Capítulo 16
–Si estamos bien- contestó cansado de lidiar con la voz de su padre mediante el móvil- ya deja de molestar cada cinco minutos, puedo cuidarnos –cortó de prepo- Minnie ven a cenar- elevó su voz ya que su hermanito estaba viendo la televisión.
Esa semana una tormenta visitaba a los lugareños el pronóstico había dado la alerta de posibles tifones e inundaciones. Sus padres habían pedido al comité una reunión para poner sobre la mesa todas las quejas por la falta de protección para con los cazadores de los clanes incluyéndose y de paso comentarles que esa seria su última lucha. Adjuntaron todos los reclamos en diferentes cartas escritas a mano en una carpeta más la suya que incorporaron la necesidad de abandonar esa vida riesgosa.
El dejar solo a los cachorros molestaba a Hyungwon porque ninguno de los padres de los mayores podían hacerse cargo, aparte la lluvia no daba tregua alguna, aquello le producía nervios y su omega se removía haciéndole saber que presentía peligro. Antes de marcharse triplicó la guardia la cual fue puesta desde meses atrás para el cuidar de ellos mismos y los cachorros principalmente. Se fue claramente preocupado porque aunque estuvieran bajo protección, eran sus cachorros y ese miedo recorría sus entrañas como la velocidad de un asteroide.
Jooheon les aclaró que no sería la primera vez que se hiciera cargo del cachorrito, que confiaran en él, dicho con esa voz firme, ronca con una pizca de grandeza entrelazada con furia. Ambos padres confiaban en él pero era un adolescente y primordialmente su cachorro, ese instinto de padres era imposible de borrar y dejar que saliera desde su recorrido interior hasta llegar a los labios extrayendo el martilleo de palabras.
Su hermanito le rogó para que haga pizzas caseras por lo que le cumplió el caprichito a su mocoso preferido. Su función como hermano mayor más allá de cuidarlo era cumplirle hasta cierto limites los caprichos que estuvieran en sus manos porque si, adoraba verlo sonreír por la mínima cosa.La mesa se veía colorida y el aroma gozaba de expandirse en el ambiente de la cocina, el jugo exprimido de unas hermosas naranjas de huerta, los vasos de colores a pedido/ordenado del menor, unos snacks más las dos pizzas que completaban la decoración. Los labios del menor se agrandaron de par en par para mostrar esos relucientes dientes y el diente de leche que estaba a punto de caer. El mayor revolvió los cabellos de su hermanito sonriendo a la par.
–Come enano. Todo esta hecho especialmente a pedido del señorito Lee Minhyuk espero sea de su agrado- reverenció unos 15 grados bromeando tal cual le gustaba a su hermanito- no dejes ni una miga.
–Provecho- dijo el infante con una parte de la porción en su boca que el hermano cortó y puso en su plato, las dos mejillas se abultaron por seguir comiendo bocado tras boca. Su hermano esbozaba una enorme sonrisa por simplemente ver la alegría de éste por estar degustando su comida favorita.
–Luego veremos películas con palomitas y refrescos ¿O prefieres leche tibia? - preguntó el adolescente.
–Leche con una pizca de canela como papi me la prepara.
Para el adolescente era una mezcla extraña porque a su parecer la canela no daba buen gusto. Pero, ¿Quién era él para criticar los gustos de los demás?
–Bien tus deseos son órdenes. Ahora quiero ese plato bien limpio.
–¡Está muy rico Honey Bee, eres el mejor cocinero del mundo! –exclamó el niño formando dos medialunas en sus ojos de tanto sonreír.
Su mundo rebozaba en felicidad cuando el enano lo felicitaba. La parte favorita en el mundo entero era oír esas palabras saliendo de ese cuerpecito porque no había nada más importante en el mundo para él.
A eso de las diez de la noche los dos se acomodaron en el sofá frente al televisor tapados hasta la cintura con un bol lleno de palomitas y los vasos de leche tibia.
A mitad de la película el menor cayó en un sueño profundo ni siquiera se enteró cuando su hermano lo arropó bajo las frazadas en la cálida habitación. Cuando regresó a la sala limpió los resto de las palomitas que cayeron al suelo y levantó lo usado para lavarlo. El televisor seguía encendido pero en un diferente canal, esta vez se reproducía un documental sobre el cuidado de animales exóticos que estaba a punto de terminar. Jooheon oía las voces lejanas, por lo menos no consumía un silencio aburridor mientras que lavaba los trastes utilizados, de paso tarareaba una canción de su banda favorita al compás del movimiento del pie.
Por aburrimiento decidió apagar el televisor, las luces, e irse a su habitación en la cual yacía el cuerpecito durmiente de su hermanito. Se acomodó al lado con su cuerpo pegado al respaldo para quedarse sentado y tal vez leer un poco antes de adentrarse a la calidez de las frazadas, el infante se aferró al cuerpo dejando ver solo su cabello desordenado por los movimientos previos que dedujo. Estiró su mano para agarrar su móvil que colocó en la mesita de noche, leyó algunos mensajes provenientes de sus amigos, de la chica que le gustaba, de sus tíos y abuelos, éstos últimos preguntando como se encontraban. El sueño todavía no golpeaba a su mirada por lo que se puso a jugar un juego en su móvil sacando el sonido de este. El golpeteo incesante de la lluvia no cesaba desde que comenzó, de la habitación se oía incluso con más fuerza pero eso le relajaba creando a su parecer un buen acompañante para la noche de juegos o lectura y también para un mejor descanso.
La hora hizo el recorrido por lo que ya era de madrugada así que antes de irse definitivamente a dormir iría por un vaso de agua, pero un ruido externo lo paralizó, primero porque sus padres harían el menor ruido posible y éstos conociendo con exactitud el hogar nunca romperían algún objeto de valor y eso mismo llego a sus oídos, sus instintos se activaron al segundo, se abrigó bien, levantó a su hermano de la cama agarrando la ropa de abrigo que éste había esparcido en la habitación y se introdujo en el pasadizo secreto que conectaba desde su habitación, éste mismo se encontraba debajo de su cama cubierto por una alfombra que cubría desde la cabecera hasta los pies de la cama. Posicionó el cuerpo de su hermano entre el pecho y hombro haciendo que éste se abrazara como un koala, no quería molestar a su sueño profundo pero a regañadientes tuvo que hacerlo. Le susurró en el oído con toques suaves en la espalda logrando que este se removiera y empezara a abrir los ojos. Restregó sus ojitos entre que preguntaba que sucedía, Jooheon le contó la verdad pidiéndole que lo ayudara a no hacer ningún sonido ni que tuviera miedo porque él lo protegería de quien sea. Caminaron por el pasadizo hasta dar en una habitación amueblada en caso de emergencia, lo apoyó en la cama tapando su cuerpo, beso la frente y le susurró palabras para tranquilizarlo, también acordaron una forma secreta para que el menor sepa que era su hermano quien golpearía la puerta cinco veces seguidas, beso los cabellos y frente de su hermanito y salió de la habitación, Minhyuk trabó la puerta y regresó a la cama llevando sus piernas al pecho calmándose y diciendo que sería un niño bueno para ayudar a su hermano escondiendo sus emociones así nadie sabría que estaba ahí metido.
Jooheon seguía en el pasadizo oculto en otra habitación que ésta tenía armas para defensa personal y agradecía a su padre por las clases que él tanto odio. Sacó el móvil para alertar a sus padres y tíos pero desistió de los primeros porque sus padres no reaccionarían bien sobre todo el omega si supiera que alguien tocara a sus crías. Su tío Hyunwoo fue la primera opción por lo que le marcó rápidamente. Luego de varios tonos el alfa respondió.
–¿Jooheon? ¿Qué sucede? - oyó su voz ronca por haberse despertado.
–Tío alguien ha entrado a la casa, estamos escondidos en el pasadizo secreto, no puedo llamar a mis padres porque sabes como reaccionaria mi papá por ser omega ni que decir de mi padre, haré lo posible por proteger a Minhyuk así que en caso de que algo salga mal por favor estén tranquilos ¿Si? No sé cuántos serán pero debo hacer algo.