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Su madre seguía viéndolo, esperando una respuesta que aún no salía de sus labios, estaba bloqueado, el pánico apoderándose de él. La mujer no iba a irse hasta conseguir una respuesta que la convenciera, una respuesta válida, pero era obvio que no la tenía. Parecía ser algo realmente sencillo, escaparse de la escuela quizás no era la gran cosa, pero la señora Lee odiaba las mentiras y la desobediencia.

—Sigo esperando. — se cruzó de brazos, enarcando su perfecta y delineada ceja — ¿Por qué no entraste a la escuela?

Jeno sintió su labio inferior temblar. Ya deja de temer, se dijo a sí mismo, tratando de tener el valor suficiente para enfrentarla. Era demasiado estúpido tenerle tanto miedo a su propia madre, ¿por qué tenía que ser así con él? Frente a los demás, le daba cariño y le hablaba bien, como si realmente fuera común entre ellos ser así, pero en casa, siempre tenía esa seria expresión en su cara, como si estuviera decepcionada de él todo el tiempo a pesar de hacer todo lo que le pedía.

Carraspeó un poco y se tranquilizó, no le quedaba de otra que habar, no le quedaba de otra que hablar, y seguir en silencio solo era alargar esa situación, de cualquier manera, sería castigado.

—Fui al centro comercial. — respondió en voz baja, agachando la mirada.

—¿Con quién? Porque no fue con ningunos de tus amigos de la escuela.

—Fui solo... — agachó la mirada, sabía que si veía a su madre, descubriría que estaba mintiendo.

—Ajá. No te creo, Jeno, mejor dime la verdad, sabes que odio las mentiras. — insistió.

—Esa es la verdad.

—¡Deja de mentir! — se acercó y lo tomó bruscamente del brazo con el fin de que la mirara — ¡Yo no te crié así! ¡No crié a un mentiroso!

Jeno empezó a llorar, tan asustado y triste, pero definitivamente no le diría que había salido con Jaemin, prefería ser castigado antes de que lo alejaran completamente de él, era la única persona que lo hacía sentir bien y no iba a permitir que también le quitaran eso.

—¡No es mentira, ya te lo dije! — alzó la voz, molesto, apartando el brazo de su agarre de manera brusca, pero al instante se arrepintió, ver la expresión sombría de su madre fue aun peor — Yo...Mamá, lo siento, no quise-

Una bofetada, una fuerte bofetada en su mejilla, eso recibió por haber respondido en voz alta. Guardo silencio, negándose a seguir hablando. Su mejilla ardía y sus manos seguían temblando, ¿algún día podrá enfrentar a sus padres con seguridad? Ya no lo sabía, solo quería llorar.

—No vuelvas a alzarme la voz de esa manera. — lo señaló.

Jeno asintió, murmurando unas disculpas poco audibles, como un tembloroso balbuceo. Se asustó nuevamente cuando sintió la mano de su madre agarrando con fuerza su brazo, poniendo sus ojos en el tatuaje falso que Jaemin le había puesto. Volvió a entrar en pánico, eso significaba que de nuevo iba a regañarlo y él solo quería lejos a su madre en ese momento.

—¿Y esto?

—E-Es falso, se p-puede quitar.

La señora Lee lo miró mal y lo arrastró hasta el baño de la habitación, puso su brazo de su hijo en el lavabo y dejó el agua correr sobre su piel.

—¿Estás queriéndome decir algo con esto? ¿Vas a tatuarte de verdad?

—N-No. — respondió con la voz quebrada.

La mujer negó con la cabeza y con fuerza empezó a tallar sobre el bonito dibujo, incluso usando sus uñas para borrarlo. Jeno se quejaba debido al dolor, pero no podía soltarse; su piel enrojeció, aún habían pequeños rastros, pero su madre no lo dejó en paz hasta que ya no vió nada más que la marca de sus uñas muy bien marcadas.

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—No vuelvas a comportarte de esa manera. — dijo con voz fuerte, soltándolo con brusquedad — Que vergüenza que vayan a decir que tú eres así, ¿no te importa lo que digan de nosotros? Si se dan cuenta de que te escapaste de la escuela y haces esas tonterías en tu piel dirán que no te hemos criado como se debe, que no te importa nuestra religión ni los valores que te hemos inculcado, ¿eso quieres?

Jeno no respondió, su piel seguía ardiendo y las marcas se habían inflamado, no podía ni siquiera verla a los ojos, estaba enojado con ella.

—No sé por qué tengo que pagar con un hijo como tú, ¿acaso ves que DongHae es así? Nada te cuesta seguir su ejemplo.

—He tratado de ser obediente y hago todo por agradarles, de verdad trato. — murmuró, incapaz de verla.

—Pero no es suficiente, menos con estas tonterías que haces. Ponte a estudiar y que no se repita. — se giró hacia la puerta, desapareciendo segundos después, dejándolo solo.

Jeno buscó en el botiquín de su baño algo para calmar el ardor en su brazo. Empezó a llorar desconsoladamente, lleno de rabia e impotencia, simplemente sentía que no podía más con todo eso, nunca se había sentido tan enojado con su familia, ¿la religión permitía ese tipo de tratos? Porque si eras así, entonces que se jodan.

Respiró hondo y trató de calmar su llanto, sus ojos estaban rojos al igual que su nariz. Vio su brazo con desánimo, y su pecho dolió, el tatuaje falso ya no estaba, casi se lo habían arrancado de la piel. Buscó en su botiquín unas vendas, y decidió que tenía que esforzarse en ser más fuerte, no dejarse tratar así por su madre, él estaba consciente de que era un buen hijo, nunca le falló de ninguna manera.

Limpió cualquier rastro de lágrimas y se sentó en su escritorio, prestándole atención a sus libros para olvidar ese amargo momento.












—¿Quiénes son los guapos que van saliendo de la casa de Jeno? — preguntó Sungchan, viéndolos desde el balcón de la habitación del peliazul — Llevan el uniforme de esa estúpida escuela de niños ricos y religiosos.

Jaemin se asomó también, viendo a dos chicos salir a paso rápido de la casa de su mejor amigo, frunció un poco el ceño, nunca los había visto por ahí, pero al ver su uniforme, dedujo rápidamente que eran amigos de Jeno.

—Son los amigos de Jeno, llevan el mismo uniforme que él.

—Pero que lindos amigos tiene. — sonrió, cautivado por el par de chicos que desaparecieron en la lejanía.

Jaemin rodó los ojos y rió, apartándose de ahí, no sin antes echarle un vistazo a la ventana de su mejor amigo, pensando en qué estaría haciendo en ese momento.

—Así que... ¿Vas a decirnos qué pasó con Lucas? — preguntó, Haechan desde la cama, haciéndole señas a ambos para que se acercaran a él — Cuéntanos.

Los tres chicos se acomodaron en la amplia cama del peliazul, los otros dos muy atentos a lo que les iba a contar, sintiéndose mayormente curiosos sobre Jeno. En un primer momento, Haechan creyó que sería buena idea contarle lo que Lucas había visto en Jeno, sin embargo, luego de pensarlo, cayó en cuenta de que eso era algo muy personal, no debía meterse en eso, si eran mejor amigos, Jeno en algún momento tendrá que decirle, así que decidió junto a Sungchan que lo mejor era no tocar el tema y hacer como si no supieran al respecto.

Que les llegue la felicidad a ambos por favor , que Jeno tenga esa libertad de hacer lo que quiere (no cosas malas) y que tenga esa valentía que tiene guardada para que enfrente a sus padres y alcanzar esa libertad

1y ago

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Quiere pelea señora? Vengase para darle con la pala que tengo guardada (no pregunten como es que la conseguí pero encerio tengo una) porque a Jenito no se le pega

1y ago

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Forbidden Nomin.Where stories live. Discover now