De camino a la escuela, Fuyu se encontraba pensativa sobre lo ocurrido el día anterior en cada de Yukio.
Podía recordar perfectamente como él les había dicho que no debían preocuparse por ser molestados por Kenzo, ya que tenía pruebas para tomar acciones en su contra, no obstante, eso no era lo único:
—... Lamento si sueno insistente, pero no quiero que actúen como desconocidos en la escuela —dijo en un tono bajo, inseguro de su decisión.
—Ya te dijimos lo que ocurriría —respondió Kenji cambiando su tranquila mirada a un ceño fruncido.
—No te preocupes. Si alguno se burla... también estaré yo para ayudarlos —mencionó tímidamente, mirando a otro lado.
Normalmente no confiarían en las palabras de alguien con tal nivel de inseguridad, pero hace unos momentos demostró un valor suficiente para encarar a rufianes.
—Yo digo que está bien —aceptó Fuyu sonriendo resignada ante la insistencia del chico.
Si... A pesar de la insistencia de Yukio, era algo que realmente quería hacer. No tenía nada de malo, pero era más por Kenji que por su propia decisión.
Dentro de su salón, se observó a sus dos amigos. Se saludaron de forma bastante cotidiana, conversaron con bastante dificultad. Hablar públicamente era una nueva experiencia para Kenji y ella, pero, a pesar de eso, decidieron intentarlo.
—Y de milagro logré borrar mi historial antes de que lo viera mi mamá —dijo Yukio con una pequeña sonrisa apenada.
—A mí una vez me pasó que estaba en una presentación de duelos, y choqué con una persona. Le dije "perdón, señora", pero al voltearse parecía casi un hombre lobo ese tipo —señaló Kenji amistosamente.
—¿No les ha pasado que compran una Pizza con queso en los bordes, y solo tiene una pizca? —mencionó Fuyu con un puchero—. ¡En algún momento, haré una revolución en contra de la pizza mentirosa!
Los otros estudiantes estaban confundidos por la manera tan amistosa que los tres se hablaban. Sobre todo, por el hecho de que Yukio no hablaba con nadie de la escuela.
—Vaya, llegaron mis amigas. Los veré después. —Se despidió con su mano.
—Me gustaría preguntarte algo, Yukio. —murmuró su amigo, dejando medio angustiado al chico, sin embargo, Kenji mostró una sonrisa, y negó con la cabeza—. Mejor después de clases.
Después de almorzar, ambos duelistas comenzaron a intercambiar cartas con la intención de mejorar sus decks y reforzar combos.
—Kenji, creo que Metalmorph te vendría mejor que a mí. —Se la dejó al lado de su deck.
—Y yo te ofrezco Enemy Controller —mencionó tranquilamente—. Me di cuentas que tienes una copia, y otra no te vendría mal.
—Trato —dijo con una pequeña sonrisa.
La escuela pasó bastante rápido para ambos, además de que en la salida junto a Fuyu acordaron juntarse en el departamento de Yukio.
Regresó entusiasmado a su hogar, pero una inesperada persona estaría allí. Se trataba de una mujer de cabello castaño un poco por encima de los hombros, pero atado en una gran coleta. Su vestimenta constaba de una chaqueta elegante de color azul, un pantalón beige y unas zapatillas negras.
—¿Madre? —pronunció sorprendido. Sin darse el tiempo para procesar, se acercó con intenciones de abrazarla—. ¿Cuándo volviste?
—Hoy, un poco después de que te fueras —respondió bastante seria. Acarició el cabello de su hijo como muestra de afecto, pero el movimiento era tan repetitivo que carecía de sentimiento.
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Lineage of spirits
FanfictionLa vida de Yukio Nishimura era normal, iniciando en los duelos con el simple objetivo de hacer amigos. Sin embargo, su entorno pacífico comienza a cambiar desde su percepción de los espíritus de duelo. A través de este suceso entablaría amistad con...