Freen Sarocha, hija de uno de los narcotraficantes mas buscados de thailandia, se ve obligada a encabezar la organización luego de la captura de su padre; el destino pondrá en su camino a una estudiante de ultimo semestre de derecho, Rebecca Armstro...
Era sábado y estaba sola con Milo en casa alistándome para encontrarme con la hija del señor Chankimha, quien la noche anterior había exigido verme con urgencia al día siguiente por lo que tuve que llevar al pequeño niño conmigo.
Viendo mi vestuario en el espejo no se si reírme o avergonzarme por el hecho de que mi hermano de 7 años me tuviera que ayudar a vestir formal, y es que con su intento de ser como papá, Milo parecía un señor atrapado en un cuerpo chiquito.
-Milo, mañana tendrás que acompañarme a trabajar- le expliqué la noche anterior
-Esta bien Kity- respondió sin problema
A Milo, cualquier cosa que le sonara a salir de casa le parecía un plan increíble, seguro si supiera a donde vamos o con que tipo de persona no le agradaría tanto la idea, pero de todas formas esa era su única opción ya que temía quedarse solo en casa
-Ya estás listo?- pregunté al niño con chaleco tejido y camisa blanca frente a mí
-Bec vas a ir vestida así?- me miró de arriba a abajo
-Que tiene de malo?- dije viéndome en el espejo del pasillo
-No dijiste que ibas a trabajar?-
-Si vamos a ver a mi clienta-
-Entonces por qué pareces skater, yo no trabajaría contigo vestida así- dijo el que ahora parecía mi madre
-A ver mamá, que quieres que me ponga, solo tengo un traje- me burlé
No habían pasado más de 10 minutos cuando ya estaba vestida con ropa de mi madre elegida por Milo, quien muy orgulloso aprobaba el nuevo vestuario, que era completamente negro a excepción del abrigo color beige
Freen Sarocha me dio la orden de pedirle su dirección tan pronto estuviera lista para salir, así que a las 11:25 de la mañana le envié dicho mensaje
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Solté el celular de forma brusca luego de notar nuevamente la actitud de aquella chica y de mi boca se escapó un suspiro de frustración, muchas preguntas rondaban mi mente, empezando por el simple hecho de que tuviera mi dirección para enviar a su chofer a buscarme.
El timbre sonó haciéndome brincar por un pequeño susto, ya que nadie había sido anunciado para pasar, abrí la puerta y un hombre no muy mayor vestido de traje esperaba del otro lado
-Señorita Rebecca Harrison?- preguntó serio
-Como pasaste si no te anunciaron?- no respondí a su pregunta
-Es la señorita Rebecca Harrison?- preguntó de nuevo
-Si si soy yo- respondí con fastidio
-Me ha enviado la Señorita Freen, si esta lista podemos irnos de una vez-
