Esa noche recuerdo haberlo visto con prendas de colores oscuros, con botas negras opacas y lágrimas en sus ojos.
¿Quién soy para decirte qué te quedes? Pensé, alejándome de esta cruda realidad.
Al final, besé sus labios, resecos y fríos, su cara se mostraba inexpresiva, estoy segura de que no había ningún tipo de afecto, pero,
aún así se atrevió a decir ese “Te amo”
Cariño, ¿De qué sirve mentir?
Sí, solo mírate, mírame, ambos somos víctimas de las mentiras.
Mira mis ojos, mira como brillan esta noche, Chico Mío.
Solo el amor puede arder de esta manera, como si cortara mi piel en repetidas ocasiones, como si yo fuera una adicta necesitando de tu atención, solo dime, ¿Dónde está tu amor?.
Él frunció el ceño, me miró con rabia, y se fue, ¿Dónde está tu amor?Corta mis uñas encarnadas, besa las cicatrices que decoran mi alma, y sánalas, cómo si fuera tu último y único deseo.
-Juliet