19|Be afraid of me

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«Day 33»

Narrador omnisciente

Habían pasado tres días después de lo sucedido, a medida que pasaban mas los días, la pobre Leigh se mostraba cada vez mas confundida, pero esta sabía disimularlo bien, y nunca descansó hasta conseguir mas información sobre ella, o sobre el verdadero Tom Kaulitz.

Sin embargo, Betth ya no se atrevería a decir nada más después de lo qué habló con Bill. Ella sabía que cualquier mal movimiento sería un lamento para ambas, ahora temía de lo que Tom podría hacerle a su amiga.

"Sí para protegerla tengo que quedarme callada, entonces lo haré" estos eran los pensamientos de la rubia, pero a la misma vez eran un sube y baja para ella. A veces la observaba tan debil, tan mal... y tenía el impulso de ayudarla.

"¿Pero cómo podría ayudarla? Si al igual que ella estaba metida en todo esto"

La pelinegra se encontraba sentada en uno de los sofás de la sala de la biblioteca, leyendo un libro. Ella misma había dicho que le incomodaba leer en la biblioteca, sin embargo, su amiga siempre llegaba a ciertas horas de la noche y la pelinegra pensó que esto sería una buena excusa para verse.

Cabe destacar que en estos tres días la pelinegra nunca se había cansado de insisitirle a Betth para que le contara la verdad. Pero, betth se mostraba firme con su respuesta, siempre con su 'no lo sé' tal y como se lo había repetido Bill a la rubia.

Mientras que Leigh leía de su libro, sus pensamientos no se calmaban y tomaban el protagonismo en su mente. Se sentía verdaderamente mal, y por más que hacia el esfuerzo para recordar, no podía, pero sus pesadillas comenzaban a cobrar sentido para ella.

Siempre aparecía atada, o se sentía atada. Ella solo podía pensar una sola cosa "Tom me tiene secuestrada" pero de inmediato se abofeteaba mentalmente. ¿Porqué? Ella no era capaz de creerse eso, ella no era capaz de creer qué el mismo qué la cuidó, que le brindó su apoyo y su cariño, era el mismo que la secuestró y qué la tenía atada completamente a él.

Y lo que le esperaría a Leigh cuando se entere qué aquél de trenzas, era nada más y menos que un asesino, un villano, un monstruo...

O su pesadilla.

Por otra parte, el de trenzas se encontraba en un club nocturno junto a sus hombres, con otros dos más que habían ido con él en caso de que los necesitase.

—Necesito novedades sobre ese hijo de puta. —Ordena Tom, para luego tomar un sorbo de su vaso de whisky. —El tiempo corre. —Amenaza. —Y necesito volver a los ángeles, no puedo descuidar las cosas allá. —Argumenta, soltando un suspiro y llevándose el cigarrilo a sus labios.

—Entendido Kaulitz, pero su hermano está a cargo. —Suspira. —Creo que podemos dejar a un lado las cosas en los ángeles, y preocuparnos en...

—De ninguna manera. —Interrumpió Tom a Abel, dedicándole una de sus fuertes miradas. —Por culpa de mí hermano tengo que volver en cuanto antes. —Gruñe Tom, para luego llevarse el vaso de whisky a su boca.

Abel y Nicanor asienten obedeciendo las palabras de su jefe. Aquél el de trenzas no ha podido pegar el ojo desde qué se enteró que ahora Betth estaba cerca de la pelinegra, Tom de ninguna manera confiaba en ella y sabía que ella se convertería en un problema.

Tom se sentía traicionado por su hermano, no entendía porque aquél había hecho esto, pero claro que su menor sabía de las consecuencias, y de eso se iba a encargar Tom cuando regrese.

Pero no... Tom no era capaz de hacerle daño a su hermano gemelo, a su otra mitad, a quien defendió y protegió por años. ¿O sí era capaz?

Uno de los hombres qué habían decidido acompañar a Tom, Albert, muy bien tratado por el de trenzas llega e interrumpe la sala en donde se encontraban todos. Era una sala un poco alejada de el club, y por supuesto situada en la zona VIP.

¹⌉ 𝟵𝟵 𝘿𝙖𝙮𝙨 ; 𝙏𝙤𝙢 𝙆𝙖𝙪𝙡𝙞𝙩𝙯 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora