Capítulo Ocho

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Capítulo ocho.

Minhyuk soltó el aire estancado en sus pulmones cuando escuchó la llave girar contra la perilla de la puerta.

Él aún estaba en la sala, con la televisión encendida pero sin su atención. Con toda la pesada nube de aburrimiento él se sentía frustrado, tenía ganas de salir, de correr, de cantar, de bailar. ¡De cualquier cosa! Sus huesos dolían de estar en el sillón y su estómago pedía furiosamente ingerir algún aliento. Sin embargo, a pesar de sentirse molesto e incómodo, con el pensamiento de Chae finalmente llegando hizo que todo su cuerpo literalmente se estremeciera y sus nervios se activaran a un ritmo casi inhumano. Él aún se acuerda de la promesa.

—Ángel. —Chae le sonrió cuando entró y cerró la puerta tras él. —Traje comida.

Minhyuk le sonrió de vuelta, aunque un poco nervioso. —Eso es bueno. ¿Qué trajiste?

—A mí.

Minhyuk le vio con mirada nerviosa también... Dios, él podía sentir los nervios incluso hasta en sus dedos. Chae era directo. Y no sabía cómo sentirse al respecto. —Hablo en serio, Chae, tengo hambre y me prometiste comida. —Le dijo, buscando, tratando de alguna manera ahorrar tiempo. ¿Por qué se siente tan jodidamente nervioso?

Encogiéndose de hombros, Chae le sonrió con complicidad. —También te prometí algo más.

—Lo sé, es solo que... —Minhyuk tragó saliva. —¿Podemos comer primero?

Chae le estaba tomando del pelo, porque le lanzó una suave risa llena de diversión. —¿Por qué tan nervioso, mi ángel? Yo no muerdo... por supuesto, a menos que quieras. Por primera vez pienso que la comida es algo irrelevante en estos instantes. —Se detuvo, poniéndolo aún más nervioso y haciéndolo volver a tragar saliva. Y sus ojos brillaban cuando le dijo: —Ahora, si me permites, te haré totalmente mío. Ven, acompáñame a la habitación.

Minhyuk se mordió los labios fuertemente, sintiendo la sangre en su cuerpo bombearle las venas, llenándose de emoción, excitación por las prometedoras palabras. Él quería eso; tener al alto demonio encima suyo, besándolo, lamiéndole su piel, mordiéndole, succionándole, dándole dulce placer, mientras se deslice suavemente por su cuerpo, una y otra vez, enloqueciéndolo. ¡Dios! De solo pensar en eso hizo que su cuerpo sufriera leves espasmos de placer, haciendo que su miembro inevitablemente respondiera a las propuestas sucias. Pero... él no se levantó ni lo siguió. Chae lo notó, porque volteó a él con expresión confundida.

—¿Qué esperas? ¿Quieres que vaya por ti como una damisela en apuros y te lleve en brazos? Bueno, si eso quieres...

—No, joder, no... —Minhyuk se alzó esta vez, colocando una mano en el pecho de Chae, deteniéndolo antes de que cometiera algo.

Admitir en su cabeza que quería lo que Chae le proponía era una cosa, pero aceptarlo en voz alta era otra. Al menos para él. Porque, aunque él no quiera sigue siendo de una raza angelical, una que no deja la consciencia limpia al momento de hacer lo incorrecto. El hecho de que Chae ponga su cabeza como un mundo al revés era jodidamente frustrante, porque él aun no sabía qué diablos estaba haciendo y por una jodida que no quería pensar en las consecuencias. Así que venir y decirle "Oh, claro, fóllame o hazme el amor, Chae. Haz lo que quieras con mi cuerpo" no estaba en la lista de cosas que podría decir, incluso si era eso exactamente lo que quería. —Es solo que..

—Escucha ángel...—Chae lo tomó del mentón y lo obligó a verlo. —Sé que esto es algo nuevo para ti, y sé que puedes estar sintiéndote nervioso y confundido. Pero está bien... yo te haré sentir bien. —Suavemente, se inclinó y le besó en los labios, tan suavemente que frunció los labios. Pero le borró su abultamiento cuando profundizó el beso, barriendo sus labios con su suave lengua. —Ahora, ¿qué dices si vamos a la cama y te hago sentir bien con mi cuerpo? Solo deja de pensar tanto y di que sí.

Bad Demons Bad Angels (Hyunghyuk Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora