capitulo 19.

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—¿Entonces....? ¿No volarás conmigo de regreso? —pregunta Joe.

Su rostro se contrae de enojo y tristeza y tal vez también algo de decepción.

Junto mis manos en la espalda y niego apretando los labios. Ambos estamos parados en el jardín del lujoso lugar donde vive Toto que prácticamente es una área común que comparten con los vecinos, aunque siendo sincera parece más la alberca de un lujoso hotel porque hay servicio de bar y todo.

Miro de reojo a Jack quien nos observa con una ceja enarcada en silencio y disimulando que está jugando con el peluche horrible que yace sobre su regazo. El pequeño está totalmente empapado, con las gotas bajando por su cuerpo y comiendo papas a la francesa de mala gana mientras nos observa.

Mi novio me da una mirada de arriba a abajo y puedo sentirme un poco cohibida cuando me doy cuenta de que efectivamente llevo solo puesto un traje de baño ya que Jack quiere estar en la alberca.

—Necesito el dinero.. —miento.

No lo necesito, de hecho nunca en mi vida pensé ver una cuenta mia con tantos dígitos como para comprarme lo que quisiera.

—Sabes que si tienes problemas puedo..

—No.. —lo interrumpo.

Joe suspira y gira sus ojos, talla su cara desesperado y después me atrae a él. Sus brazos rodean mi cintura y sonríe tiernamente. La diferencia de altura es enorme y no me pasa desapercibido el gesto que hace para elevarme del piso.

Puedo sentir las miradas curiosas de los presentes que están disfrutando del día soleado, trato de que no me interese y ruego porque no haya algún chismoso que nos tome una fotografía.

Su cara se esconde en mi cuello e inhala con fuerza para después alejarse un poco.

—¿Nunca me dejaras hacer esos gestos verdad?

Su pregunta me hace reír por el tono que usa, toma uno de los mechones de mi cabello y lo enrolla en su dedo mientras sonríe enormemente.

Sus ojos azules observandome atentos. Una risa inesperada sale de sus labios contagiándome a mi, se inclina un poco y baja hasta tomar mis piernas para echarme sobre su hombro.

La risa me asalta de inmediato cuando comienzo a reprochar y pedirle que me ponga en el piso, las risas se convierten en carcajadas y pocos segundos después me deja caer sobre un camastro. Su cuerpo queda recostado sobre el mio a la altura de mi abdomen y me río cuando enarca una ceja.

—¿Norah?

—No —digo entre risas. —No quiero que gastes en mi...

Rueda los ojos y asiente.

—Tengo que volver a los entrenamientos.. —me informa.

Un puchero sale de mis labios. Para ser sincera extrañaba a Joe, extrañaba sus bromas y sus miradas confundidas que me hacían reír porque a veces en verdad eran graciosas. Sus cejas se juntaban, sus labios se fruncian y se giraba a observarme con cara de ¿WTF? como esa vez que estábamos viendo un episodio de The Vampire Diaries y Damon dice que la saga de Crepúsculo está mal contada.

Subo mis manos a su rostro acariciando este y apartando sus cabellos rubios que han crecido un poco.

—¿Es en serio muy necesario que te quedes? —pregunta nuevamente.

Muerdo mi lengua dentro de mi boca y asiento. Un retorcijón en mi estómago se hace presente cuando me doy cuenta de que definitivamente no soy una buena persona ahora mismo.

TRAMPOLINE / CHARLES LECLERCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora