Posiciones

Natasha Romanoff

Advertencias: Sexo, mención del strap-on y Nalgadas.

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El silencio es ensordecedor.

No parece que a ella le importe.

Natasha Romanoff te mira fijamente con su característica sonrisa de suficiencia desde su lugar al otro lado de la habitación, recostada en su sillón como una reina que puede tener todo lo que quiera.

Y ella te quiere.

Te das cuenta por primera vez de que Tony sabe lo que sientes por ella porque él se llena de alegría tan pronto como ella habla. Te mira, esperando que iguales su energía porque Natasha Romanoff acaba de ofrecer $15 para comprarte durante su subasta falsa.

Parece que no puedes apartar los ojos de ella el tiempo suficiente para hacerlo.

Natasha se levanta lentamente, tomándose su dulce tiempo para abrirse camino entre la masa de personas hacia ti. Todos están inquietantemente callados, observándola con atención embelesada mientras saca un billete de $20 de la nada entre sus dedos y se lo entrega a Tony. —Quédese con el cambio.

Tony lo toma y se lo muestra con orgullo a todos los demás. —20 dólares por Natasha Romanoff. —Él anuncia sin darle a nadie más la oportunidad de ofertar un valor más alto, su agarre sobre tus hombros se relaja para que Natasha pueda alejarte de él.

Casi parece demasiado feliz para dejarte ir.

Te arropa a su lado, inundándote con la calidez de su cuerpo y el suave olor de su perfume. Parpadeas, sintiéndote sonrojarte mientras Natasha te guía a su sillón con un agarre posesivo alrededor de tu cintura, mirando al frente mientras la gente le hace espacio para que ella camine.

Notas que es demasiado pequeño para que ella y tú se sienten una al lado de la otra cuando te acercas. Natasha encuentra fácilmente la solución a este problema tirando de ti a su regazo como un premio. Su mano descansa justo debajo del borde de tu vestido, su dedo meñique se sumerge debajo de la tela mientras frota tu muslo de una manera que te calma tanto como te pone más nerviosa.

Empiezas a preguntarte si lo estaba haciendo para retomar la broma de la subasta o si hay algo más detrás. De cualquier manera, eres irritantemente consciente de que puedes sentir que te mojas con cada roce de sus dedos sobre tu piel, y los ojos observadores de Natasha probablemente se dieron cuenta de eso.

Tony roba la atención de todos sobre ustedes dos. Estás agradecida por ello. No crees que puedas lidiar con que tu equipo te vea retorcerte en el regazo de Natasha Romanoff sin morirte de vergüenza. Sabes que ella sabe por qué estás tan nerviosa.

A la pelirroja no parece importarle. Abraza tu cintura con su brazo libre cuando se mueve para sentarse más cómodamente, inclinándose más cerca de ti. —Relájate, no te voy a morder. —Sus labios rozan la concha de tu oído para susurrar como si estuviera contándote un secreto, y tu respiración se entrecorta cuando aprieta tu muslo.

—Eso no es por lo que estoy nerviosa. —Susurras nerviosamente en respuesta, mirando a tu alrededor con urgencia. Todo el mundo está demasiado ocupado viendo a Yelena y Sam pelear por algo como para prestarles atención a las dos que están sentadas en el fondo de la sala, pero aún estás en público siendo acariciada por la impresionante mujer de la que estás segura que estás enamorada.

Natasha se ríe, el sonido es bajo y melódico. Piensas en lo bien que sonaría contra tu oído mientras te follaba. —Lo sé. —Ella deja que las yemas de sus dedos se sumerjan más debajo de la tela de tu vestido, su mano avanza lentamente poco a poco hasta que se detiene a solo unos centímetros del lugar que más la deseas, deslizándose más cerca del interior de tu muslo. Inconscientemente abres tus piernas para ella, inhalando profundamente cuando sientes el calor de la mano de Natasha casi tocándote. —Es lindo que pienses que no me daría cuenta de tu pequeño enamoramiento por mí. —Ella murmura, usando el agarre en tu cintura para mover suavemente tu cuerpo hasta que estés menos incómoda sentada en su rodilla y más completamente en su regazo.