¡Boletas de calificaciones!

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Daniel

Mi corazón estaba tan acelerado que lo sentía latir en la garganta por el miedo mientras subía las escaleras en dirección a mi habitación, debía ser rápido e ingresar pronto,  ya que la persona que me seguía estuvo a punto de agarrarme minutos atrás, cuando llegue a la plata alta gire a la derecha e ingrese a la primera puerta,  esta era mi habitación.

Una vez a dentro y antes que la mano de mi persecutor llegara al pomo de la puerta le di al botón del seguro, asustado y tratando de respirar espere, pero paso bastante tiempo y no escuche su voz desde el otro lado de la puerta. Lentamente me acerque tratando de hacer el menor ruido posible, pero el piso de madera es muy traicionero y dio varios crujidos antes de que lograra.  Al llegar a la puerta lentamente acerqué mi oreja a varios centímetros y no logre oír nada,  con los nervios en el estómago y mi corazón palpitando aun en mi garganta cerré los ojos  y apoye totalmente mi oído, cabeza y manos sobre la puerta para oír mucho mejor, deseaba saber si mi padre estaba en la escalera, planta baja o de plano buscando las llaves de mi habitacion para entra a matarme; minutos antes me persiguió mientras corría por la cocina, pero yo no me deje atrapar, ya que sabía que cuando lo hiciera, primero me daría una paliza con la mano y luego con el cinturón, con ese pensamiento reflexione en voz alta.

- Todo por un estúpido correo de informe mensual de notas de nuestra escuela.- Maldije, sin esperar la respuesta que llego al otro lado de la puerta.

- ¿QUEE? ... Daniel, ¡Ya las enviaron!- Y fue en ese momento en que recordé que Tobías, mi amigo y compañero estaba en casa.- Entonces ¿Ese es el motivo que tú padre se ha puesto como loco?

- Si, es por eso.- Asegure mientras me golpeaba la frente con mi puño cerrado pensando en lo estúpido que había sido, como era posible que olvidara a mi amigo en la sala, si fue él quien me dio el aviso cuando mi padre apareció a mi espalda asustándonos.

Minutos  antes

- ¡CUIDADO DANIEL!- Grito mi amigo mientras bebía una gaseosa en nuestra cocina.

Con Tobías habíamos llegado a casa para jugar videos juegos y pasar la tarde como lo hacíamos todos los días. Sus padres trabajan toda la tarde y llegaban a casa hasta la noche como él mío, así que un día conversando en el colegio surgió la idea y de aquel día para adelante se hizo rutina.

- AYYYY... - ¿Que cuidado con quién?- Dije asustado por el grito.

- ¡Con este loco!- Respondió mi amigo señalado al extraño según él.

- ¡Como que loco jovencito! ... Soy su papá.- Regaño molesto a mi amigo. Al mismo tiempo en la mano de papá se estiraba tratando de agarrar mi brazo.

- Ah.... Bueno, buenas tardes señor, soy Tobías.... – Comenzó a presentarse pero lo interrumpí.

- Papá, pero ¿Qué haces en casa?- Comencé a preguntar, pero me detuve al observar su rostro, mi padre tenía una expresión muy especial cuando estaba enojado.

- Salí antes del trabajo y necesitaba tener una conversación muy seria contigo Daniel Della Morte sobre ¡Lo decepcionado que estoy de ti y de tus calificaciones!- Aseguro al mismo tiempo en que yo me paraliza y él hábilmente cogió mi muñera, se sentó en el sofá negro de la sala y me arrastrara sobre su regazo, aterrado al ver que levantaba su mano para golpear mi trasero me levante rápidamente y corrí escalera arriba hasta mi habitación.

Fin del recuerdo.

- Daniel, ¿Me escuchas?- Pregunto Tobias de pronto sacándome de mis pensamientos.- ¿Estas bien?

"Una Misión Especial"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora