—Nori rechazó la oferta a sabiendas de que tenía un hogar al cual debía volver. Ella había escapado de casa tras un berrinche y una fuerte discusión con su padre. Ahora que estaba más relajada volvería con él, le pediría perdón y luego buscaría qué hacer con su vida, en algo más tranquilo que en verdad le llamase la atención. Recibió su paga, abrazó a todos, agradeciendo la amabilidad con la que la trataron. Le mencionó a Billy sobre los pobres equinos que trataron de atender en las llanuras al ser atacados, para que kaseianos más capacitados fueran a su auxilio. Billy haría que se llevara a cabo su última petición por el gran trabajo que hizo junto a los demás. Tras esto, ella buscaría un hotel para pasar el resto del día y partiría a la mañana siguiente.
Ahnita mencionó que no deseaba trabajar como guardaespaldas, al fin y al cabo era una princesa, sucesora al trono. Lo que necesitaba era estar sola por unos momentos, además, ya había rechazado la parte de su paga cuando reveló su identidad a Billy. Salió de la casa, esperando encontrarse con Z4 en algunas de las avenidas. Le carcomía la cabeza el saber que por fin tenía la oportunidad para hablar con él, pero le molestaba más el hecho de que fuera Lina la que estuviera con él en quién sabrá que parte de todo el reino. ¿Y para qué lo buscaba?, si hace poco vio que él ya había hecho su elección. Decir que sería para que resolviera su duda, cuya respuesta fue interrumpida por aquella lucha, solo era un tonto pretexto.
Z4 detuvo a Lina. Con una mano, la cual emitió un brillo claro, limpió el rostro cochambroso de la mujer. Luego siguieron andando hasta que llegaron a un pequeño sitio escondido, rodeado de flores. Estaban en una de las partes traseras del castillo (¿Cómo es qué no los notarían?). Lina soltó el brazo de Z4 y se recostó sobre la hierba. Z4 se sentó a su lado, admirando la belleza de la naturaleza—
>Te voy a contar un secreto. Puede que no me lo creas. Hace algún tiempo soñé contigo, justo en un lugar similar —Lina arrancó una de las flores cercanas y la llevó a su nariz para poder aspirar su aroma—. Estabas... Es un secreto —pensar en esas acciones le subían la sangre a la cabeza—
Z4: Sí, fue un lindo sueño. Lo recuerdo a la perfección. Te veías tan hermosa —Lina se incorporó quedando sentada y mirándolo con intensidad—. En algún momento tuve una extraña sensación y cuando dormí me encontraba contigo en este hermoso sitio. Ambos sabemos el resto —finalizó, mientras acariciaba su rostro—
>¿Fue alguno de tus poderes? —preguntó con un brillo cristalino en los ojos—
Z4: ¿Tú cómo sabes acerca de eso? —Ella le sujetó la mano y le platicó todo lo que Ahnita había comentado sobre él, cuando estuvo encarcelado en el calabozo del castillo. Además, Karonte le comentó tiempo después de su partida en Monterrla, que había visto en algunas ocasiones fuego en sus ojos. Fuego que ella también contempló en su momento antes de atacar la mansión en Luna Gris. Aparte, acababa de limpiarle el rostro con un resplandor. Y no podían faltar los siguientes hechos: la columna de fuego que atravesó los cielos de Kasei, el que él asesinó a casi todos sus excolegas por su propia cuenta y la espada que le prestó y desapareció momentos atrás... ¿Cómo se podía ocultar algo así?— «Yo y mis preguntas estúpidas» —se reprendió mentalmente. Rindiéndose ante la posibilidad de que nunca dejaría de hacer interrogaciones tontas—. Sí, aunque en ese entonces no lo comprendía bien. Cuando desperté le resté importancia al asunto. Me refiero a lo que sucedió en Xitz, la columna de fuego. ¿Quieres que te cuente sobre la espada y yo? —Lina asintió enérgicamente— Es una historia muy larga, pero al parecer tenemos tiempo.
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ZENTEYKXION
RandomÉl acaba con la maldad, marcando el sendero con la sangre de los desdichados que han osado oponerse a la bondad de sus propias almas y la de los demás. Los extermina sin vacilar. Sin temor a ser odiado. Cargando consigo mismo el dolor de los que suf...