XI. Adore You

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XI. Adore You

Aún en el suelo, en esa posición. La pelinegra siente una mano acariciar con delicadeza su espalda.

Una caricia que la ha despertado de su sueño. Algo que agradece, tan solo por unos segundos.

Creyó que todo era un sueño, pero al notar que sigue en esa posición, se da cuenta que nada fue así, aunque lejos de asustarse. Sólo respira sintiéndose protegida en los brazos de su esposo.

«No fué un sueño después de todo, pero a decir verdad no fue tan malo, aunque no esperaba que Chat se comportara de esa manera» Piensa mientras se relaja olvidandose de todo.

—My Lady, está por anochecer— escucha la voz del rubio que suena suave

«¿Dormimos todo el día? ¿Seguiré así atada?» vuelve a pensar la ojiazul y como si su esposo le hubiese leído el pensamiento, responde con una sonrisa

—Así es princesa, ya casi es hora de desatarte pero durante el día lo haré de nuevo. Para que te puedas acostumbrar ¿De acuerdo? 

En respuesta asiente y empieza a sentir como es liberada de toda atadura. Incluída la mordaza, dejándola por fin hablar.

— No fué tan malo, sólo que tardaré en acostumbrarme a estar atada

— Por eso estarás así varios días — la sonrisa del rubio no se borra, al contrario solo se ensancha aún más al pensar en las intenciones que tiene con su esposa. —, pero mientras pediré que vengan a vestirte para que podamos salir de nuevo.

En ese momento, se dispone a salir sin antes darle un largo beso a su esposa en los labios, queriendo dejarle en claro a quien pertenece.

Pero en ese momento, escucha que la puerta se abre, dejando ver a un joven de cabello negro y mirada verde, algo de lo que ambos monarcas se percatan y voltean, la reina no tarda en cubrirse con las sábanas y el rey se muestra serio.

— Yo...yo lo siento, disculpen, no ví nada — dice apenado el pelinegro ojiverde

— ¿Que se te ofrece Marc? — cuestiona el rubio

—Debes quedarte en el palacio hoy — le informa — Tienes asuntos del reino que atender, y son un poco urgentes

Ante eso el rubio hace una mala cara, olvidó justo que tenía asuntos pendientes. Y pensaba pasar el día con su esposa, que al notarlo disgustado.

—Deberías ir gatito, yo puedo quedarme aquí todo el día — trata de convencerlo la pelinegra pero eso no parece funcionar.

— No, tú vienes conmigo— sonríe el rubio tomando a su esposa aún cubierta con las sábanas

— ¿Cómo? — la pelinegra no se esperó esa respuesta.

— Que estarás conmigo en la sala principal, pero no como reina, si no como mi gatita — al decir eso los ojos del rubio se dilatan al imaginar a su esposa atada de esa manera, a sus pies de él.

La pelinegra al notar la mirada casi indescifrable de su esposo supone que estará atada otra vez, y no será está la última.

—¿Cómo una gatita?— vuelve a preguntar la reina

— Así es amor ¿No te gusta la idea? Ser mi gatita, dejar que te mime como te mereces y como yo sé hacerlo.

La pelinegra se sonroja violentamente ignorando la presencia del pelinegro que se muestra incómodo ante la escena que presencia.

— Ah Chat Noir, no creo que sea una buena idea que hagas eso porque...

— Marc, tengo que recordarte que yo soy el rey aquí — exclama el rey pero su voz suena burlona y a la vez siniestra

"What Once Was Mine" Miraculous Ladybug: Collab Con AriBongiovi ||+18||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora