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Abrazando su almohada, Agoti aún permanecía en reposo a pesar de que ya había transcurrido medio día, envuelto en sus mantas como si de una oruga se tratara, la luz del exterior no podía molestarle debido a que era opacada por las persianas de su ventana, si aún viviera con su familia de seguro ya le habrían sacado a patadas de la cama, pero ahora era independiente, nadie le diría que hacer.

Su teléfono sonó ante una notificación lo suficientemente fuerte como para captar su atención somnolienta, y con total flojera estiró su mano fuera de las mantas para así poder palmar la mesa de noche junto a su cama, encontrando su teléfono poco después para así alzarlo un poco, asomando su cabeza fuera de las cobijas a fin de poder ver de que se trataba, cayéndole un golpe de realidad ante lo que esperaba en su bandeja de mensajes.

"¿A qué hora nos vemos hoy?, decía el mensaje recibido, era de Tabi, joder, ahora tenía que lidiar con lo que había hecho el día anterior, pero en parte, la idea no le desagradaba del todo, incluso le emocionaba un poco. Arrodillándose sobre su cama, rascó su cabeza de forma efímera, acomodando su cabello lo mejor que pudo antes de frotar su mano libre en su rostro contrarrestando el sueño, finalmente sostuvo su teléfono con ambas manos y abrió el mensaje para así ingresar al chat con ese chico ruso.

—Joto—

- ¿A qué hora nos vemos hoy?

Apenas estoy despertando -
Dame una hora -

- Vale, ¿dónde nos vemos?

Aquí mismo -
No necesitamos salir para lo que haremos -

- ??🤨🏳️‍🌈

Solo llega acá en una hora -

- 👍

Dejando su teléfono a un lado, Agoti alzó sus brazos para despejar su cuerpo de la flojera, le dolía un poco la cabeza, pero no era nada tan molesto e insoportable, si hubiera bebido más seguramente sería mucho peor.

Dándose un buen azotón contra el suelo, se levantó con algo de desgano, maldiciendo las sabanas que habían envuelto sus tobillos se aproximó a su baño personal; quitándose la ropa en el camino, dejó aquellas prendas apestosas a alcohol y pizza en el canasto de ropa sucia, las pondría a lavar luego de su visita.
Tal vez debió cambiarse de ropa anoche, se habría ahorrado la molestia de tener que lavar, y todavía tenía que limpiar la sala.

— Que flojera. —Dijo abriendo el grifo de la ducha, poniendo su mano bajo la presión del agua para medir el calor.

Su cola se meneaba alegremente de un lado a otro, y en parte no quería pensarlo mucho, pero tenía que admitir que le entusiasmaba aún más el imaginar lo que podía pasar con su mejor amigo.
Tal vez habían sido impulsivos e imprudentes, pero definitivamente lo volvería a repetir, la forma en la que Tabi lo había besado y mimado había despertado un interés que no conocía anteriormente, y le fascinaba.

Metiéndose bajo la regadera, dejó que el agua cayera sobre su rostro y fuera escurriéndose sobre su cuerpo desnudo, no le gustaba sentirse mojado, incluso detestaba la lluvia, pero en la ducha todo se sentía diferente, es como si no te faltara nada, era solo un relajo total... Pero aún así odiaba bañarse, era vago, pero apreciaba su salud y apariencia. Aseando su cuerpo, no tardó mucho en terminar de bañarse y enjuagarse, alcanzando la toalla cercana para así comenzar a secarse en lo que iba de camino a su habitación nuevamente, abriendo el armario antes de realizar una pausa, dedicándose totalmente a secar su piel. Aunque ya era un adulto independiente no perdía la costumbre de mirarse al espejo y posar, a sus ojos se veía más guapo cuando salía de bañarse, aunque admitía tener la percepción de la realidad muy alterada a veces, pero disfrutar de la fantasía no le hacía daño a nadie.

Hᴏᴏᴋᴇʀ  -[Tagoti]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora