La niña se paró en la puerta desde muy tempano. Tenía una enorme sonrisa, la emoción la dominaba.
Las horas avanzaron lento mientras ella se movía de un lado a otro. Su ánimo no disminuía a pesar de la espera.
La fría mañana se volvió tarde soleada, y luego esta, poco a poco se ensombreció.
El sol se iba y ahora la niña lucía una cara larga, decepcionada, de ojos cristalinos.
Justo cuando se disponía a marcharse, notó que un taxi se detenía al otro lado de la acera y vio bajar a un hombre alto y de barba al que ella conocía muy bien.
Eufórica, dio media vuelta y corrió con su madre.
-¡Mamá! ¡Mi papi llegó! ¡Mi papi llegó!
-¿Lo ves amor? - Contestó la mujer -Te dije que confiaras en él.
El padre se acercó a paso cansado y silencioso. La niña no se contuvo y corrió a abrazarlo.
El hombre, como todos los demás en el lugar, colocó flores en las tumbas de sus dos difuntas.
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CUENTOS PARA MONSTRUOS
RandomAntología de historias relacionadas con la furia, la pérdida y la violencia compactada en el espíritu humano. Los personajes son ficticios, pero sus acciones tienen pinceladas de realidad. . Esta es un libro de Santiago González Pedraza lo comparto...