Me levanté como cada mañana casi a gatas evitando emitir algún ruido aunque fuera el más minúsculo, la ñora que vivía abajo o más bien la dueña se la pasaba chingando que siempre a las meras seis de la mañana le hacía un chingo de ruido aunque yo aún seguía durmiendo, ya me le traía a la pinche vieja entré ceja y ceja ni un puto plató en la mesa podía poner porque según ella siempre protestaba: Ya hiciste mucho ruido y no dejas dormir a mi princesa; una pendeja ya de dieciséis años que hasta al "amiguito" metía a la casa y eso cada día era uno diferente jajaja pinche niña cusca, hasta mi cuarto se oía el rechinar de la cama de su querida mami todos los fines de semana, pero no se me ofendan yo no la tocho de nada a la mocosa, está viviendo su vida de adolescente como ella quiere y dirán, ¿Envidia? Pues no la verdad yo la viví saliéndome a la calle solito con mi amada, con mi único amor mí baikita o con mi único amigo.... demasiado especial el mejor la verdad, aunque ya no lo quiero recordar puesto que éso quedó atrás ahora tengo un nuevo mejor amigo unidos por una mujer que jamás nos amó a ninguno de los dos, aquel que se entera de todo lo que ocurre en mi día a día, aunque solo lo vea en las noches algunas ocasiones o finés de semana que lo invito a la casa y solo él actualmente puesto que en ocasiones ser el chiquillo rarito por así clarificar mí ser ante la mirada de los demás. Tomando nuevamente lo de la doña pinche vieja también tenía pleitos de que mí ropa está de su lado y la hija de puta me la tiraba al suelo volviendo a ensuciarla, en ocasiones solo soltaba un par de lágrimas, pero ya después me dí cuanta que solo tenía que aguantar Bara, y no darle lo que quería la ñora, también que sí ya le deje tiradas las cosas y que ya la había dejado basura fuera de su casa puras mamadas a la verga, yo me aparecía hasta las ocho de la noche o hasta el horario acordado las doce y eso sí se me atravesaba irme a platicar con alguien conocido o quedarme con mi abuela ya ni me regresaba para donde rentaba.... Aguanta, ¡puta madre!, ya tenía que irme a trabajar a la fonda de mi abuela nunca le falló a mi viejita más aún sabiendo que tengo tantas cosas que pagar, que si la luz, que el agua, que el gas, que sí le tengo que meter crédito al celular, el internet y que Netflix puta yo solito me metí en pedos y más con salirme de mi casa, pero valía la pena ya me había cansado de estar con mi mamá y mi papá chingando la madre con las cosas que me decían como : ¿Es que por qué eres así? ¿Es que por qué no hacés como tu hermana? ¿Es que por qué sí ya no estás a gusto no te vas? Sí ya no quieres estar aquí vete, ¿por qué no lavaste ésto!? ¿¡Por qué no recogiste mi ropa y la de tu hermanita!? ¿¡Por qué no le das lo que quiere tu hermanita!?, Chingada madre no es mi hija, no soy el criado vergas y más les ardía que ya ni les hacía caso o les lloraba cuando me hacían sentir mal, como la de la escuela, que sí mi peso, porque comía mucho, puras mamadas, me decían: tú no eres nadie y nunca lo serás, nunca serás alguien en la vida, nos vas a necesitar en un futuro, ya te sientes bien verga ya vete, puras mamadas las verdad y se que a lo mejor lo de ayudar a mi abuelita se veía como algo de interés pero no ella misma me contrató y me dijo que ser familia era muy aparte además que mi abuelo su nueva pareja era el que me pagaba, pero bueno tomando de nuevo lo de mi familia según ellos y lo que mi abuela me cuenta, quieren que me regresé y que ya no me van a decir nada, se me hace que la cabrona de mi hermana los mando a la verga, como no se dejaba desde chiquita mandar pues ya se les pelo a lo mejor o yo que se ya no me meto en pedos con ellos. Pero bueno ya dejemos los de mi familia, ¿En qué estaba?.... ¡Ah sí!, Tome mis cosas, mi mochilita llena de un poquito de dinero máximo trece pesos y sí ya sé soy bien miserable pero me vale verga ni compró nada eso nadamás es por sí se me atraviesa algo, mí perfume, mi celular, las llaves que si no la pinche vieja no me abre y mis lentes porque ciego soy nomás cuando leo, ya estaba listo para irme, asomé la cabeza y como sí tanto la pensarla la invoque, ahí estaba la maldita, maldita pero con cara de buena, platicando con doña Mari ella era como mi segunda mami y abuelita, me había regalado un periquito cuando cumplí veinte años sí a lo mejor ya no soy un adolescente o clásicamente y entré comillas aún lo soy, la pinche vieja de doña Cecilia así llama la dueña, aunque todos sabemos que para mí es la pinche vieja y punto y es que la odió con todo mi corazón, esa doña ya la había echado ojo al periquito que mi dulce doña Mari me dió, ese día que me lo regaló le dijo que ni lo viera tanto que ese periquito ya tenía dueño y era mío porque él me había escogido, yo venía entrando, con mi lechita en manos y unas galletitas ése día, nomás me quedé con mi cara de babotas en la puerta, mientras que por dentro me cagaba de risa al ver la geta de doña Cecilia, como me volteaba a ver feo mientras mi viejita Mari me hacía señas para que me acercara, apapachandome como siempre mientras que regañando a la bruja, yo ponía mi carita de menso y inocente , era un amor mi doña, dejé mis recuerdos de lado y volví a mi realidad por el grito de mi doñita amada, ya uva a salir sin hacerle tanto ruido para que no me viera la bruja, pero mi amada doña Mari sí me alcanzó a ver mientras me llevaba, yo no la había escuchado, siempre que me pongo a recordar me pierdo y enzordesco, ay mi dulce señora ya solo me soltó sus dulces palabras de todas las mañanas.
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Malditos recuerdos
RandomÉsto tal vez sea real o tal vez no, no se sabe solo lo que un adolecente común puede explorar en un flechazo primerizo, con una persona que por fin lo acepto o tal vez ya no la primera. Personajes 100% originales. !Tal vez no esté bien escrito! Se...