Pov Kendall
-¿Te pasa algo?- la voz de Benito me sacó de mis pensamientos
-Lo siento...- le dije tomando un sorbo de mi jugo de naranja- estar en los Ángeles me recuerda a todo lo que pasó antes de irnos y con todo lo del fin de semana no pude evitar pensar en Fai- le dije
Benito se quedó callado, sabía lo que le había sucedido a Fai. Luego de un par de segundos de silencio, Benito tomó mi mano.
-Todo está bien, y aquí tienes a tu familia, a mí- dijo mirándome. Sus ojos me confirmaban que me apoyaba, que no estaba solo, que tenía mucho apoyo. Y se me cayó una lágrima
-También me preguntaba si estarías de acuerdo en quedarme 1 semana más contigo en lo que consigo un nuevo departamento- dije recordando que el tiempo que me había ofrecido ya había vencido
-Kendall, no tienes que irte, ahora que estamos saliendo no tengo problema en que vivamos juntos- me dijo Benito- nunca lo tuve pero ahora menos, así puedo abrazarte todas las noches
El corazón se me hizo un nudo, Benito era demasiado dulce, él era amable, bondadoso y me estaba haciendo sentir el amor en todas sus formas. El amor que tú das a tu hermana, a tus amigos y a mí.
Luego de ese desayuno nos dirigimos hacia el departamento de Benito para poder desempacar y descansar luego del yet lag. Sansa estaba feliz de haber regresado a casa de su papá humano y volver a dormir en la misma cama que él. Con Benito y yo saliendo, la dinámica había cambiado un poco y por las noches me iba a dormir con él y Sansa.
A la mañana siguiente, me encontraba haciendo el desayuno. Benito se había ido muy temprano al estudio por llamado de Noah y yo me había levantado a hacer ejercicio y a cocinar. Mientras desayunaba miré el contacto de Fai en mi celular, estaba demasiado nerviosa pero era hora de enfrentar mis miedos
Después de meditarlo un rato más, lo llamé. Benito tenía una lista de actividades planeadas, así que tardaría en regresar a casa. Después de un par de tonos, la voz de Fai sonó en el teléfono.
-Hola, ¿puedo saber de quién es la llamada?- preguntó de una forma seria
-Fai, soy yo, Keni- dije tratando de esconder mis lágrimas al escuchar después de tanto tiempo su voz al teléfono
El silencio se hizo presente, Fai no dijo nada. Lo intenté de nuevo.
-Fai, yo solo quiero hablar y pedirte disculpas por todo lo que sucedio- le dije, era difícil admitir mis errores. Pero lo más difícil era expresarlo en voz alta
-Perdóname a mí por haber sido todo un idiota y golpear a tu novio- contestó Fai al otro lado de la línea- Te extraño
Sonreí en silencio, Fai no me odiaba y sentía el mismo dolor que yo. Su voz estaba nublada con tristeza y yo sentí que el lastre que me había cargado por tanto tiempo comenzaba a desvanecerse
-Yo a ti- le contesté
-Deberíamos vernos cuando regreses a los ángeles- dijo Fai
-Acabo de regresar- le contesté
-Qué bueno- dijo Fai- ¿Podríamos vernos hoy en el heladería donde solíamos ir a comer?- preguntó
Recordé al instante la heladería en donde nos reuníamos con frecuencia durante un tiempo, teníamos unos momentos hermosos
Por un momento pensé que aún no quería que mi madre supiera que estaba en los Ángeles nuevamente y ese era un lugar que ella frecuentaba mucho
-¿Qué te parece si nos vemos mejor en otro lugar?- le dije proporcionándole la dirección de Benito, tendría tanto que explicarle...
-Sí, está bien- me contestó Fai, aceptando la idea. Después de terminar de desayunar, me acerqué a la sala para tomar mi celular y preguntarle a Benito qué pensaba de la idea. Él dijo que estaba bien, que no tenía problema y que regresaría hasta la noche, por lo que tenía el departamento libre para poder hablar con Fai.
A las 6 de la tarde el timbre principal estaba sonando y supe que era Fai, así que corri a abrir la puerta
Al abrir la puerta me encontré con el rostro de Fai, que llevaba una hoddie de color azul y jeans negro. Se veía más radiante que nunca. Sus ojos me observaron con detenimiento. No sé cuánto tiempo estuvimos sin decir nada, pero los primeros minutos fueron incómodos. Él fue quien rompió el silencio
-Keni- dijo corriendo a abrazarme
Sentí todo el peso de ese abrazo, todo el agotamiento de los últimos días. Los meses en Los Ángeles habían pasado rápido y con una mirada me recordó todo lo que habíamos vivido juntos. Una vida a mil por hora. Pero una vida en la que yo me sentí libre. Tras separarnos, nos sentamos en el sofá
-¿Vives aquí ahora o qué haces en este lugar?- dijo mirando los alrededores del lujoso departamento de Benito
-Bueno, como veras esto no es mi casa- le dije, tomando un sorbo de agua- Es la casa de Benito- dije mirando cómo el rostro de Fai se tensaba un poco- luego de lo que sucedió ese dia discuti con mi madre porque estoy harta de ella y me fui de casa. Benito me permite quedarme aquí por un tiempo- expliqué a Fai. Él asintió mientras yo hablaba- Antes de que digas algo debes saber que Benito y yo estamos saliendo ahora sí de verdad- le dije esperando su reacción y preparándome para escuchar sus maldiciones o que rompiera algo
-¿Enserio? Eso es increíble Keni- dijo Fai sorprendiéndome, Fai vio mi expresión de sorpresa- Oye Kendall sé que Benito y yo no hemos tenido la mejor interacción del mundo pero... he pensado mucho las cosas y creo que Benito merece una oportunidad- dijo Fai mirándome bastante serio
Escuchar a Fai decir que le daría una oportunidad a Benito me hacía muy feliz, así que lo abracé inmediatamente
-Te prometo que Benito es el ser humano más lindo y dulce del planeta, es tan increíble, te sorprenderás- le dije y noté que Fai me miraba con una sonrisa en su rostro
-Keni, nunca te había visto tan feliz al hablar de alguno de tus novios- mencionó Fai
Fai tenía razón. Después de todos los años que pasamos juntos, jamás había hablado de un chico de esta manera. Y lo cierto era que Benito era especial. Desde el momento en que lo conocí. Y estoy seguro de que cualquiera se enamoraría de él si lo conociera.
El resto de la tarde le conté a Fai los últimos acontecimientos de mi vida, incluyendo el drama familiar de Benito. Creí que era importante que lo supiera pues Fai también venía de una familia con una dinámica un tanto tóxica y talvez él pudiera ayudarme a aconsejar a Benito y apoyarlo mejor.
La noche nos había caído y habíamos decidido ordenar pizza mientras veíamos una película de terror. Era algo que siempre solíamos hacer juntos y que disfrutábamos. Estábamos tan concentrados en la película, la escena que se reproducía era una mujer caminando por un pasillo oscuro siguiendo el sonido de una música de carrusel de fondo. La mujer abría las puertas de cada habitación buscando el ruido cuando de pronto se escuchó el sonido de una puerta azotandose fuertemente y Fai y yo gritamos del susto cuando las luces del departamento se encendieron dejándonos ver a Benito cerrando la puerta
-¡Hola!- dijo Benito y nos miró a Fai y a mí, que estábamos tratando de recobrar la calma después del susto.
-Me vas a dar un infarto Benito- le dije, tratando de controlar mi respiración. Fai seguía con el corazón palpitándole fuertemente