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Victor acompañó hasta su casa a Yuuri, llegando frente a la puerta.

-¿Sigues enojado conmigo?- preguntó Víctor.

-No estoy enojado... solo pienso mucho.

-Perdón

-¿Por qué te disculpas?

-Me siento mal, además no debí de alzarte la voz.

-Eso es irrelevante, las emociones son emociones.

-Tenías razón al decirme todas esas cosas, sé que no debí de atacar a Chris... pero comprendeme- Víctor tomo la mano de Yuuri, mirándolo a los ojos, totalmente cristalizados junto a una expresión lamentable -Te seré sincero- tomó un respiro -Estoy asustado- la primera lágrima se deslizó sobre su mejilla -Todo mi miedo cubierto por mis acciones- Sus manos sudorosas temblaron -Le tengo miedo a él. Tengo miedo al daño que pueda hacerte, en la gravedad que puede provocar en mi- La garganta de Víctor le dificultaba seguir hablando -Disculpame... t-tengo miedo a que te alejes de mi... perdón, perdón, perdón, de verdad perdón- lamentó con la respiración entre cortada, no podía evitar recordar cómo todas la personas que había conocido y habían sido importantes para él, se han ido.

Yuuri se sorprendió, podía sentir su dolor, le ofreció un abrazo, reconfortante más para sí mismo que para Víctor, era tan empático que no podía evitar llorar con él, los sollozos de Víctor se escuchaban en la tranquila ida del sol.

-No eres culpable de nada, solo eras un niño, ya creciste, y mientras te comportes de buena forma, todo estará bien, yo seguiré a tu lado, no tienes nada que temer, no comprendo por completo tu miedo... pero prometo no alejarme de ti, confía en mi- tomó con ambas manos el rostro de Víctor, obligándolo a verlo fijamente a los ojos, la expresión de Víctor era deplorable, su rostro que siempre se mantenía iluminado, ahora se decaía entre lágrimas, Yuuri le depósito un beso en la frente cuál niño pequeño -Tranquilo- entonó regresando al abrazo, sobando suavemente su espalda.

Se mantuvieron un gran tiempo así, Víctor deshizo el abrazo, pero tomó las manos de Yuuri, mirando su entrelazamiento con la cabeza baja.

Un automóvil se acercó con la luces prendidas, estacionandose frente a la casa, Víctor asustado soltó las manos de Yuuri y se alejo velozmente de él, con sus ojos totalmente abiertos y secos.

-Mis padres han llegado, sería conveniente si los saludas, mantente tranquilo.

-Si.

-Hola- saludó Yuuri desde lejos a sus padres -Veo que ya llegaron- comenzó a caminar hacia el automóvil, detrás de él caminaba Víctor limpiandose el rostro con la manga de su sudadera.

-Si, mi niño, traemos las compras de hoy- sonrió la madre de Yuuri saliendo del automóvil.

-Les presento al amigo con el que he salido últimamente- mencionó Yuuri moviéndose a un lado, mostrando a Víctor

-Oh, ¿El deportista?- preguntó su padre.

-Si, el mismo, se llama Víctor.

-Un placer en conocerlos- saludó con una reverencia.

-Que chico tan educado, por favor acepta cenar hoy con nosotros, así podremos conocerte mejor- Sonrió la madre de Yuuri.

-¡Oh!... bueno, yo...

-No puedes negarme la invitación, eso sería muy descortés de tu parte.

-Claro que acepto la invitación, sí me permite igualmente ayudarle a preparar la cena

-Me parece de maravilla, entremos a la casa.

Todos aportando para la cena, Yuuri y su padre preparando la mesa, mientras Víctor y la madre preparan la cena.

-Tienes una buena habilidad para la gastronomía

-Es que yo siempre cocino en casa y le he tomado gusto.

Al mismo tiempo en que terminaban la plática de cocina, terminaban la preparación de la comida.

Todos sentados en la mesa comenzaron la cena, acompañada de una serena plática o más bien, un interrogatorio.

-Hemos oído que juegas baloncesto.

-Así es, soy el capitán de un equipo.

-Que fascinante ¿Cómo lo aprendiste?

-Todo comenzó cuando era pequeño, cumpliendo los cinco años mi padre me enseñó a jugar, tiempo después lo dejé de practicar, hasta que a mis diez años, conocí equipos de baloncesto infantil y  logré entrar a uno.

-Puedo imaginar que desde entonces no lo has dejado.

-Exacto.

-Pero no has descuidado tus estudios ¿Cierto? Entrenas tu cuerpo, pero también es muy importante entrenar tu cerebro, los estudios te llevan a un buen trabajo- Comentó el padre.

-Por supuesto que sigo estudiando, el baloncesto me encanta y lo mantengo como un pasatiempo.

-No puedo creerlo, ya vas en la universidad, ¿Que estudias?

-Estudio administración.

-De seguro tendrás un futuro muy exitoso, eres guapo, deportista y futuramente un gran líder, felicidades.

-Gracias- Víctor mostró un sonrisa, que ocultaba su disgusto del tema.

-No olvides que es un gran chef, ¿Puedes notar la verdura tan bien picada?

-Apuesto que le gustas cualquier chica, por tan magníficas habilidades.

-Supongo- río desviando su vista a Yuuri, entrelazaron sus miradas, sabían que el comentario de su padre era erróneo, realmente él estaba interesado en un chico, en Yuuri.

-Yo puedo apostar que tus padres igual estan orgullosos de ti.

-Si- Sonrió -Basta de hablar de mi, ustedes deben ser unos padres muy afortunados y Yuuri debería ser el hijo más feliz- Cambió el tema.

-Claro que amamos a nuestro hijo, sigue siendo un pequeño para nosotros, aún recuerdo cuando usaba pañales.

-Mamá- chilló Yuuri.

-¿Que tiene? Todos usaron pañales cuando eran bebés.

-Si, Yuuri, yo también usé pañales.

-Mira, este es una foto de Halloween, esa vez lo vestimos de dinosaurio, le gruñía a todos.

-¡Mamá! Me estás avergonzando

-Claro que no o dime Victor, ¿Tú te avergonzarías si tú madre mostrará una foto así?

-Por supuesto que no, la admiraria por recordar y compartir los pequeños detalles de mi infancia- Cosa que no hacía su madre, porque ella no quería recordar nada de Víctor.

-¿Lo vez Yuuri? No hay nada de que avergonzarte- Yuuri miró con un leve enfado y cierta vergüenza a Víctor -Recordamos mucho ese día, lo acompáñanos a pedir dulces, en una de tantas casas, nos abrió la puerta una persona con un disfraz extraño, la mitad de abajo era animal, su torso y brazos eran humanos, con cadenas, portaba una gran máscara que lucía como un oso con cuernos de venado, era muy alto que asustó a Yuuri, quién corrió a nosotros y comenzó a llorar descontroladamente, el sujeto se acercó a nosotros, nos pidió una disculpa y se quitó la máscara, le mostramos que era un disfraz y que bajo este era una persona normal, el sujeto se puso y quitó la máscara varías veces frente a Yuuri hasta que entendió y su llanto se convirtió en risas. Al final le tomamos foto a ambos, aprovechando que Yuuri se veía muy tierno, el sujeto con su traje genial y la gran anécdota del día de Halloween.

-Pobre pequeño, yo hubiera llorado, aún sabiendo que bajo esa terrible máscara había una persona normal, la persona me seguiría dando miedo- río.

-Era pequeño, no sabía nada de la vida, pero ahora ya grandes sabemos la realidad de los miedos, muchos solo son máscaras- mencionó el padre de Yuuri.

Miedo y máscaras, palabras que componían una simple frase, que Víctor combinaba bien en su mente al pensar en Chris, ¿Víctor estaba en lo correcto? Sí, aún culpa a Chris pero, ¿Qué hay más allá de su miedo y su poca visibilidad de la realidad?

Hemofilia (Victuuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora