"... Tú eres la mujer de mis sueños hechizados, tantas batallas he luchado por tenerte aquí a mi lado, no he dejado de anhelarte no me importaría exponerme si al final de esta locura yo lograra enamorarte, y he dibujado a mi muñeca en un lienzo imaginario le recitaba en el oído musitando muy despacio cuanto tiempo he andado pero sé que no fue en vano, no he dejado de rogarlo porque creo en los milagros..."
William, queda parado en el umbral de la puerta encantado con la melodiosa voz de Maite, que le canta a su hija el coro de una de las canciones de su disco anterior, sin querer tropieza con un juguete y el ruido desconcentra a May.
—Perdona —dice él recogiendo el juguete. —No quería interrumpirte.
—No te preocupes —dice Maite, alejándose de la cuna y saliendo de su cuarto rumbo a la sala. —Ya está completamente dormida. Ella no se duerme por completo sino la escucha.
—¿Y por qué esa canción? —Pregunta curioso.
—Cuando la escuche me paso algo extraño con ella —comenta sentándose en el sofá. —Fue... como explicártelo, tenía como cinco meses de embarazo y Alegría, estaba muy inquieta, me senté a escuchar tu CD y cuando sonó esa canción ella se quedó tranquila, desde ese momento se la canto para que pueda dormir, se podría decir que es su canción de cuna.
—Esa, como todas la canciones del disco fueron pensando en ti Maite
—declara sentándose junto a ella. —Aunque no me creas aún no te he sacado de mi vida.Maite, se ruboriza por las palabras de William, no puede evitar que su corazón se acelere y comience a respirar más rápido, cosa que a él le empieza a gustar porque sus pechos comienzan a hincharse provocando muchos pensamientos subidos de tono. Sin pensarlo dos veces, Will, se acerca un poco más a ella para poder tener sus labios más próximos.
—William yo... —Maite, mira sus labios y le provoca besarlos, se muerde los de ella para evitar el deseo y vuelve a subir la mirada. —Yo quería saber cómo quedaremos.
—¿Con respecto a qué? —Pregunta en tono suave e inclinándose un poco para tener su rostro más cerca al de la mujer que lo trae de cabeza.
—Con respecto a nuestra hija —responde ella con voz temblorosa. —Claro está, creo que con respecto a nosotros ya estamos bien entendidos que no hay nosotros.
—No estés tan segura. —William, la toma por la nuca y la aprieta contra su rostro para darle un beso profundo y apasionado, Maite, se deja llevar y corresponde al beso de la misma manera. Él la acuesta en el sofá para quedar sobre ella y poder besarla con mayor comodidad y acariciar todo su cuerpo como lo ha deseado desde la última vez que lo hizo en el estudio de grabación. Estando en pleno beso son interrumpidos por alguien que a toca la puerta, Will, maldice a quien ha osado a detenerlos, y Maite, más bien agradece a esa persona por aparecer justo a tiempo, lo desea demasiado pero primero tienen que aclarar su situación.
—¿Esperas a alguien? —Pregunta levantándose de encima y tratando de controlar su respiración agitada.
—¡No! —Contesta sentándose e igual que él tratando de controlar su respiración.
William, camina hacia la puerta y la abre, mostrándose ante él un mesonero del hotel con un una botella de champaña y una nota.
—Disculpe usted señor —dice el joven al ver la cara de pocos amigos de William. —En la recepción dejaron dicho que trajéramos esta botella exactamente a esta hora. —Coloca la botella en la mesa y regresa a la puerta. —Y que esta nota se la entregara expresamente al hombre que abriría la puerta con cara de mala leche por interrumpirlo. —Maite, carcajea por el comentario que dijo el joven, definitivamente son ocurrencias de Arcángel.
—¡Perfecto!— Exclama Will, saca de su bolsillo un billete y se lo entrega al chico, este sale y los deja solos de nuevo, se aproxima a la mesa y toma la nota abriéndola, en voz alta lee su contenido:
"Como ya te diste cuenta de que, Maite y yo, solo somos amigos, te digo que no la dejes ir. Esta mujer se ha quedado seca de tanto llorar por no poder estar a tu lado, ahora es el momento de que seáis felices, de que hagan el amor intensamente y olviden el pasado que el futuro os espera... PD: Lo pensé mejor y les envié la botella porque estoy seguro que querrán comer pero no precisamente comida, así que a su salud."
—¡Está completamente loco! —Dice Maite levantándose y llevándose las manos a la cara apenada. —¡Yo lo mato!, ¡¿cómo es posible que diga esas cosas?!
—¿Decir qué? —Pregunta él dejando la nota en la mesa, abre la botella haciendo el menor ruido para que la niña no despertase. —¿qué has quedado seca de tantas lágrimas que derramaste por algo que no vale la pena mencionar?, ¿por lo de hacer el amor intensamente?, ¿por qué Maite? —Sirve las copas y le da una a May, chocando su copa con la de ella y tomando un trago.
Maite, lo imita y toma un trago largo, necesita un poco de alcohol para verle el sentido a todo lo ocurre.
—Por todo —responde tras ese trago largo que para su desgracia no ha hecho ningún efecto.
—Entonces brindo por Arcángel, desde ahora será parte de mi familia —dice levantando la copa y tomando lo que queda en ella de una sola vez, le quita la de Maite, y las coloca junto a la botella.
—¿Qué piensas hacer? —Pregunta ella al ver en sus ojos un brillo extraño.
—Vamos hacer exactamente lo que indica la nota —Se acerca ella y la carga en sus brazos.
—¡William, bájame! —Exige nerviosa.
—Entiende algo Maite López, futura señora de Rodríguez, ahora que te tengo no te pienso dejar ir. —Se encamina al cuarto de Arcángel, sonriéndole pícaro.
—¡Estas completamente loco, William! —dice al entrar a la habitación de su amigo.
—Estoy más cuerdo que nunca preciosa, te voy hacer el amor intensamente, mejor dicho dejemos que el amor nos haga porque tu cuerpo y el mío lo merecen. No pienso dejarte ir de nuevo Maite, mi Maite, mi vida, mi amor. Ahora si no habrá nada ni nadie en este mundo que nos separe. —Le da un beso que la deja completamente indefensa, la posa en la cama y comienza a besar cada parte descubierta de la piel de Maite.
Ella se deja llevar por las sensaciones que él le ofrece, desde hacía mucho tiempo añoraba sus caricias, sus besos, extrañaba cada instante de amor vivido con William.
William, decide detenerse un poco y reflejarse en los ojos pardos que en todo este tiempo había soñado volverse a ver, mirar la pureza del alma de Maite, y corroborar que siempre ha sido suya. Se levanta de la cama y la sienta al borde de la misma, se arrodilla ante ella y con suma delicadeza le quita el blusón que tiene puesto y ella de igual modo le quita la camiseta, William, toma uno de sus brazos y comienza a besarlo desde la mano hasta llegar al hombro, en cada beso Maite siente una oleada de sensaciones que de ninguna forma quiere detener, Will, sigue su camino de besos por todo su cuello para luego bajar hasta sus pechos donde lo esperan completamente excitados, con una de sus manos acaricia a Maite, por la cintura y con la otra trata de quitar el sujetador, mientras que su boca sigue con su labor de llenar de besos las protuberancias de ella, por encima del sujetador se podía notar la excitación de Maite, sus pezones están duros y erguidos, William, pasa la punta de su lengua por uno de ellos haciendo que se estremezca de placer. Logra quitar la prenda dejándola caer al piso, como si se tratase de un manjar delicioso toma un seno con su mano y el otro entre sus labios, la dulce tortura está llevando a Maite, al borde del abismo de pasión.