Romina pov.
Terminé de arreglarme y después, tome mis llaves para ir a mi trabajo como ya era costumbre.
Salí de mi apartamento y subí al ascensor, parecía que era una mañana linda. Me había levantado temprano y todo iba de maravilla.
El ascensor llegó al piso en donde se encontraba el estacionamiento del edificio, por lo que era hora de bajar.
Todo se fue al demonio cundo choque con un cuerpo, el cual me hizo caer. Además de eso, había derramado café caliente en mi pecho.
Ardía como el infierno.
Inmediatamente comencé a quejarme, ardía, quemaba y seguía en el suelo.
— ¡Madres!
Esa voz la conocía a la perfección, cuando me ayudó a ponerme de pie y pude verle el rostro, supe que no estaba equivocada.
— ¡Fidel! — me queje mientras abanicaba mi blusa para que dejara de arder.
— ¡Perdón!, venía distraído — se disculpó sin saber que hacer.
Mi mañana se había ido al carajo después de esto.
No dije nada simplemente tomé mi bolso y me regresé al ascensor molesta.
Aprete muchas veces el botón con el número de mi piso, quería cambiarme y limpiarme.
Fidel subió detrás de mi antes de que las puertas cerraran, ahora los dos estábamos en un lugar pequeño, cerrado y con un silencio incómodo.
T
an pronto como las puertas del elevador abrieron en mi piso, baje de inmediato.
— Romina, espera — Fidel venía a paso acelerado detrás de mi.
— ¿Que? — me gire a verlo, por suerte logró frenar a tiempo o estaría en el suelo nuevamente.
— Perdoname, no fue intencionalmente y lo sabes — suspire.
— Okey — rodo los ojos
— No es para que te molestes, venía cansado de trabajar, venía distraído — volvió a explicarme.
— No estoy molesta — dije mientras sacaba mis llaves — Solo necesito cambiarme por que me arde el pecho, además, tengo que ir a trabajar.
Introduje la llave en la cerradura y esta abrió de inmediato.
— No me iré hasta que vea que sonríes — lo escuche decir.
Deje la puerta abierta, podía escuchar como venía detrás de mi.
Por mi parte, entre a mi habitación y me quité la blusa. Estaba empapada, pegajosa y aún tenía la piel rojiza.
Rápidamente tome algunas toallas húmedas y me limpie con cuidado. Después me puse algo de pomada para el ardor y finalmente, me puse una blusa de tirantes que se amoldaba a mi cuerpo.
Después de eso, salí de mi habitación hasta la sala. Fidel estaba ahí, sentado mientras se tallaba los ojos.
Tan pronto como escucho mis zapatos resonar, levantó la vista y se puso de pie.
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Sigues siendo tu | Fidel Castro | MR
Random" Sigues siendo tu, mi amor eterno y yo, te amo cada día más " Todo se remonta a una relación de jóvenes, donde Fidel tiene una novia que se muda a Estados Unidos y la distancia hace que se termine tal relación. ¿ Pero es que ese amor se terminó o...