Ch.13 El Plan

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Nota: Lamento haber demorado tanto en publicar pasaron muchas cosas y no tuve tiempo pero hay le vas otro capítulo disfruten :)

Bajo el cielo, el sol irradiaba en su esplendor, bañando el firmamento con sus cálidos rayos.

La luz solar acariciaba suavemente las hojas de los árboles, creando un juego de luces y sombras que danzaban al compás del suave viento.

Los habitantes de King's Landing ajenos al inminente peligro que se cernía sobre ellos, continuaban con sus quehaceres diarios, sumidos en la tranquilidad de su rutina.

Los mercados a lo largo de las calles estaban llenos de productos y deliciosas comidas, cada uno mostrando algo diferente.

Vendedores gritaban captando la atención de los pasantes sobre su mercancía.

En el castillo no se podía decir que lo mismo,
la atmósfera estaba cargaba de tensión mientras nobles y sirvientes se agitaban por igual ante la inminente amenaza que se cernía sobre ellos.

Días anteriores un cuervo negro había sido envido por el mismísimo Daemon con una advertencia y lo que muchos veían como amenaza.

El mensaje era corto pero precisó, una escalofriante premonición de lo que acontecería brevemente.

El Príncipe llegaría pronto para tomar lo que le debería pertenecer y vengarse de los que eran sus enemigos ahora, advirtiendo el día y hora exacta para que se preparan con antelación.

Viserys no se preocupo, ni dio importancia al asunto dando por terminado el consejo de emergencia y ignorando a cada Señor que intentara hacerlo capacitar y para luego ir a terminar su maqueta que tanto amaba.

Los susurros ansiosos y los gestos nerviosos llenaban el aire, todos esperaban con temor lo que estaba por venir, otros habían intentado escapar pero el rey había mandado a cerrar las puertas.

En medio de este ambiente tenso, el rey, en su indiferencia, continuaba su comida en el gran salón.

Ajeno a la preocupación que embargaba a su corte, parecía sumido en sus propios pensamientos, saboreando cada bocado con una calma que contrastaba con el caos que se desataba a su alrededor.

Alicent, acompañado a su esposo, se encontraba a su lado, visiblemente nerviosa.

Sus ojos reflejaban la angustia que sentía por la seguridad de sus hijos, quienes también estaban presentes, a excepción de su hijastra Rhaenyra, quien aún permanecía encerrada en algún lugar del castillo.

La princesa, desesperada por escapar de su encierro, había intentado todo lo posible para hacerse escuchar.

—Abran la puerta— grito golpeando la con fuerza más furiosa que nunca —¿Acaso no me escuchan? Les ordené de abrir esta maldita puerta sigo siendo la heredera al trono y un día seré reina maldición.

Golpeó nuevamente la puerta con fuerza, hasta que sus nudillos sangraron, y gritó con desesperación en busca de ayuda, en busca de alguien que se apiadara de ella y la dejara salir, pero sus súplicas fueron ignoradas por todos, incluido el rey.

El corazón de Rhaenyra se llenaba de desesperación, tristeza y angustia mientras se dejaba caer exhausta al suelo.

Las lágrimas inundaban sus ojos, reflejando el dolor y la impotencia que sentía en ese momento.

A pesar de su posición como princesa, se encontraba atrapada en un laberinto de indiferencia y silencio, sin encontrar una salida a su angustia.

Estaba perdida, se sentía inútil como un alma  sin rumbo, atrapada en la oscuridad de su alcoba.

¿De que le servía su posición si no había podido proteger al hombre que amaba?

Estaba perdida, rendida ante la idea de no poder hacer nada y eso le entristecía aún más.

Saber que su tío había sufrido por falsas acusaciones la llenó de ira, el era inocente, ella lo sabía.

Se preguntó si su tío la odiaría por no haberlo ayudado.

¿Si quiera sabía que intento ayudarlo? ¿O el creía que no?

Sintió dolor al creer que el pesaba que lo había abandonado como todos los demás,dejándolo solo ante las burlas y incertidumbres de su destino que lo reordenaban.

Gritó otra vez, esta vez más fuerte que antes  rasgando sus cuerdas vocales, pero no le importaba, nada de compararía con el dolor de haberlo visto sufrir.

                   •——•——•——•——•——•——•

Mientras todos pasaba a las afueras de King's Landing, escondidos por la vegetación y altas montañas se encontraba el campamento del príncipe Daemon y sus hombres.

Hacen unas horas se habían acampando para descansar y reunirse todos en espera de la llagada de sus hombres y aliados.

No pasó mucho tiempo hasta que fueron avistados llegado por una costa los barcos de Corlys Velaryon.

El príncipe planeaba en sus tienda el ataque junto con otros estragas.

Dameon era un excelente jinete de dragón, pero antes que todo era un increíble estratega y un gran guerrero.

A diferencia de los lords y caballeros el había estado en guerra y conocía King's Landing lo que le proporcionaba una ventaja más.

Su experiencia como guerrero y conocimiento de las vastas tierras lo ayudaron a esconder el campamento y ocultarse sin ser avistado por centinelas y lo aprovecharía. 

Tenían un total de viente mil hombres, nada a comparación con la capital donde tenían más de cincuenta mil hombres pero el sabía exactamente cómo dirigirlos para ganar.

Su estrategia era simple pero eficaz, dividirlos, la diferencia exponencial de hombres era una desventaja pero no si los obligaba a dividirse en tres frentes y tenía hombres adentro.

Corlys dirigiría el ataque naval rodeando la parte frontera donde se cernía la imponente muralla, comenzado el ataque, aunque espera el señal del príncipe.

Por tierra al otro extremo un pequeño grupo de tres mil hombre comandando por un viejo amigo atacaría, el se encargaría de distraer a los soldados y arqueros haciendo que se concentraran justo donde el los quería.

Esto los dividiría en dos bandós debilitándolos y confundiéndolos pero aún faltaba un grupo conformado de siete mil hombres.

Y este sería su as debajo de la manga, ya que sabía que no se lo esperaban y la vegetación y distancia los cubriría.

Los soldados se dispersarían intentado contenerlos pero no lo lograrían, atacaría sin pensar cometiendo errores.

Y en cuanto a sus leales capas doradas el sabía que apenas llegaría muchos de ellos lucharían por el y eso seguramente ni el rey ni sus buitres de lores inútiles lo esperarían.

El sabía muy bien que todo reino podía contener un ataque frontal pero ningún reino podía contra un asedio desde adentro, aunque aún tenía un problema y ese eran los dragones.

Estaba consciente que su hermano en su bando tenía dragones, muchos dragones pero también sabía que sus sobrinos tan solo eran unos niños y Rhaenyra estaba encerrada y sabía que aunque lograse salir de hay no se le enfrentaría.

Además esperaba la llegada de su prima Rhaenys y su hijo Leanor sumando más dragones a su bando.

El tiempo paso y con el llego la ora de anunciada para el ataque.

—Mi príncipe— lo llamó uno de sus soldados entrando a su carpa, Daemon se mantuvo sentado sin mirarlo mientras aún bebía de su copa —Ha llegado el momento

Deamon sonrió fríamente, y el soldado sintió sus pelos encrespares conociendo esa sonrisa

—A King's Landing entonces

Amor Traicionero ( Rhaenyra & Daemon )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora