17: Verdades 2

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Zee revisó la hora en su celular un tanto molesto pues lo único que quería hacer era irse a su departamento y no saber nada del mundo exterior, pero el detective le había mandado un mensaje justamente cuando iba por su auto, uno nuevo, diciéndole que lo esperara y ahora estaba en la biblioteca ya harto de esperar.

—Ya era hora —le dijo cuando por fin lo vio aparecer.

—Unos minutos de espera no le hacen mal a nadie —se encogió de hombros con una sonrisa en los labios.

—45 minutos —refunfuñó aun así—. Para ser sincero no entiendo para que mis padres siguen pagándote, seguramente solo fue una broma y nada más —se encogió de hombros.

—¿Una broma? —El detective miró a Zee con una ceja alzada y el rubio casi estaba seguro de que lo insultó en su mente. —¿Qué te roben el auto y lo quemen te parece una broma? Pues tus amigos son muy idiotas —Zee bajo la vista ante el comentario pues realmente lo eran, pero aun así eran amigos, ¿no?

—¿Estoy en lo correcto? —bufó el detective—. Por supuesto que lo estoy —se contestó solo sin dejarlo hablar—. Seguramente tus amigos son los del equipo de soccer o gente que has conocido en esas fiestas de sociedad que organiza tu madre, puros niños ricos, ¿no? Y te mantienes con ellos porque no tienes amigos reales —Jeff le sonrió con prepotencia—. Seguro que ni siquiera te conocen realmente.

—¡Cállate, imbécil! —no pudo soportarlo más, eran sus problemas y era su vida, no tenía porque meterse le pagaran o no—. No sabes una mierda y si solo vas a joderme...

Jeff le interrumpió.

—Le dirás a tus padres que me despidan —dijo con una sonrisa en los labios y luego se encogió de hombros—. Haz lo que quieras, aunque dudo que tomen en cuenta tu opinión.

—Eres un idiota —lo insulto levantándose.

—He escuchado algo muy interesante sobre Khao y esos trabajitos que tiene —Zee siguió caminando aunque escuchaba lo que decía.

—Todos lo saben —bufó.

—Y también que está rechazando a todos porque es posible que ya salga con alguien. —El rubio empezó a caminar más lento. —Y también me he fijado en como lo miras cada vez que pasa junto a ti y como te mira él... la manera en la que te habla.

—¿Qué estas tratando de decir? —Se detuvo pero sin voltear a verlo.

—Me pregunto si no le hiciste algo que lo motivará a robar tu auto. —Zee casi podía ver la sonrisa del tipo al decir aquello. —O tal vez fue esa persona con la que está saliendo la que entró a tu casa, robando el regalito de tus padres y lo dejo aquí para que dejes de joder lo que no es tuyo.

—No está saliendo con nadie y él no haría algo como eso —negó enseguida.

No podía imaginarse al rubio haciendo algo como eso, era imposible y tampoco podía concebir la idea de Khao saliendo con alguien. No, simplemente no quería escuchar eso.

—De eso no puedes estar seguro, tal vez alguno de sus clientes se ha encaprichado y te ha tomado como amenaza —escuchó a Jeff suspirar antes de acercarse a él—. Y al parecer está a sido demasiada información para ti. Así que piénsalo y dime a donde te llevó esa neurona subdesarrollada que tienes —y se fue.

 Así que piénsalo y dime a donde te llevó esa neurona subdesarrollada que tienes —y se fue

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—No lo digas así. —Khao negó con la cabeza a pesar de que su hermano no podía verlo, ya que hablaban por teléfono—. Sabes que no fui a casa precisamente para que mamá estuviera contigo —volvió a decirle escuchando otra negativa de su parte—. El próximo fin de semana iré, ¿sí? —Su hermano lo mando a la mierda y Khao volvió a suspirar profundamente—. Iré de todas formas... —Y le colgó.

El rubio se quedó con la cabeza apoyada contra la pared guardando su celular en el bolsillo con gesto desanimado.

—¿Triste porque no tienes clases? —Se giró al escuchar aquella voz.

—Hermano de Barcode —dijo en voz alta lo que había pensado, logrando que el que habló lo mirara con una ceja alzada antes de suspirar.

—No es como me llaman cuando estoy trabajando, pero sí, soy su hermano mayor —aceptó.

—Su medio hermano. —Recordó el rubio y Jeff giró los ojo antes de empezar a caminar, haciéndole una seña para que lo siguiera, se sentó donde tiempo atrás el rubio conoció a War.

—¿Tienes una relación con alguien? Voy directo a lo que me interesa porque me estoy hartando un poco de este trabajo, así que hazme el favor de contestarme —dijo aquello sacando una libreta arrugada de su pantalón mientras miraba fijamente a Khao.

El rubio se quedó callado un poco sorprendido por lo que dijo.

—No creo que sea correcto decir que te has hartado de tu trabajo y menos siendo detective... te quita credibilidad —murmuró.

—No creo ser el único harto de su trabajo. —Lo miró como esperando a que dijera algo.

Khao realmente no sabía a qué se refería, pero su gesto le recordó demasiado a Barcode.

—Tu indirecta no es muy directa... —Se encogió de hombros como respuesta—. No entiendo a qué te refieres.

Y Jeff bufó casi dramáticamente.

—A qué he escuchado que has rechazado a varios, supongo que ya no te interesa el dinero que ganabas o tienes algo serio con alguien. —Volvió a sonreír.

Khao volvió a quedarse callado sumamente incómodo.

—Tu trabajo es encontrar al que le robó a Zee —dijo casi escupiendo su nombre, y se arrepintió cuando eso llamó la atención del detective—. No te metas en mi vida y has tu trabajo —le dijo un poco acalorado con la clara intención de irse.

—Te dejare en paz cuando sepa que no eres el culpable o tú... ¿pareja? —dijo tomando la muñeca del rubio, impidiéndole que se levantara, ahora le veía con una expresión seria—. Estamos hablando, contesta a lo que te digo y ya —ordenó.

—Aparta, pendejete. —Se giraron al escuchar a First, quien de un manotazo aparto la mano del detective—. ¿Nos vamos? —miró al rubio ignorando al otro como si no acabara de golpearle la mano e insultarlo.

—First... —dijo Jeff un tanto sorprendido, y luego miró su mano que tenía una marca roja donde le había golpeado.

First le miró como si fuese una mierda de perro que acababa de pisar, con esos ojos amarillos y una mueca de desagrado en los labios.

—Cierra el pico, deja de joder, haz tu puto trabajo, lárgate a la mierda. —Se acercó más al detective recargándose en la mesa—. Y mantente alejado de Khao —miró al rubio después de decir todo eso—. Que tengo hambre, mamón, levanta. —Tomó a Khao de la mano casi llevándolo arrastrando.

—No puedes llevártelo First, estoy haciendo mi trabajo. —Les siguió Jeff.

—Me Importa una mierda —contestó el azabache.

—First... —murmuró Khao, y él ni siquiera lo miró, pero si apretó más su mano.

—Maldita sea, First —le dijo Jeff dejando de caminar—. Aun no termino de hablar contigo, Khao, y te aconsejo que lo hagas ahora antes de que termines mal parado en todo esto. —El rubio volteó a verlo sin saber qué hacer.

—Ya te dije que hacer, hazlo —le dijo First antes de entregarle a Khao las llaves de su moto, que obviamente había tomado sin permiso otra vez.

InocentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora