III

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- ¿Uh? - bostezé

Me desperté sin camiseta en el sofá de mi casa, tapado por una única manta blanca y fina. No recordaba nada de lo que había pasado el día anterior.

- Que puto dolor de cabeza - dije dirigiéndome a la cocina, donde estaba Boris.

- ¿Que haces? ¿Y que hacía en el sofá?

- Estoy haciendo Rugelach. Yo haber sido gran cocinero en Polonia, sabías?

- Pero si eras un niño pequeño cuando estabas en Polonia.

- Hey, yo no te juzgo basado a como te ganabas el pan de cada dia cuando ser pequeño.

- Ya, eh, no me has contestado la segunda pregunta.

- ¿Cuál?

- ¿Que hacía sin camiseta en el sofá?

- Aaah. Ayer nos liamos.

- ¿Que mier- ¿Enserio?

- Sí, ¿porque te mentiría?

Me senté en uno de los sillones al lado del sofá para reflexionar un poco sobre lo que Boris me acababa de decir.

- ¡El desayuno está listo! - dijo dejando un plato con una especie de mini croissants con chocolate.

- No quiero - respondí con la mirada fija en el suelo

Boris se me acercó, se agachó y me miró desde abajo.

- Se que puede que te parezca raro pero ya sabes, estábamos pedos, drogados, borrachos... Venga, a comer, te va a gustar. - me dió un beso en la frente

Yo me levanté y me senté en la mesa para desayunar la comida que hizo Boris. Mientras me cuestionaba mi amor por él, me di cuenta de el desastre que habíamos hecho por toda la casa: cojines por el suelo, botellas de alcohol y cigarros por el suelo, manchas extrañas por todas partes, el sofá ni siquiera estaba en su sitio... Etc.

- Deberíamos limpiar todo esto. - dijo con un Rugelach metido en la boca

- Ya... - dije mientras agarraba una de esas cosas polacas que había preparado Boris

- ¿Qué tal está?

- Dios, sabe genial. Esta buenísimo, felicidades.

- Pues claro que está buenísimo, lo he hecho yo.

- Oye tenemos que hablar, luego de limpiar la casa, claro.

- Sí, está bien.

Acabamos de desayunar y limpié el plato. Me puse una camiseta aleatoria de Boris que encontré en el sofá y nos pusimos manos a la obra. Yo fui a limpiar todo lo que dejamos el día anterior en el patio trasero mientras que él limpiaba el salón. Media hora después, terminamos de recoger y fui a encontrarme con Boris al salón

- Esto ya parece una casa decente - dije
- Yo nunca dije que tu casa no era decente.

De repente escuchamos el sonido de la puerta abriéndose, era Xandra.

Ella, luego de la muerte de Larry pensó en mudarse a Nueva Jersey. Había ido a casa solo para agarrar sus cosas y largarse. Estaba más borracha de lo normal, se podía notar solo por el simple hecho de que no podia ni abrir la puerta, (que encima estaba abierta).

- Potter, corre, ¡vayamos a mi casa!

Fuimos a su casa corriendo, intentando que Xandra no nos viera, con miedo de que nos pillara.

...

- Nos podemos quedar aquí un rato? - pregunté

Boris asintió y nos sentamos en el columpio.

- ¿De que querías hablar, Potter?

Suspiré.

- ¿Me quieres por culpa de las drogas, cierto? Realmente no estás enamorado de mí.

- Potter... Déjame explicarte el primer beso, ¿okay?

Asentí.

- Yo sí estoy enamorado de tí. Me gustas desde hace mucho y...

- ¿Y...?

- Te besé porque pensé que te iba a perder para siempre. Por eso lo hice, me gustas tanto que no puedo, como se dice... expresarlo? Sí! No puedo expresarlo con palabras.

- Boris, se completamente sincero, porfavor.

- Lo estoy siendo. No miento, nunca te miento. Me conoces bien... ¿Y tú? ¿Tú solo me quieres por culpa de las drogas?

- Realmente no lo se...

Nos quedamos en silencio, sin mirarnos por unos cuantos minutos.

- Creo que sí - añadí rompiendo el silencio tan incómodo que había

- ¿Puedo...?

- Sí, porfavor.

Nos fundimos en un beso profundo, aunque torpe y un poco incómodo, pero se sentía maravilloso.

- No estoy drogado, lo juro.

- No te preocupes, te creo.

- ¿Vamos a mi casa? Me apetece fumar un poco.

- Va, vamos.

¿Que hubiera pasado si...? • BOREO • THE GOLDFINCHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora