Prophecy [GOT]

Chapter 10

“Father”

Todo el cuerpo le dolía, estaba entumecido, mientras sentía como caía lenta y suavemente hacia atrás, sintiendo que el mundo comenzaba a transcurrir mucho más lento de lo normal y todo a su alrededor se sumía en un sepulcral silencio. Cerró y abrió sus ojos de forma lenta, con su pecho entumecido por el dolor y  cientos de pequeños rubíes saliendo despedidos de este, confundiendolo, mientras posaba su vista en el azul cielo sobre él. El cielo brillaba en un azul tan claro que le transmitía paz, despejado de cualquier nube blanquecina, con el resplandor del sol alzándose en lo alto.

Su cuerpo pareció caer sobre agua, porque se estremeció al sentir el frío tocar su espalda y como se hundía lentamente dentro de ella, dejando que la helada agua lo cubriera como si de un navío derribado se tratase. Volvió a pestañear lentamente, con sus pulmones parecían comenzando a cerrarse por la falta de aire, pero estaba tranquilo porque en su corazón y mente había paz, observando como el agua dificulta su vista pero notando como una sombra justo sobre él cubría su vista del hermoso cielo azul.

De repente, cuando comenzaba a sentir que sus ojos se volvían más pesados, algo pareció tomarlo del pecho, jalandolo hasta la superficie dónde sus pulmones despertaron y una gran bocanada de aire entró rápidamente en ellos, ahogandolo un poco en el proceso. Al alzar su vista notó que un gran hombre lo sostenía del pecho, entonces lo vió.
Era un joven grande, demasiado grande desde su baja perspectiva, con hombros anchos y cuerpo fornido, de cabello negro, tan oscuros como la noche, y poseía unos oscuros ojos azules que transmitían toda clase de sentimientos.

Pero el que más dominaba en ellos era el odio.

Y el ese tono de azul oscuro le disgustó.

El fornido joven le dijo algo que jamás llegó a escuchar realmente, pero que hizo cosquillas en sus oídos llenos de agua y sangre, mientras sus ojos se sentían cada vez más pesados. Entonces vió cómo el hombre de feos ojos azules oscuros alzaba con fuerza un gran martillo de guerra, que lucía tan pesado como un hombre de su tamaño y eso le hizo entender que era el fin. Mientras veía como el martillo parecía caer tan lento como un caracol encima suyo, trato de tomar otra bocanada de aire, aunque sus pulmones dolieran y no sintiera el resto de su cuerpo.

No supo de donde saco la fuerza, pero logró soltar su último aliento de entre sus labios, susurrando un nombre que sabía era importante para él, pero el recuerdo se volvía borroso y jamás supo si termino cada sílaba del nombre, pero ante la mirada enojada del joven hombre  frente a él supo que si había escuchado lo que dijo.

“ Ly… ”

Y entonces todo se volvió negro dejando atrás el dolor, dejando atrás a su amor.