-Te descubrí. ¡Eres un puto marica! ¡Eres una deshonra familiar! Desaparece del mapa o tendré que matarte porque lo que no puedo hacer es vivir con esta deshonra.
-Yo no hice nada malo. Me gustan los hombres, ¡¿y qué?! No hay nada malo.
-¡David! Mata a tu hermano y deshazte del cuerpo dándole una ducha de ácido.
David saca su arma, le quita el seguro y apunta a la cabeza de su hermano. Martín comienza a suplicar por su vida. David responde a las súplicas riendo a carcajadas. Y David aprieta el gatillo.
En ese momento Martín despierta sobresaltado y empapado en sudor. Enciende la luz del techo. Todo resultó ser parte de su imaginación o, quizá, fruto de su mayor miedo: ser descubierto. Mira la hora en el móvil y ve que son casi las siete y media de la mañana. Decide ir a la cocina a por agua. Se incorpora y se destapa para levantarse pero se detiene y mira fijamente a su pantalón: tiene una mancha. Luego ve que también hay otra en la cama. Oye pasos que se detienen en la puerta de su habitación.
-¿Martín?
Es su hermana Carla.
-¿Martín estás despierto o te has dejado la luz encendida?
Martín guarda silencio.
-¿Martín? Martín, voy a entrar.
La puerta se abre y se cierra tras Carla entrar.
-Martín, si estabas despierto, ¿por qué no me has contestado?- en ese momento repara en la cara de espanto de su hermano y, también, en la mancha de orina en su pantalón y en la cama-. ¿Han vuelto otra vez?
Martín asiente. Carla se sienta en la cama al lado de su hermano apoyando la espalda en el cabecero y le acaricia la mejilla con la mano.
Carla es la única persona de esa casa y del mundo, exceptuando a los chicos con los que se ha acostado, en saber que es gay y que a veces queda con chicos para tener sexo. También es la única conocedora de sus pesadillas recurrentes con su padre gritándole que es una deshonra familiar y exigiendo a su hermano David que acabe con su vida de un disparo y luego haga desaparecer su cuerpo con "una ducha de ácido". Sufre estas pesadillas desde que descubrió que le gustan los chicos cuando tenía 14 años. Han pasado ocho años y siguen sucediendo.
Un mar de lágrimas brota de los ojos de Martín. Carla seca las lágrimas de su hermano y besa su mejilla.
-Todo irá bien, te lo prometo. No permitiré que ni papá, ni David, ni nadie te haga daño, yo te protegeré siempre, ¿vale?
Carla no puede evitar acordarse de cuando eran niños pequeños y Martín, las noches de tormenta o cuando tenía miedo de los monstruos de debajo de su cama, iba corriendo a a su habitación llorando y suplicaba que le protegiera.
Hace catorce años
La tormenta impedía dormir muy de seguido a Carla puesto que tenía el sueño muy ligero. Carla cerró los ojos en un intento desesperado por dormir, al menos, cinco minutos más. En ese momento se abrió y se cerró la puerta muy rápido provocando que la pequeña Carla se asustase. Carla cuando abrió los ojos y tras haberse repuesto del susto, vio la silueta de su hermano Martín a los pies de su cama con su peluche favorito en los brazos.
-Hermanita, ¿puedo dormir contigo?
-Claro que sí, ven.
Carla hizo un hueco para su hermano en la cama y éste se tumbó a su lado poniendo el peluche entre los dos. El fuerte ruido de la tormenta provocó que brotaran lágrimas de los ojos de su hermano pequeño. Ella secó sus lágrimas y le prometió que todo iría bien y que le iba a proteger siempre de la tormenta. Él protestó por no incluir a su peluche en la promesa e hizo a su hermana volver a repetir la promesa incluyendo al peluche. Ambos, bueno, los tres, durmieron abrazados.
En el presente
Carla abraza a su hermano hasta que él emite una queja porque le está aplastando las costillas. Ambos ríen.
-Gracias. Gracias por quererme tal como soy y no juzgarme.
-Soy tu hermana, si no lo hiciera estaría loca. Y, por favor, cámbiate. Mientras yo cambiaré las sábanas por unas limpias.
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Hasta La Muerte
Mystery / ThrillerPrimera parte de la trilogía "Cloroplaxtium" Manuel Villalobos se obsesiona con llegar al final de un misterio imposible de resolver. Aunque encontrar la respuesta será muy complicado y doloroso. Portada realizada con una plantilla de Canva