Jisoo subió a su auto y se dirigió a su hogar o lo que solía ser uno, ahora no era más que una casa enorme, una casa donde habitaban dos corazones destrozados y vacíos. Así es, ella estaba de vuelta en aquella casa que antes parecía ser demasiado agradable a la vista, pero que ahora solo le provocaba conflictos en su mente al recordar que ahí fue donde todo se desboronó, en un solo instante como una torre de naipes después de un ligero soplido. Luego de un largo recorrido llegó y estacionó su auto donde siempre y bajó de él, se dirigió a la puerta y sacó su llave, después de introducirla en el cerrojo empujó la puerta y entró, lo primero que notó fue el gran reloj de la entrada que marcaba las 7:00 pm. Jisoo cerró los ojos y dejó su mente divagar en sus recuerdos.
Hace un año exactamente fue cuando Jisoo le abrió la puerta de su casa a aquella rubia de ojos tan expresivos, labios rosas y suaves, más de lo que había imaginado alguna vez, y con una voz tan cálida. Fue hace un año que Jisoo no sólo abrió la puerta de su casa, sino de su corazón a esa persona que ahora había perdido para siempre a causa de su indecisión y de sus miedos, la había dejado ir y no fue capaz de pedirle que se quedara a su lado.
Jisoo abrió los ojos lentamente, recordaba aquel día con tanta claridad que temía por estar perdiendo la cordura. Caminó hacia la sala y colocó su saco en el respaldo del sofá, el mismo sofá donde las presentaron como unas desconocidas hace más de un año, desconocidas que terminarían siendo una versión prohibida y distorsionada de Romeo y Julieta, con un destino peor que la muerte, porque para ella morir hubiera sido mejor, si tan solo Ha Ein no la hubiera visto a tiempo después de que cayó por las escaleras, quizá solo quizá, ahora ya no estaría y podría haber descansado de todo lo que hoy la atormentaba, aquel día no solo perdió a su bebé, también perdió a sus padres quienes la rechazaron por el acto tan repugnante de amar de amar a quien no debía, de amar en contra de los principios que les habían marcado ellos y la sociedad y su hermano, Seokjin, solo le dio la espalda, ambos eran unidos, pero eso dejó de ser así cuando salieron a la luz verdades ocultas, él no podía pensar siquiera en lo que pensarían de la familia a casusa de todo lo sucedido, no podía pensar en la reputación de la familia, así que solo estuvo con ella hasta que se recuperó y pudo salir del hospital, luego de eso no volvió a buscarla y le dejó claro en una nota que lo buscara tampoco. Y Lisa, su mejor amiga, ahora solo contaba con ella. Al principio se alejó de Jisoo pues no sabía cómo reaccionar ante la situación. Se sentía culpable por haber sido ella quien llevó a Roseanne a esa casa, ella sabía que Jisoo y Ha Ein eran felices hasta entonces y ella provocó que eso dejara de ser así, se sentía avergonzada con Ha Ein por ser quien llevó a su amiga ante su esposa. Sin embargo, Lisa amaba a Jisoo como una hermana, era su amiga desde hace muchos años así que después de un tiempo decidió buscar a Jisoo nuevamente para saber sus razones, quería entenderla realmente, ella era una persona bastante razonable y abierta a cualquier cosa que para los demás aún solía ser mal visto, y no iba a negarlo al principio se le hizo difícil escuchar a su amiga hablar de algo que para la sociedad era un tema prohibido a toda costa, pero ella no deseaba juzgarla, así que escuchó a su amiga e intentó comprenderla, de verdad lo intentó.
Una hora más tarde Jisoo despertó abruptamente después de caer del sofá luego de haberse quedado dormida quien sabe en qué momento, se percató de que tenía lágrimas contenidas, no sabía que aún conservaba algunas después de tantas que ya había dejado caer incontrolablemente, desde que tenía memoria no solía llorar, ni siquiera cuando se causaba alguna herida tras caer de algún sitio, solo lo hizo cuando perdió a su bebé y cuando sintió que perdía a la persona que creía amar todavía y a la que realmente amaba, desde ese entonces las lágrimas eran tan frecuentes que la mujer ya ni se percataba de cuando había comenzado a llorar hasta que sentía su rostro caliente por pequeñas lágrimas que recorrían sus mejillas hasta caer al suelo como gotas pausadas de lluvia que amenaza por caer. Jisoo se levantó del suelo y se dirigió a la biblioteca, no quería ser vista por su esposo, que seguro ya estaba por llegar del bufete.
Unos minutos después se escuchó el motor de un auto apagándose, efectivamente Ha Ein había llegado, lentamente y cansado bajó del auto y se dirigió a la puerta, respiró profundo antes de entrar y se detuvo en la sala donde vio el saco de Jisoo, pensó en dirigirse a la biblioteca pero se detuvo cuando escuchó una melodía proveniente del interior, así que solo se dirigió a las escaleras observando a su paso las paredes de madera oscura adornadas con recuadros que protegían las fotografías de lo que fue en su momento un feliz matrimonio, feliz al menos hasta hace unos meses, según lo que recordaba aun sabiendo ahora que desde antes solo había comenzado a ser una farsa, por un lado hubiera preferido no enterarse nunca y continuar felizmente engañado con su matrimonio, porque antes de su ultimo aniversario lo habían sido, eso hoy ya era pasado, sin embargo él no odiaba a Jisoo, se dio cuenta cuando por un momento creyó que podía perderla hace un poco más de un mes cuando cayó de las escaleras, el día que ambos perdieron a su bebé, él se había preocupado tanto por lo ocurrido, por eso mismo no permitió que sus suegros entraran a ver su esposa para reclamarle por la situación que para ellos se habían tornado vergonzosa meses atrás, ese también fue el último día que vio a sus suegros pues no volvieron a aparecerse para saber el estado de su hija, ni ellos ni Seokjin quien renunció al bufete unos días después y dejó de ir a ver a su hermana en cuanto supo que estaba mejor, unas semanas después supo que se habían ido de la ciudad para no pasar más vergüenzas por causa de su hija. Ha Ein se encargó de cuidar a su esposa todo el tiempo en que ella estuvo mal sin que ella lo supiera pues cuando despertó dejó de ir y solo veía a su amiga y a Namjoon, este último mandado por Ha Ein.
Una vez que llegó a su habitación se sentó en la cama e intentó olvidarse de todo por un instante pero no lo consiguió así que solo se dirigió al baño, se duchó, se cambió y luego intento dormir, sin éxito alguno, solo daba vueltas en la cama sin sentido alguno, hasta que escuchó ruidos en la parte baja de la casa, entonces decidió levantarse para ir a revisar, eran las dos de la madrugada según marcaba aquel reloj a la entrada, después de unos cortos minutos escuchó un vidrio romperse y llanto proveniente de la biblioteca, supuso que era su esposa, estaba por darse la vuelta y volver a su habitación pero por alguna razón decidió entrar, sea lo que sea, muy en el fondo sabía que debía afrontar la situación, quería saber cómo llegaron a ese punto, se había negado a saber todo pero necesitaba saberlo, y evitándolo no lograría nada, él aún conservaba la esperanza de que su matrimonio no estuviera tan perdido, así que solo quería escuchar a Jisoo, saber que se había equivocado y realmente lo quisiera a él, Ha Ein estaba dispuesto a perdonarla, solo tenía miedo de perderla como a su hijo o hija que pudieron haber tenido en unos meses más. Una vez que respiró profundo abrió la gran puerta de la biblioteca percatándose al instante del estado en que se encontraba su esposa, yacía en el suelo con una herida en la mano a causa de una aparente cortada, a su lado había vidrio y una botella de vino casi vacía y una copa rota, Ha Ein se dirigió a su habitación de inmediato para buscar algo con que detener el sangrado, luego de revisar entre cajones halló vendas y el agua oxigenada, los tomó y bajó de nuevo a donde se encontraba su esposa, con cuidado ayudó a Jisoo a levantarse y la acomodó en el asiento frente al piano y en silencio comenzó a curar su herida, ella solo la veía con lágrimas en los ojos y no pudo evitar ver a su esposo a los ojos sintiéndose culpable y viendo a su paso un par de lágrimas de él también caer por su mejilla, él solo desvió la mirada intentando ocultarse. Una vez que vendó su mano le ofreció ayuda para levantarse y llevarla a su habitación, Jisoo solo ignoró el gesto y empezó a hablar algo aun entendible a pesar de haber bebido más de lo que estaba acostumbrado.
-Mañana arreglaré la biblioteca, perdón por el desorden, también repondré la ventana, no creí que se rompiera- soltó
-No te preocupes por eso ahora- habló casi en un susurro –hay cosas más rotas que esa ventana- siguió con molestia y dolor, porque realmente le dolía todo esto
-Lo lamento- habló Jisoo levantándose del lugar y tomando un cigarrillo de uno de los estantes
-Creí que ya no fumabas- chistó Ha Ein
-No lo hacía, pero ahora es necesario- se excusó
-Deberías dormir- sugirió el mayor
-¿Dormir?- bufó –Dime Ha Ein, ¿acaso tú lo haces?- cuestionó mientras su esposo solo guardó silencio. –Supongo que no, tu estadía en esta biblioteca en este momento lo explica, ¿no?- bufó nuevamente
Ha Ein ya no aguantaba más así que soltó lo que llevaba dentro de su mente, esa noche Jisoo y él hablarían, ni siquiera le importaba que Jisoo no estuviera tan consciente en ese momento, solo quería la verdad.
-Desde cuándo salías con ella- preguntó sin rodeos
-¿Qué?- se sobresaltó Jisoo por la pregunta repentinamente
-Sabes de lo que hablo, ¿desde cuándo tú y esa zor…?-
-¡Cuida tus palabras!- advirtió la menor sin dejar que terminara la frase
-Bien, ¿desde cuándo tú y esa mujer se mofaban de mí?- volvió a preguntar con más calma, la poca que podía conservar.
-Nunca quise burlarme de ti- admitió –todo empezó días después de la boda de Jennie- siguió
Era 3 de junio de 1962 la boda de Jennie por fin iba a realizarse después de haberse pospuesto unos meses más debido a un accidente que sufrió su prometido, pero ahora estaban bien así que hoy era el día de la boda, todos estaban sentados en sus respectivos lugares, todo iba bien con la pareja e invitados. Minutos más tarde se repartieron los alimentos y seguido de eso vino el baile, los hombres estaban festejando junto al novio como de costumbre y las mujeres junto a la novia, sin darse cuenta Jisoo y Roseanne se habían dirigido al mismo lugar, Roseanne huyendo por un momento del olor a cigarro que desprendían algunos hombres a su alrededor y Jisoo buscando un lugar donde fumar.
-oh, no esperaba encontrarte aquí- habló Roseanne disimulando que no le molestara el olor del cigarrillo que sostenía la mayor en su mano
-me sentía nerviosa ante tanta gente, lo siento, sé que debo dejarlo, pero hoy podría ser una excepción, ¿no?- suplicó. Roseanne inconscientemente, o quizá muy consciente de lo que haría, se acercó a la mayor y con su mano retiró la mano de la contraria alejando de ella el cigarrillo, haciendo que el mismo cayera al suelo, seguido de eso puso su otra mano en la mejilla de la mayor y la recorrió hasta tocar sus labios lentamente, la mayor se puso nerviosa ante la acción así que se alejó dando un paso hacia atrás, -¿qué haces?- cuestionó alterada, -en este momento no lo sé exactamente, pero quizá después de lo que haré pueda saberlo- soltó, -¿y qué se supone qué es lo que har…?, la mayor no pudo terminar de hablar cuando sintió el impacto de unos labios contra los suyos haciendo que sobresaltara en gran manera, alejándose al instante de la menor soltándole una bofetada, misma que más tarde le dolería a la menor, por ahora no le importaba, Jisoo se movió de inmediato intentando volver para buscar a su esposo y pedirle que se fueran, pero alguien la detuvo antes
-¡detente!-pidió la menor
-¿qué sucede contigo?- cuestionó la mayor alterada
-honestamente no puedo contestarte algo lógico si es lo que quieres saber, pero puedo decirte que me he enamorado de ti, eso quizá esté mal, pero es lo que siento, y, ¿no puedo mentirme a mí misma, cierto? – explicó
-¿enamorada?, ¿tú de mí?, ¿te has vuelto demente?- cuestionaba con enfado y confusión
-sí, sí y en cuanto a lo último, la respuesta depende de lo que tú consideras estar demente, si crees que demente es amar a una mujer siendo yo una, entonces sí, sí lo estoy pero por ti- se excusó burlonamente
-no te quiero ver de nuevo- exigió, -por si lo olvidas- mostró el anillo en su mano –estoy CASADA- dijo en volumen más alto, -casada con un hombre al que amo y respeto, no con una mujer, ¿entiendes?-
-lo entiendo muy bien, pero no me importa- espetó, -llámame egoísta porque lo soy a partir de este momento, lo soy porque te quiero a ti, no me importan los demás, solo tú, y, ¿recuerdas el día que entré a tu casa como instructora por primera vez?, ese día susurré un “perdón”, mentí sobre la causa, en realidad, te pedía perdón porque a partir de ese día sabía que perdería la razón al tenerte cerca y que en algún momento eso acabaría en lo que hoy sucede y que también sería tu perdición, porque lo soy y lo seré, puedo verlo en tu mirada, la forma en que te tensas cada vez que sostengo tus manos para mostrarte alguna nota sobre el piano o de cuando beso tu mejilla como saludo, la forma en que te has detenido para escucharme ahora en vez de simplemente marcharte, sé que sientes algo, aunque no lo aceptes, te darás cuenta, estoy segura de eso, además tardaste seis segundos antes de rechazarme, es decir, no te quitaste de inmediato, lo que me hace pensar que quizá también lo deseabas, en el fondo probablemente alguna vez lo hiciste vagamente, ¿no?- expresó la menor mientras que Jisoo solo se quedó inmóvil, intentando procesar cada palabra que la menor acababa de pronunciar, -¿acaso también lo deseaba?- se preguntó a sí misma en su mente, -¡por supuesto que no!- se defendió intentando convencer a la contraria aunque sonó más como para convencerse a sí misma, Roseanne rió hacia sus adentros, -¡vamos Jisoo eres abogada!- rió –te sobran habilidades para defenderte, pero ahora, ¿no tienes algún argumento?, lo que has dicho no me convence, sin embargo a veces las palabras se pueden omitir y buscar una respuesta de otra manera- habló mientras mostraba una sonrisa algo malévola pero hermosa, algo que no pasó desapercibido para la mayor quien se puso nuevamente más nerviosa de lo que estaba, -¿d…d…de qué hablas?- tartamudeó maldiciéndose así misma por sus nervios nada disimulados, -hablo de acciones- espetó mientras se acercaba a la mayor y la tomó de la cintura para acercarla y besarla una vez más, pero esta vez por más tiempo y con la diferencia de que Jisoo no se alejó, al contrario, esta vez ni se inmutó y siguió al ritmo de la menor. Luego de unos segundos que para las dos presentes en ese lugar habían sido los más largos de su vida y a decir verdad los más riesgosos pues si no lo recordaban estaban en una boda donde lo que sobraban eran personas, aunque si eso era riesgoso en ese instante lo que vendría después sería mil veces peor, pero no lo sabían y tampoco importaba, no ahora, -creo que tengo una respuesta- habló Roseanne primero, -respuesta, ¿de qué?- cuestionó la mayor, -sientes algo por mí también, a eso me refiero- afirmó la menor –lo de hace un momento no es nada, solo olvídalo quieres- habló una molesta Jisoo -¿tú lo olvidarás?- cuestionó –lo haré– aseguró, -lo dudo, no creo que quieras olvidarlo y aunque fuera el caso no lo harás- siguió firme, -¿qué pretendes con esto, eh?-cuestionó –no pretendo nada solo quiero que aceptes que tú también me am… - Jisoo - habló Ha Ein interrumpiendo la conversación –te estaba buscando dentro- rió, -oh, lo siento cariño solo quería tomar algo de aire y me quedé conversando con Roseanne que también estaba fuera- explicó –entiendo- asintió –quieres entrar y bailar un poco- sugirió, -claro- asintió encaminándose hacia dentro junto a su esposo y dejando a Roseanne atrás disculpándose amablemente para marcharse.
Jisoo y Ha Ein bailaban en la pista junto a varios invitados más siendo observados por una molesta y a la vez feliz Roseanne, molesta porque no terminó de hablar con la mayor pero feliz porque sabía que tenía razón al afirmar que no era solo ella la que sentía algo por la contraria y eso le daba esperanzas, una esperanza que la haría hacer cosas que quizá no imaginaba hasta ese momento pero que después serían el inicio de un caos.
Jisoo siguió recordando más cosas mientras Ha Ein la escuchaba con tristeza.
-Y así se dieron las cosas hasta que te enteraste después de eso ya sabes el resto- terminó
-Entonces, ¿la amas?- Ha Ein preguntó directamente esperando que Jisoo diera una respuesta negativa
-sí- dijo sin pensar dejando en el suelo cualquier ilusión de Ha Ein por resolver las cosas
Ha Ein solo se levantó y salió de la biblioteca dirigiéndose a su habitación, había escuchado lo que no hubiera querido escuchar pero tenía una respuesta que es lo que deseaba después de todo.
Unos días después…
Jisoo llegaba al trabajo como de costumbre, todo era un caos igual que en su mente, pero al menos hacía que dejara de pensar en sus problemas, o solo se engañaba a sí misma, seguía rodeada de problemas, claro que de otras personas, pero igual tenía que resolverlos.
-curioso- pensaba ella, -debo resolver problemas de personas que ni conozco, mientras que yo me estanco en los míos y nadie puede ayudarme, si hubiera pensado las cosas más desde un principio quizá todo fuera diferente, quizá cada quien hubiera tomado su camino o quizá todo pudo ser peor- se cuestionaba a sí misma mientras intentaba leer los documentos que tenía en su escritorio, claro no había prestado atención a ninguna palabra de esos papeles, todo su cerebro trabajaba solo para cuestionarse cosas que no tenían manera de ser cambiadas.
Las horas pasaban demasiado lentas dentro de ese bufete pero una vez que Jisoo terminó todo sus pendientes se dirigió a la salida y subió a su auto para conducir en dirección a su casa, sin embargo se detuvo un momento cerca del parque para pensar un poco, habían ocurrido tantas cosas, ella y Haein no hablaban desde que ella regresó del aeropuerto y se quedó en la biblioteca, al parecer no recordaba lo de aquella noche y todo lo que le contó a su esposo, pero sabía que algo había dicho o hecho, pero no le importaba ahora, ya había pasado medio mes aproximadamente así que no tenía caso preocuparse por eso, Haein trataba de evitarla a toda costa, a veces se quedaba en el bufete a trabajar hasta tarde o dormía ahí o también volvía antes a la casa para no coincidir con su esposa, definitivamente esa casa se había vuelto el punto de reunión de dos extraños, no había otra manera de ver las cosas, solo dos extraños en una misma casa, que en cierto momento estuvo habitada por dos seres que se amaban, ya nada de eso existía y debían lidiar con eso. Una hora después Jisoo se puso en marcha nuevamente hacia su casa pues el sol ya se estaba ocultando lentamente y la noche no tardaría en caer, minutos después ya estaba frente a su casa, bajó del auto como siempre y se dirigía a la puerta de su casa cuando un hombre se interpuso en su camino, Jisoo preguntaba quién era pero aquel hombre solo se acercaba amenazantemente hacia ella así que se asustó e intento volver al auto pero aquel hombre la jaló hacia él y puso su mano en su boca para evitar que gritara para pedir ayuda, la empujó hacia la pared de un costado de la casa y empezó a hablar alzando la voz.
-tú eres una de esas personas asquerosas que creen que pueden pervertir a la sociedad, ¿no?- desafiada con su voz aquel hombre
-no sé de qué habla- intentaba decir Jisoo casi inaudible por la presión de la mano del hombre en su garganta
-¿ah no?- rió el hombre. –Te recuerdo claramente, tú estabas en el parque una noche con una mujer dentro de ese auto besándose- dijo mientras apuntaba el auto de Jisoo -¿qué clase de escorias son, eh?- soltó con odio. Jisoo inmediatamente recordó aquel día.
Flashback
Roseanne había dado por finalizada la clase y Jisoo se ofreció a llevarla a casa pues su hermano había usado el auto y solo había dejado a su hermana en su casa. Roseanne aceptó y se pusieron en marcha, en el camino se detuvieron cerca de un parque para conversar.
-Jisoo- habló la menor rompiendo el silencio
-dime-
-te amo mucho Jisoo, quisiera verte más tiempo, despertar contigo nuevamente como aquel día, aunque fueron solo unas horas, para mi son las mejores, quisiera volver a tenerte en mis brazos sin miedo a perderte y saber que tienes que volver a casa junto a otra persona que no soy yo.
-Rosie sabes que yo también quisiera que fueras tú la persona la primera persona que vea al despertar, pero las circunstancias no son las que quisiéramos, y nosotras aceptamos las cosas así- habló la mayor
-lo sé, pero eso no quita que esto sea difícil de manejar- habló intentando disimular su molestia
-la próxima semana iré a hablar con unos señores que necesitan resolver un asunto relacionado con su empresa, se encuentra al otro lado de la ciudad y Haein no podrá acompañarme, así que iré sola, estaré dos días, salgo el viernes por la tarde y vuelvo el domingo en la tarde, y si quieres podemos ir juntas, sé que no es mucho pero al menos podremos estar un par de días- sugirió la mayor
-sí, sí quiero amor- respondió emocionada la menor y acercándosele para besarla, beso que la mayor correspondió con gusto, poco a poco se volvía más intenso hasta que escucharon un ruido cercano y se separaron repentinamente, vieron a un hombre alejándose después de dejar unas bolsas que parecían ser de basura dentro del contenedor, Jisoo solo arrancó al auto y siguió el camino a casa de la menor.
Fin del flashback
–Si creen que pueden lucirse como si nada en donde sea están muy equivocadas- espetó sacando a Jisoo abruptamente de sus recuerdos, -no permitiré que cosas como ustedes anden tranquilamente por ahí arruinando a los demás, ustedes solo tienen un lugar, ¡el infierno!- gritó el hombre mientras sacaba una cuchilla de su pantalón.
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Fall
FanfictionEl amor se siente como las estaciones, en especial como el otoño, cuando todo cambia, cuando la naturaleza se reviste de colores distintos para después despedirse de ellos y darle la bienvenida a otros, el otoño marca un antes y un después, las hoja...