolarla. - No voy a permitirlo.
-Quise quedarme a esperarte. - me dice con un susurro bajo.
Entiendo que a ella le dieron la opción de irse en la noche con Arthur y Jake, pero se quedó por mí. La culpa me obstruye el pecho.
-Chicas, rápido. - dice Killian con urgencia mientras abre un pasadizo que se abre ante nosotros.
-Vamos. - agarro la mano de mi amiga con fuerza mientras entramos en el pasillo.
Si no me hubiera conocido nada de esto hubiera pasado. Talvez ellos estuviesen en casa mirando una aburrida película y no escapando para salvar su vida. Pero en este momento de nada sirve el arrepentimiento, tengo que asegurarme de que sigan con vida.
- ¿Qué hay de los mestizos que trabajan en el castillo? - su vida también está en peligro
-Escaparon por la noche. - dice mientras caminamos deprisa en el laberinto de caminos. - Tus hermanos y yo nos aseguramos que todos estuvieran afuera de los radares de los soldados.
El nudo en mi pecho se suelta un poco al saber que gente inocente no será masacrada. Tengo que parar esto. Tengo que eliminar a mi hermano, ya hecho suficiente daño a nuestro pueblo. Duele, demonios si que duele. Hubiera preferido que fiera una bestia conmigo desde niños en ves del amigo amoroso que me cuidaba de los demás. Pero tengo que dejar el pasado atrás y salvar a mi madre, a mis hermanos y mi pueblo.
-Aquí. - dice Killian mientras baja una antorcha para ver como una pared se separa mostrándonos los establos. Salimos rápidamente evitando a los guardias y los cuidadores.
-Soldados. - escucho un grito dirigido a los guardias postrados en la puerta. Nos escondemos rápidamente detrás de un establo
-Sí, general. – dice uno mientras los otros bajan la cabeza en señal de saludo.
-Me ha llegado una noticia importante del consejo, necesito que todos se reúnan en el patio principal.
-Han autorizado la ley para eliminar a los mestizos, tenemos la orden de capturar a los humanos y mestizos de la ciudad.
- ¡Si señor! – dicen todos al unísono
No, puede ser
Tenía esperanza de que esto no pasara, imágenes grotescas acerca de hombres, mujeres y niños colgados pasan por mi mente, dios, esto no puede estar pasando. Una mano cálida se posa sobre la mía, levanto la mirada para fijarme en los ojos azules me observan con urgencia.
-Larguémonos antes de que esto se vuelva un baño de sangre. - dice tirando de mí.
-Si. - digo aturdida mientras jalo a Hanna detrás de mí
Corremos rápidamente hacia la puerta, solo falta unos pasos para salir de este maldito lugar.
- ¡La princesa escapo! - dice un soldado dando la voz de alarma. No observo lo que sucede, sino que cruzamos la puerta para meternos en los callejones. En este momento es primordial estar lo más lejos posible, después me preocupare del precio puesto en mi cabeza.
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Corazón de dragón
FantasyIris, es una simple estudiante de secundaria, que guarda un secreto. Es un dragón ( o bueno mestiza),pero cuando su hermano amenaza la tranquilidad de ella, tendrá que volver a donde juro nunca regresar. a Fairy tree