La noticia me había caído claramente mal, empecé a hiper ventilar y justo me toco la menos pedagógica para calmarme. Comencé a gritar en el auto.
—¡Cómo es posible!
—Bueno la loquita de tu ex al parecer tenía gente adentro, y se escapó. Han levantado una alerta y...
—Tengo que volver con Cavanagh, da la vuelta ahora.
—Ella se orilla y frena el auto— Escucha princesa yo entiendo que estés claramente alterada, pero estamos haciendo todo lo posible...
—¡Me importa un carajo lo que estén haciendo...!
&Entonces perdió los estribos— ¡Ya cálmate! —me zamarreo en el auto— hay gente vigilando la casa de la familia de tu novia, tu hermano y madre también tienen vigilancia, y Dios sabe que ni yo, ni Cate la necesitamos porque le meteremos una bala entre los ojos si se atreve a respirarnos cerca. En Londres Cate movió a sus contactos y están vigilando a tu novia, asi que te calmas —me suelta— ahora iremos con Alex, te quedaras con ella y Cate. Yo no las soportaría mucho tiempo —ya así logró calmarme la menos pedagógica— Vamos por tus cosas y a lo de Cate.
Llegamos a la casa que compartía con Ainhoa, afuera hay un móvil vigilando, meto la llave y esta abre, Frannie saca su arma y pasa primero a revisar que no haya sorpresas. Vuelve y me hace seña de pasar guardando su arma. Cuando llego al cuarto la ropa que dejé que era mía está destrozada regada por todo el cuarto, hasta la ropa interior y mis anillos, pulseras etc todo lo mío destrozado, no hay nada que pueda llevarme de aquí.
La misma molestia de ser observada me invade miro por la ventana pero no veo a nadie. Bajo a la cocina y miro arriba de la mesa, donde se encuentra mi viejo teléfono apagado, el collar y falta el anillo, la puerta que da al patio tiene un vidrio roto.
—Alguien entró y se llevó el anillo.
—¿Tomaron algo más?
—Ropa.
—Frannie el anillo, mis cosas destrozadas, fue ella.
Ella asiente. Camino por la sala, nuestras fotos partidas en dos y tiradas, los cuadros en los que salíamos ambas, tienen el vidrio roto en la cabeza donde salgo yo. Aquí estuvo el tornado Ainhoa y arraso con todo.
Me dirijo a la encimera y busco una taza que me regaló Cavanagh en forma de osito, es lo único que ella no ha tocado, la tomo y me marcho de ahí para siempre, ya no hay nada más de mí aquí y ciertamente no tengo nada más por lo que volver.
—¿No te llevaras nada más?
—Nada más sobrevivió al tornado Ainhoa.
Tomo las llaves de esa casa, cierro y las tiro adentro por una ventana que dejé abierta, al fin era libre de dejar la jaula a la que había estado confinada.
Llegamos a la casa de Cate, con Alex que me recibe abrazándome con Lulu en brazos, la tomo y lleno de besos a la pequeña.
—¿Qué sigue ahora?
—Esperar, tiene pedido de captura. Cate levantó una alerta para aeropuertos y aduanas, no puede salir del país. Mientras tanto te quedaras acá, iras a trabajar, cada una hará su vida adulta normal, pero estarán siempre acompañadas, yo me encargaré de vigilarte y cuidarte a ti.
—¿Podré salir del país?
—Acabas de llegar princesa ¿Qué tal si te quedas un tiempo aquí?
—No quiero que ella siga controlando mi vida aunque no esté.
—Hasta que no la atrapen, tenemos que ser cuidadosas Audrielle —intervine Alex— Ainhoa es una persona muy inestable, que claramente no gestiona bien el rechazo, y tu no solo la has rechazado sino que en su cabeza también la has traicionado.
—Bajo la cabeza— Tiene un mejor amigo Killian Degon, seguramente podría estar con él, aunque ella es estratégicamente encantadora, sabe seducir con las palabras cualquiera la ayudaría. La he visto usar su encanto para hacer que dos tipos en un Ferrari de traje, nos cambiaran la rueda pinchada. Ella es una muy buena manipuladora.
—Entonces con más razón, tienes que tener cuidado Audrielle, no creo que lo mejor sea que viajes a Londres.
—Ella está allá sola.
—¿Y quieres ir a acompañarla, así las atrapa a las dos y termina con ambas?
Me levanto y voy a bañarme, sé que tienen razón, sé que ella es peligrosa, pero también sé que dejar a Rebecca sola en Londres no me trae paz.
Sigo con mi rutina normal, tal y como sugirió Frannie, con Rebecca hacemos video llamada cada vez que podemos. En este tiempo aproveche a visitar a sus madres, acompañada de Alex y su hija de la cual ellas se enamoraron de la pequeña Lulu, pero sobre todo Mel, quien cuando sugirió que quería ser tía, consiguió que me ahogara con el té.
—¿Cuánto ha pasado?
—Doce días, ya han retirado la vigilancia de todos lados —cierro la puerta de la heladera— quizás ella prefiera seguir escondida, quizás quiera huir y nada más, irse del país.
—Quizás espero el momento correcto para atacar —responde Cate— es una calculadora Audry, hasta tal vez haya previsto todo esto, y no me extrañaría que estemos aquí sacando conjeturas mientras ella está viendo su próximo movimiento para hacerles daño. Si lo vemos desde su perspectiva ya no tiene nada que perder, familia no tiene, te perdió a ti, sus pacientes la dejaron, su socia cerro el consultorio, ya no puede ni va a volver a su casa. Debe haber escapado con el único propósito de hacerte daño o hacerles daño a ambas, no la debemos subestimar.
—Mierda —me tomo la cabeza, para darme cuenta finalmente de la magnitud de todo esto— tienes razón.
Pero cuando las cosas parecían ir en calma ella apareció finalmente ¿Cómo? Bueno dejándome cartas que me llegaron a mi trabajo. Esta es la primera de muchas.
1
Espero que hayas disfrutado de tus vacaciones lejos de mí. Te sigo vigilando desde las sombras, esa sensación de sentirte observada soy yo, y si crees que deshacerse de mi es tan fácil, estás muy equivocada.
Te sigo amando A.
2
Me dejaste y ahora no tengo nada que perder, pero tu perderas el sueño, el hambre, y hasta las ganas de vivir, por haberme abandonado y haberme hecho esto. Pero siempre estás a tiempo Audrielle de remendar las cosas, deja a Cavanagh definitivamente y para siempre, ven conmigo, empecemos de cero en otro lado y olvidaré todo. Ahora, mientras más te demores en elegir y más te empeñes en alejarte de mí, más voy a enojarme y más daño voy a hacerte, hacerle a ambas.
Te sigo amando A.
Essa fueron las primeras cartas, el aviso de que iba a ser mi vida miserable en imposible. Y sé que ella cuando se le mete algo en la cabeza es más fáciles arrancarle la cabeza que la idea. Yo estoy dispuesta a dejar a Rebecca de una vez y para siempre con tal de protegerla, pero también estoy dispuesta a acabar con la vida de Ainhoa si se atreve a siquiera respirar cerca de ella.
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Efecto Cavanagh
RomanceSe prometió a si misma que nadie nunca más le haría daño, pero sus promesas flaquean cuando Cavanagh aparece en escena y cuando su ex le pide una segunda oportunidad. ¿Quien ganará el duelo? ¿Que tan peligroso puede ser el amor?