Su mano se posó en ella, espantando al cuervo que graznó con enojó, Crow realmente no se inmutó por eso. Tomó a la chica por el hombro con una mano, sacudiendo un poco.
Sin respuesta.
El cuervo repetía una palabra incesante que dejaba sin espacio la cabeza del ruso, aleteaba y graznaba con fuerza la palabra 'Volví', no podía hacer nada, respetaba a los cuervos demasiado como para asustarlo o hacerle 'Shush, sush'.
Se inclinó a la chica, mirando sus manos. Tenían escrito "Ginevra Brower" junto a una carita feliz y en la otra palabras en polaco y una dirección. Crow se mantuvo mirando a la chica. No se explicaba algo; si se mudó a Rusia, ¿Por qué tenía la dirección de Polonia? Y sino... ¿Cómo llego ahí? ¿Llegaría ya muerta o camino y ahí ya llevaba días? Se volteó hacía atrás, la cabina del rubio estaba más que lejos y cabe decir que no recordaba bien el camino que tomó. Se quedó dándole la espalda unos momentos hasta comenzar a caminar solo de nuevo pero el cuervo ahora se escuchaba que lo seguía, se dió la vuelta un poco molesto...
La chica lo estaba siguiendo. Carecía de ojo y su cabello pelirrojo maltratado y bicolor por un tono verde claro que notaba sus raíces originales. Tenía un par de cornamentas de las que destilaba suavemente la sangre y su ropa también por un agujero en el pecho, su piel era pálida, con grandes trozos de carne arrancados e incluso curitas en las heridas.
Antes de que Crow pudiera pensar bien, ya estaba en el suelo, con Ginevra sobre él y apoyando su bate en el cuello de la chica. Su pecho subía y bajaba rápidamente y lo único que obtenía de respuesta eran gruñidos suaves pero no molestos, como si la chica no quisiera hacerle daño.Ginevra hizo su boca en pato y se hizo hacía atrás. Estaba sentada en Crow, en su estómago. Él bajó su bate, suspirando y mirando a la chica con el ceño fruncido, no comprendía porque no lo mordió, acercó su mano a su propia nariz y la olisqueo. Su olor corporal era a vainilla con una pizca de canela, luego mordió su mano, no sabía a nada mas que a agua fría por la nieve.
Se mantuvo así un momento. Miró al suelo y la empujó un poco de un hombro, dándole palmaditas para que se bajará de él.
- Anda... No quiero usar mi bate...
La de cuernos parpadeó un par de veces con sutil curiosidad y enojó. Se bajó de él con un par de gruñidos como tratando de arremedarlo como una niña pequeña enojada. No era muy alta, apenas le llegaba un poco arriba del hombro.
Crow se levantó limpiando su ropa de la nieve y tierra. Levantándose con un suspiró.- Qué, ¿No vas a comerme? - Los ojos verdosos de Alek pararon en la bajita, en respuesta obtuvo una sacudida frenética de cabeza de parte de ella. Se pellizco la nariz con un suspiró y se dio la vuelta.
De nuevo solo... Hasta que escuchó que crujía algo tras de él. Se volvió y miró a la zombie tras suyo.
- Quédate ahí. - Le regañó Crow apuntando a dónde ella estaba parada. Sólo parpadeó.
Comenzó ese jueguito, era luz roja, luz verde con una zombie y un sobreviviente. El de mechón casi se sentía como cuando tienes que dejar a un perro de la calle después de acariciarlo. Se acercó a ella y la tomó por el brazo, comenzando a caminar entre gruñidos e insultos al aire, como si eso fuera a ayudarle en algo.
Ocupaba una base.
Tenía que cuidarse ahora a esa zombie.Ginevra seguía con sus ruidos felices mientras el caminaba. Ir por Cameron iba a ser una mala idea pero lo haría. Necesitaba vendas para cubrirla y, quién sabe, preguntarle por donde buscar.
Estar en Tomsk y cerca del "territorio" del Demonio de la Cabina no le sonaba muy convincente... Era peligroso, y ya había visto más humanos ahí que lo habían amenazado y causado las cicatrices a lo largo y ancho de su rostro.
Se sentía extraño.
¿Estaba mal proteger a una zombie en esas circunstancias? Llegó a pensar en el momento que la llevaba con él que, de algún modo, ella lo protegía de los zombies y él de los humanos.
La noche había cernido sus raíces y ahora Crow corría a unos edificios con la mochila en su pecho y llevando a Ginevra en su espalda, sentía a veces, como ella se metía su cabello a la boca y lo masticaba, solo hacía un ruido como "Shushh" y sacudir la cabeza para quitársela de la cabeza. Se sentía como que iba a resbalar en cualquier momento.
Se inclinó para dejarla en el suelo y mirar al rededor con dificultad. Su vista no era su punto fuerte, nunca lo fue. Se abrió pasó entre una puerta de metal pesada con Ginevra abrazándolo por atrás. No dijo palabra ni evocó ruido por ello, se sentía raro sentir afección por una muerta viviente pero bueno, él también se sentía muerto por dentro.
Suerte. Después de días. En el pequeño cuarto no había nada de ser vivos... O muertos, era una tienda de comestibles bastante pequeña para el gusto del ruso. Sus ojos se posaron en todo. Se sentía como si alguien ya hubiera usado ese sitio antes. Estaba muerto. No por haber zombies sino por el carecer de ellos.
Sintió un pequeño peso en su hombro. Ginevra se asomó y gruñó de nuevo, apuntando con su dedo lleno de curitas a una esquina. Seguía tomando con fuerza la cintura del alto.
- Ve... Ni siquiera sé si es buena idea darte de comer.
"Grrhm ghm!", Por respuesta rodó los ojos y avanzó a dónde la chica le dijo. Su mochila se balanceaba aún en su pecho y sus manos tomaban con fuerza el bate, no se inmutó por cerrar la puerta. Era un lugar silencio, tanto que no escuchaba los zombies.
Para la sorpresa del menor, era el estante de dulces. Nunca tuvo un sweet tooth pero al parecer su nueva compañera sí.- Suéltame. Ocupó hacer algo... - Murmuró el alto ruso antes de recibir un fuerte balbuceo que tomó como un no mientras las manos dañadas y heridas de la muerta tomaban los dulces por decenas.
Pasaron unos minutos y ya eran casi las dos de la mañana, Crow ya estaba cabeceando pero ella seguía comiendo dulces como nada.
Quizá ese día no dormía por el capricho de la zombie. Quizá tenía que, ahora, lidiar con una niña...
El cuervo de antes estaba echo ovillo arriba, en el techo, cantando con una voz aguda y molesta su llegada, avisando que había vuelto. Literalmente.
Eso espantaba aún más el sueño de nuestro ruso protagonista.Iba a lidiar con un cuervo.
Iba a lidiar con una zombie que parecía enamorada de él.
Iba a lidiar con limpiar ese sitio para los tres.
Vaya vida.
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The Zombie Song [Crowny]
Science FictionLos opuestos se atraen en la mayoría de veces y, aunque hay reglas, eso no quita que puedan desobedecer. En las frías calles de Rusia, se llena de voces sobre un tabú, impuro y malo ante aquellas reglas y la sociedad. Aún en un apocalipsis tienes qu...