Miré el ordenador durante unos segundos antes de responder. No habían dudas de que se trataba de una broma, de lo contrario jamás me habrían llegado esos mails. Ya no me importaba estar quedando como una idiota, ya no importaba nada.
Re: No me hagas reír
De: Ann
Para: Trevor H.
Creo que ya es suficiente. Busque a otra persona para molestar, lo digo en serio. Y aunque hace un año que concurro al mismo colegio, creo que está claro que me llamo Anabella.
Negué con la cabeza y cerré el mail mientras leía ya sin entender nada de lo que el libro decía. Quería irme a mi casa, pero temía pasar por la parte delantera de la biblioteca y encontrarlos riéndose de mí; estaba acostumbrada a ese tipo de humillaciones y hasta había naturalizado algunas cuestiones restándole importancia pero estos mails habían sido ya demasiado. Ni siquiera sé cómo consiguieron mi mail. Cuando abrí nuevamente la casilla, había otro correo en la bandeja de entrada.
Asunto: Lo siento...
De: Trevor H.
Para: Ann
Te pido disculpas, me he equivocado de mail. Me siento apenado, no era mi intensión escribirle a otra persona; sucede que el mail al que debía escribir solo tiene una letra de diferencia con el tuyo. Espero puedas comprender que no fue intencional, lo lamento de verdad.
¿Qué demonios...? Fue límite, estaba ya desquiciada. El mail fue en italiano ya y sin contenerme.
Re: Lo siento
De: Ann
Para: Trevor H.
He aguantado sus bromas demasiado tiempo, ¿No creen que sea hora de dejarme en paz? Si quieren reírse de mí adelante; ahórrenme el tener que verlos haciéndolo cuando pase por la biblioteca. Necesito estudiar ahora, pues a diferencia de ustedes yo no tengo dinero para costearme una buena universidad el año entrante y debo esforzarme por ello.
Creí que ya no volverían a escribir, pero un nuevo mail llegó a mi casilla.
Asunto: ¿italiana?
De: Trevor H.
Para: Ann
Wow... no solo me equivoque de persona sino de país también. Escúchame, no sé quién eres pero te juro que no fueron palabras dirigidas hacia ti ni es ningún tipo de broma; no tengo tiempo para bromas ni me agrada hacerlas, créeme estoy demasiado grande para ello.
No sé quién te esté molestando pero no soy quién tú crees... lo siento.
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Ahora sí que estaba confundida. ¿Era verdad lo que estaba diciendo? El mail había sido escrito en italiano también así que tenía dos opciones: eran estos idiotas molestándome o se trataba de alguien de otro lugar que se había equivocado en serio y que además sabía italiano. No podía confiar en nadie después de todo lo que me sucedió con bromas en el colegio; ni siquiera confiaba en mí misma, me sentía vulnerable y enteramente susceptible a caer en los mugrosos juegos de esas personas. Pero ¿Se tomarían el tiempo para hablarme de formas de ingreso a la Universidad? Quizá les había dado pena lo que puse, tal vez incluso había servido para que dejasen de molestarme de una vez.
-Oye Anna, ¿Vamos a la sala principal de la biblioteca? Está vacío y me siento sola ahí leyendo- me dijo Agatha apareciendo detrás de mí. Si la sala principal estaba vacía, significaba que ellos no se encontraban ahí aunque no era excusa pues podían hacer la bromad de cualquier otro sitio e incluso de sus móviles.
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Lo siento, solo soy yo...
RomanceAnabella ha pasado su vida escondida detrás de una máscara de inseguridad y sueños truncados; presa de una familia a la cuál siente no pertenecer. Pero todo cambia a partir de ese mail, y pronto, se verá envuelta en una serie de mentiras que la con...