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—¿QUÉ PELÍCULA VEREMOS? —PREGUNTÓ Jongho mientras se sentaba en el suelo en una postura cómoda.

Habían dejado los platos calientes sobre la mesita que se encontraba frente al sillón y todo se veía delicioso. Yunho y Dal se acomodaron nuevamente en donde habían estado sentados antes y dejaron a su amigo entre ambos. La noche estaba un poco fría y Jongho trajo consigo varias mantas para abrigarse.

Ya con los palillos en mano, cada uno tomó un plato individual y comenzaron a servirse del variado menú que se encontraba a una temperatura perfecta. Jongho cortó pedazos de carne y se sirvió gustoso, había heredado las habilidades culinarias de su padre y estaba eternamente agradecido por ello.

—No nos dio el tiempo para coordinar eso —dijo Yunho con un leve sonrojo en sus mejillas, recordando el motivo de sus palabras.

—¿Y si vemos otra vez El Viaje de Chihiro? Es lo que hacemos cada año —propuso Dal, jugando con sus manos.

—Me parece bien —dijo Jongho tras pensárselo unos segundos.

—A mí también —se unió Yunho a la votación.

Rápidamente Dal buscó la película con el control remoto y tras encontrarla, la reprodujo. El Viaje de Chihiro era la película favorita de los tres desde que eran pequeños y se les hizo costumbre verla, al menos, una vez cada año. El largometraje les causaba una sensación de comodidad y de pertenencia gigantes, por lo que siempre intentaban verla juntos para mantener la tradición.

Luego de cuarenta minutos, la comida ya se había acabado y todos tenían el estómago lleno, le agradecieron a Jongho por la deliciosa cena y siguieron prestándole atención a la gran pantalla. A Dal le fascinaba la animación y el transcurso de la historia, por lo que siempre que veía la película se encontraba absorta en ella, pero el roce de unas manos sobre su pierna la tomaron por sorpresa.

Alzó la mirada para encontrarse con los penetrantes ojos de Yunho, que la observaban con atención y timidez, el contacto de sus dedos se convirtió en una suave caricia y la muchacha sintió que estaba muy alejada de él, a pesar de encontrarse en el mismo sillón.

Sin molestar mucho a Jongho, se acercó más al pelinegro y terminó apoyando la cabeza en su pétreo pecho. Yunho movió la mano que se encontraba en la pierna de Dal para dejar el brazo tras sus hombros y la atrajo más a su cuerpo, respiró el aroma de su pelo y dejó un suave beso sobre este, acariciándole las puntas con la mano cercana.

Dal sintió una punzada en su estómago, tenía infinitas ganas de acariciar el rostro de Yunho y de besarlo hasta el cansancio, pero la presencia de Jongho se lo impedía y quería disfrutar al máximo ese momento cuando sucediera, por lo que estar viendo la película tampoco ayudaba mucho. Se limitó a tomar la mano del muchacho que se encontraba libre y comenzó a dibujar pequeños círculos con su pulgar en el dorso. A Yunho las caricias le daban escalofríos y sentía que el corazón se le escaparía por la garganta en cualquier momento.

El flujo de sus pensamientos se vieron interrumpidos por la voz de Jongho, que los tomó por sorpresa a ambos:

—Si quieren besarse háganlo, no los juzgaré —rio suavemente.

Yunho con suavidad le desordenó el cabello y le devolvió la risa, un poco nervioso al quedar expuesto por Jongho, definitivamente al más bajo nada se le pasaba por alto y tenía una increíble capacidad para estudiar a los demás. O también estaba la posibilidad de que leyera mentes y jamás lo había mencionado.

Los tres volvieron a prestarle atención a la película, que ya estaba por terminar y Yunho se dejó llevar por las tiernas caricias que Dal le daba en la mano, sintiéndose relajado y como en casa. Estaba conteniendo el deseo de tomar a la joven por el cuello y terminar lo que había comenzado antes de que Jongho los interrumpiera, pero se intentaba convencer de que aún no era el momento y que prontamente tendría una nueva oportunidad.

after school ; j. yunhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora