2- Fogata

99 7 0
                                    


Estábamos todos cenando mientras Laurel miraba con una cara asesina a su hijo que se estaba riendo junto a Jeremiah del algo supuestamente graciosos en el celular.

—Steven si no sacas ese teléfono de la mesa no sales por un mes. —Jeremiah se dejó de reír y al ver que su amigo ignoraba a su madre lo miro.

—Steven. —le saco el celular y lo lanzo a una silla.

—Si Jere, ya entendimos que estuviste entrenando.

—Tu solo tienes envidia de que Jeremaiah tenga mejor cuerpo que tu. —dice Belly.

—Bueno dejen de pelear—Susannah interrumpe a los hermanos. —Chicas, tengo algo para ustedes. —nos entrega un sobre a cada una.

—¿Debutantes? —pregunta Belly.

—¿Eso es donde las chicas se ponen vestidos blancos y bailan? —pregunto con horror.

—Exacto. Allí muestran que alcanzaron la madurez suficiente para debutar.

Escuchamos como Steven y el menor de los Fisher sueltan una risa por eso último. Miro a Jeremaiah con notable molestia y el deja de reírse al instante.

—Auch. —se queja Steven luego de que Jeremaiah le pegara un codazo el brazo para que deje de reírse.

—Es ridiculo, eso es para tontas. —habla Conrad.

—Pues entonces soy una tonta. —Belly lo mira. —Yo aceptó. —habla mi amiga y yo me quedo callada mirando la carta. De repente siento como alguien toma mi mano y alzo la vista para ver a Sus.

—Tu madre era igual que tú cariño. Odiaba los vestidos y bailar le parecía algo ridículo, con Laurel estuvimos una semana entera para convencerla así las tres debutábamos. —yo la miraba atentamente. —Pero te puedo asegurar que luego de ponerse ese vestido blanco y bailar con tu padre, ella misma me dijo que no se arrepiente de nada. —a mi ya se me estaban cristalizando los ojos.

—Lo pensaré.

Ya habíamos terminado de cenar y yo estaba en mi habitación terminando de guardar ropa en el armario cuando escucho que tocan la puerta.

—Pasa.

—Jules te tengo una idea. —Belly entra emocionada y cierra la puerta detrás suyo.

—Sorpréndeme. —cierro el armario al terminar y veo como ella se sienta en mi cama.

—Está noche es la primera fogata del verano.

—No iré Bells. —no la dejo seguir hablando.

—Vamos Juli, no te hará daño salir, hazlo por mi.

—Belly estuve teniendo las energías muy bajas últimamente y a esos lugares la gente suele ir a ligar. Ve con los chicos.

—Los chicos fueron los que me dijeron que no vaya y ya me aburre ver películas con mamá y Susannah.

—La noche de películas es sagrada Isabell. —la señaló.

—Bueno entonces, vamos? —yo suspiro vencida. —¡Si! ¡Gracias, gracias, gracias! —rápidamente me abraza.

—Laurel nos matará dios mío. —hablo arrepentida.

—No si no se entera. —me guiña un ojo. —Iré a cambiarme, tu haz lo mismo.

Se va cerrando la puerta y yo con cero ganas de existir veo que ponerme. Termino optando por un short de mezclilla clarito y un top negro de tirantes algo apretado a mi gusto, me lo había regalado Taylor hace unos años. Me puse mis vans y me dejé el pelo como estaba, lacio pero con algunas pequeñas ondas.

Con Belly salimos al mismo tiempo de nuestras habitaciones y ella me hace un gesto de que haga silencio. Bajamos las escaleras con cuidado y lentamente abrimos la puerta de salida. Una vez que cerramos la puerta dejamos salir todo el aire que estábamos conteniendo.

Cuando llegamos a la playa había bastante gente, un chico se acercó a Belly y ella no se veía muy cómoda así que la tome de la mano y la aleje con la excusa de que debía contarle algo.

—¡Steven! —lo llama su hermana.

—¿Que hacen aquí? —estaba con una chica y se lo veía molesto. —¿Que haces vestida así Belly?

—¿Que te molesta? Nos quedaremos. —le responde mi amiga enojada.

—No, claro que no. —de un momento a otra Steven se encuentra tirando de la muñeca de su hermana para que se vaya.

—Steven déjala. —hablo intentando que la suelte pero fue en vano ya que Belly termina cayendo en la arena frente a Conrad quien se estaba besando con una chica. Puedo ver la decepción de Belly, seguramente ella tenía muchas ganas de venir aquí para estar cerca de él. Rápidamente se levanta y veo como se dirige a la orilla del mar.

Iba a seguirla pero siento como alguien me toma de la cintura, me giro y veo a un chico que no conozco lo que hace que me asuste.

—Hola linda. —dice acercándome a él, olía a alcohol.

—Suéltame. —digo empujándolo con mis manos en su pecho.

—Solo quiero jugar un rato contigo. —esta vez me agarra de la muñeca fuerte.

—Déjame en paz. —cada vez me apretaba más del brazo y se me estaban cristalizando los ojos.

—Suéltala idiota. —Jeremaiah lo empuja y por fin suelta mi muñeca, puedo ver como el enojo del chico desconocido crece. Dios esto se va a ir a la mierda.
El chico se acerca a Jer y le intenta pegar un puñetazo pero mi amigo lo esquiva. Wow, sorprendente.

Ahora es Jere el que lo golpea en la cara provocando que empiece una gran pelea entre los dos.

—¡Basta! ¡Jer para! —me acerco a los dos para separarlos, mala idea, muy mala idea. Consigo ganarme un codazo por parte de mi gran amigo Jeremiah Fisher haciendo que caiga a la arena tocándome la zona en mi mejilla.

—Jules. —habla sorprendido y se separa del chico. —¿Estas bien? —yo lo miro enojada pero no me da tiempo a nada cuando se empiezan a escuchar sirenas de policía. El me da la mano pero yo la ignoro y me levanto sola. De repente aparecen Belly y Conrad y nos dirigimos al auto.

Los dos se suben en los asientos de atrás, se veían molestos, Jeremiah al volante y yo de copiloto. Arranca el auto pero después de unos metros frena de golpe.

—Steven. —habla.

—Dios mío, yo iré. —habla Belly bajándose del auto.

—Voy contigo. —Conrad es el segundo en bajar.

Y así amigos, es como quedamos Jeremiah y yo solos en el auto en un silencio incómodo. Me abrazo a mi misma ya que el top que llevo puesto no es antifrio.

Veo como el chico a mi lado se estira al asiento de atrás y me entrega una sudadera que sabía que era de él. Lo ignoré y mire por la ventanilla.

—Por favor Jules, te estás congelando. —habla y tiene toda la razón, sin más, agarro la sudadera y me la pongo oliendo su perfume. Noto como se me queda mirando. —Te queda mejor a ti.

—Lo se. —me cruzo de brazos mirando al frente para evitar su mirada.

—Perdón por golpearte. —me mira. —¿Sabes que no lo hice apropósito no? Nunca lo haría. —yo asiento. Jeremiah era una de las personas mas buenas y dulces que había conocido, sabía que nunca me haría daño.

De repente siento que me toma del mentón para que lo mire. Odio cuando tiene esos acercamiento conmigo, lo único que hace es ponerme nerviosa.
Siento como me acaricia la zona afectada y suelto un mínimo jadeo, y ahí es donde veo su cara de culpa. Baja su mano y la apoya en mi cuello. Notaba que no sabía que decir así que decido romper el hielo.

—¿En que momento te has puesto tan fuerte? —le sonrió para que no se preocupe y el suelta una risita.

Nos quedamos mirando por un momento hasta que no empezamos a acercar. Cosa que duró poco ya que escuchamos como se abría la puerta trasera bruscamente y me separado de él rápidamente mirando hacia la ventanilla.

Subieron todos al auto.

—Jere, la policía está atrás. —dice Conrad.

Ocean love / jeremiah fisher Where stories live. Discover now