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Con eso, Rin se guía hacia adelante para hundirse en el cuerpo apretado y resbaladizo de Yoichi. Yoichi dejó escapar un maullido agudo ante la sorpresa de que Rin tocó fondo de un solo golpe, su espalda se arqueó maravillosamente para presionarse contra Rin. Por la forma en que Yoichi lucha por agarrarse, su uña clavándose en el suelo, no esperaba que ser follado se sintiera tan bien.

Rin deja escapar un gemido bajo cuando el fuego en sus entrañas se vuelve salvaje y se extiende por todo su cuerpo. Yoichi estaba tan apretado a su alrededor, chupándolo como si estuviera hecho para tomar a Rin y sin querer dejarlo ir. Fue recibido con tanta facilidad, las suaves paredes de terciopelo del omega se estiraron felizmente a su alrededor, induciendo un placer aturdidor que lo incita a la acción. Agarra la cintura de Yoichi y empuja sus caderas hacia adelante, iniciando un ritmo rápido que no le da a Yoichi la oportunidad de recuperar el aliento.

-¡Nnh, ahh... no!- Yoichi grita, la sensación de sus cuerpos conectados chispeando como un reguero de pólvora. La cabeza del omega cuelga entre los brazos en los que se apoya. Rin no puede ver su rostro, pero puede ver el sudor comenzando a acumularse alrededor de sus sienes. -Por favor...-

Fue un gemido apenas perceptible que Rin casi no puede escuchar por encima del golpeteo de la piel. Es lo más patético que ha escuchado de la boca de Yoichi, pero puede sentir la batalla interna que tiene el omega. Se está mordiendo y arañando a sí mismo, en una confusión sobre qué hacer cuando está atrapado debajo de un alfa implacable.

-No te preocupes- responde Rin, sabiendo que lo que está a punto de decir no es lo que Yoichi quiso decir en absoluto -Me aseguraré de reclamarte completamente y llenarte hasta el borde con mis cachorros-

Yoichi puede estar atrapado en su cabeza, pero Rin no iba a detenerse por su cuenta. Continúa su asalto, incapaz de detenerse a sí mismo de chocar contra el omega una y otra vez, lo suficientemente fuerte como para dejar moretones que le recordarán a Yoichi su apareamiento durante días. La fricción es enloquecedora, esta sensación adictiva hace que sus colmillos sobresalgan preparándose para reclamar el omega. Su cerebro está confuso, ya no está lleno de tácticas y estrategias de guerra, ahora solo queda un zumbido salvaje y depredador.

-No... ¡mmgh!- grita Yoichi
-No puedo- ¡Ah!- ya sin poder sostenerse, Yoichi cae de bruces sobre el suelo duro. Sus piernas tiemblan y los estruendos comienzan a resonar en su garganta, gruñidos bajos de éxtasis se derraman de sus labios-¡No!-

Los músculos de la espalda de Yoichi se flexionan mientras araña el suelo, uniéndose a Rin en su estado salvaje. Rin aumenta sus esfuerzos, trabajando para golpear el punto más profundo de Yoichi y llevarlo al clímax.

-¡No!- Sigue repitiéndose como un disco rayado, mientras sus gruñidos se convierten en gruñidos con mucho cuerpo -No- No...-

-No te detengas-

En el momento en que el llanto de Yoichi se convierte en súplica, Rin se ríe con crueldad. Aprieta una mano en la parte de atrás del cabello de Yoichi y tira, poniéndolo de rodillas. Con Rin pegado a la espalda de Yoichi, se entierra tan profundo como puede con cada embestida. Pasa un brazo alrededor de la cintura de Yoichi mientras que el otro vuelve a envolverse cómodamente alrededor de su cuello, no para apretar sino para hacer notar su presencia. Para darle una nueva joya, una que esta vez muestra que es reclamado, que tiene un collar.

-Dime, omega- sonríe Rin, listo para escuchar el dulce sonido de la victoria de los labios de Yoichi ahora que ha sucumbido a su omega. Con Yoichi erguido ahora, Rin finalmente puede ver su rostro, desde la forma en que sus ojos estaban cerrados hasta las lágrimas que brotan de ellos y la baba que se acumula en la comisura de sus labios. Tan lindo.
-¿Qué necesitas?-

Dulce Victoria | RinSagiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora