𝙁𝘼𝙇𝙎𝙀 𝙋𝘼𝙍𝘼𝘿𝙄𝙎𝙀 [ ᴅᴏᴜᴍᴀ ]

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FALSE PARADISE | Douma

Capítulo cinco: Seguidora.

Rōtasu miraba la enfermería y la misma vez los movimientos del doctor del templo, el cual tenía un semblante inexpresivo mientras le colocaba una venda limpia a su pie herido, el cual fue tratado al igual que sus moretones y los rasguños de su cara que ahora eran cubiertos por unas curitas. Por mientras Douma aparece en la habitación cansado de esperar afuera de lo ya mencionado mirando primero al doctor revisar a su nueva seguidora distraída hasta que su mirada chocó con la suya tomándola desprevenida, cosa que lo hizo sonreír y al parecer avergonzar a la humana quien mira a otro lado escondiendo su rostro con sus mechones.

—¿Y bien, qué tiene?—Pregunta el rubio al ver el doctor pararse e ir a dirección a un escritorio.

—Nada grave, señor Douma. Sólo unos moretones que encontré en su cuerpo y algunos rasguños.—Menciona el hombre escribiendo en una hoja.—Eso sí, tiene una herida en su pie derecho, ya le cosí y la vendé. Necesito que la joven repose primero y que cuando su herida mejore trabaje, tampoco se esfuerze mucho para no tener que coser de nuevo su herida. Por último beber mucha agua y tener muchos alimentos, está algo delgada y deshidratada.

—¿Doctor, le ha revisado si tiene problema al hablar o si se ha hecho daño en la garganta?

Esa pregunta salir del rubio hace que Rōtasu lo mire ladeando su cabeza a un lado sin entender muy bien porque le preguntó eso al doctor hasta que recuerda de su discapacidad.

—¿No lo ha notado, señor Douma?—El nombrado suelta un "¿Mmh?" confundido.—Ella es muda. Al principio creí que por el tiempo de no haber tomado agua o estar muy callada pueda ser el motivo de que no podía hablar, me dí cuenta de que en realidad no es así. Sino que nació ya con esa discapacidad.

Ahí Douma entendió de porque la muchacha no emitía ni un sonido salir de su boca o cuando había llorado tampoco emitió un sollozo. Reitera su mirada en ella, la cual lo miraba con la cabeza ladeada, pero vuelve a su postura anterior al ver que este se aproximó a ella y se colocó justo frente suyo mirándola fijamente. La mirada intensa del rubio sobre la chica hace que mire a otro lado bajando un poco su cabeza, pero una mano ajena agarra sus mejillas y eleva su cabeza teniendo nuevamente sus ojos multicolor fijos en los suyos.

—¿Así que muda? Interesante.

«Yo pensando en comerla para oír sus gritos, pero al parecer munca los escucharé. Por ahora no la mataré, sólo la dejaré estar en mi templo mientras obedezca mis reglas y en cualquier momento me la devoraré.»

Una sonrisa maliciosa se dibuja en sus labios ocultándolo con uno de sus abanicos metálicos alejándose de ella mientras dejaba salir una risita silenciosa, por otra parte tanto la acción como la actitud del rubio confundió a la castaña quien lo miraba con el ceño fruncido y la cabeza a un lado.