Capítulo 9. La graduación

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8 a.m., dos horas para la ceremonia de graduación.

Baekhyun apartó sus ojos del reloj en la pared por undécima vez en los últimos veinte minutos, para luego soltar un suspiro al mirar la carta de papel doblada a su lado. Todavía no terminaba de procesar cómo las cosas se habían dado vuelta para ellos en un abrir y cerrar de ojos; hacía tan solo unas horas que se encontraban charlando sobre la fiesta de graduación y, ahora, parecían más bien unos presos prohibidos de salir de su habitación.

Pasaron el último tiempo dando vueltas por la habitación, tratando de hallar alguna manera viable de escape. Primero, pensaron en salir por la ventana tal y como lo habían hecho en el palacio, pero resultaba que las ventanas tenían barrotes demasiado angostos como para poder atravesarlos. Luego, trataron de entablar diálogo con el guardia apostado tras la puerta, mas este los ignoró deliberadamente tal como si no existieran, permaneciendo con el rostro pétreo como una piedra, y sus fallidos intentos terminaron por desanimarlos a medida que las horas pasaban y seguían cautivos en la habitación.

—Debe haber algo que podamos hacer —insistió Kyungsoo desde su lugar, recostado en el suelo. El pelinegro llevaba alrededor de una hora contando el número de piedras en el granito —No hemos llegado tan lejos para quedarnos aquí, con los brazos cruzados.

—¿Y qué propones que hagamos, entonces? —inquirió Luhan desde el otro lado de la habitación, mirándolo con una ceja arqueada —¿Derribar a un guardia que pesa ochenta kilos más que nosotros y salir corriendo?

—Me parece una mejor opción que simplemente esperar a que llegue la hora de que nuestros padres vengan a sacarnos de aquí —contraatacó el pelinegro levantando el mentón desafiante hacia el otro —¿O es que acaso tienes miedo?

Los ojos de Luhan, que había comenzado a acercarse hacia el pelinegro, se abrieron de par en par.

—¿Acaso acabas de llamarme cobarde? —preguntó el rubio con tono ofendido.

—Pues si te queda el anillo, úsalo.

Baekhyun se levantó de un salto de su cama cuando vio las intenciones del rubio de abalanzarse sobre Kyungsoo.

—¡Ya basta, es suficiente! —exclamó Baekhyun interponiéndose entre ellos —¿Pero qué es lo que les sucede? Lo único que faltaba era que empezáramos a pelear entre nosotros mismos.

Ambos bajaron la vista con gesto avergonzado

—Lo siento, es solo que... —negó el pelinegro retrocediendo —Sigo sin creer que hayamos caído en la trampa de esas brujas.

—Lo entiendo, Kyung. Todos nos sentimos frustrados en este momento —consoló Baekhyun tomándolo del hombro —Pero tampoco es razón para que discutan entre ustedes. Estamos juntos en esto.

—Baek tiene razón —habló Luhan acercándose para abrazar al pelinegro —Yo también lo siento, Kyungie.

—¡No me llames así, ya no tenemos cuatro años! —se quejó Kyungsoo sacudiéndose para liberarse del agarre del rubio.

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—Yo recuerdo perfectamente cuando me decías: Lulu, ven a jugar hoy a casa de Kyungie —imitó el rubio con voz aguda haciéndolos reír a todos.

Luego de que las aguas se calmaran y los chicos hicieran las paces, se acurrucaron juntos en el sofá junto a la ventana, desde el cual se podía apreciar el jardín y la inminente salida del sol que cada vez se elevaba más arriba en el horizonte. En poco tiempo el astro se alzaría por completo iluminando el cielo y, para ese entonces, la ceremonia de graduación ya habría comenzado.

Baekhyun apartó sus ojos de la ventana, encontrándose con los abatidos rostros de sus amigos que permanecían en silencio. Una punzada de culpabilidad llenó su pecho, por lo que no pudo contenerse de decir:

—Creo que soy yo quien debería disculparme con ustedes, chicos —soltó Baekhyun con la vista fija en sus manos, provocando que los otros lo mirasen sorprendidos —Terminaron en esta situación por tratar de ayudarme y ahora se perderán la graduación por mi culpa.

—¡Pero por supuesto que no! —replicaron sus amigos al unísono, levantándose del sillón para posarse frente a Baekhyun.

—Fuimos nosotros quienes tomamos la decisión de ayudarte, nadie nos obligó a hacerlo y tampoco nos arrepentimos —le dijo Luhan con una sonrisa en sus labios.

—Además, ¿a quién le importa esa estúpida ceremonia? —prosiguió Kyungsoo con tono despreocupado —Nuestra graduación universitaria será mucho más importante y no estará plagada de esos idiotas pomposos.

Baekhyun soltó una risa, sintiendo sus hombros más ligeros al saber que sus amigos no lo culpaban por haber terminado en esa situación.

—Gracias, chicos —dijo mirándolos con sinceridad —Sé que siempre se los digo, pero en verdad estoy agradecido de tenerlos como mis amigos.

—Y nosotros siempre te decimos que no hay nada que agradecer —contestó Kyungsoo golpeando su hombro juguetón —Saldremos de esto pronto, ya lo verás.

Baekhyun estaba a punto de decirles que deberían intentar negociar de nuevo con el guardia cuando, de un momento a otro, Luhan se alejó de ellos para correr hacia la puerta y apoyar su oreja allí, indicándoles que hicieran silencio con un dedo sobre sus labios. Baekhyun y Kyungsoo se miraron sin entender antes de acercarse hasta el rubio e imitar su acción.

Baekhyun frunció el ceño sin comprender qué era lo que el rubio había escuchado cuando, tras unos segundos, una conocida voz llegó a sus oídos.

—¡Es en serio lo que le estoy diciendo! —insistió Jongin tras la puerta al que Baekhyun supuso que era el guardia —Acaban de llamar a todos los de su equipo para una reunión de emergencia, yo mismo lo oí.

Tras un momento de silencio, se oyó una respuesta del otro lado:

—¿Sabes lo que te pasará si me estás mintiendo, muchacho? —le preguntó el guardia y Baekhyun pudo imaginarse la sonrisa burlesca de Jongin formándose en su rostro.

—Me hago a la idea —contestó con tranquilidad el moreno —También sé que no será tan grave como el castigo que usted recibirá si no atiende rápido a las órdenes de sus superiores.

Baekhyun escuchó al guardia murmurar algo sobre que los jóvenes eran una molestia antes de finalmente decir:

—Vete de aquí, muchacho —le ordenó el guardia con voz hastiada —No quiero verte merodeando por aquí cuando regrese.

—Lo que usted ordene, mi capitán —respondió el moreno al instante.

A continuación, se oyeron unos pasos que comenzaban a alejarse hasta terminar por desaparecer y, al poco tiempo después, la puerta de su habitación fue repentinamente abierta y el atractivo rostro del moreno se asomó tras ella.

The Royal Maiden ♕Chanbaek♕ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora