C A P I T U L O 2 3

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Llegamos a la casa de las sanguijuelas y no puedo evitar dar un paso atrás al sentir repulsión al olor que estos desprendían.

— ¿Vendrás?

Asiento en silencio reordenando mis pensamientos hasta tranquilizar a mi loba para poder seguir dentro de la casa.

Me guía a través del lugar hasta que llegamos al salón donde Bella se encuentra recostada en un sofá que parece bastante cómodo y enorme, al menos para ella.

—Te ves... ag.—Digo al notar lo delgada que se encuentra, sus pómulos y mentó sobresalen ya que sus mejillas están ahuecada, su piel tiene un color enfermizo, se encuentra abrigada con una polera gigante, o al menos gigante para ser puesta por alguien que si antes era delgada ahora está al borde de desaparecer.

—Gracias.—Dice con ironía regalándome una sonrisa tímida.

—¿Sor...—Me quedo a la mitad de la oración cuando un aullidos corta el silencio.—Ya sabe Jacob que estoy aquí.

Un montón de aullidos más lo siguen haciendo que tiemble al sentir un tirón en el estómago ordandome volver a mi manada.

—Jacob no está feliz.—Dice Edward torciendo el gesto desde una esquina, ni siquiera había reparado en su presencia.

Me giro a mirar a la vampiresa rubia y su pareja, quienes parecían cubrir a Bella con su cuerpo cada momento.

—Eso es exactamente lo que hacen.—Dice Edward señalandolos.—Eso solo está lastimando a Bella.

—Es un bebé.—Interfiere la rubia.

—Entiendo lo que sucede.—Reflexiono de inmediato.—No quieres que ella lo tenga—Señalo al lector de mentes para luego girar hacia Bella.—Pero tú... ¿Qué quieres?

—Es mi bebé. —Dice ella acariciando su vientre con cariño, haciendo que recuerde las incontables veces que había hecho eso con mis cachorros.

—Es su cuerpo, su decisión.—Me giro hacia el vampiro que parece miserable.

—Lo sé pero eso la esta matando, te has dado cuenta de eso.

—No puedes pedirle a una madre que renuncie a su hijo, jamás te lo perdonará. —Digo caminando hasta el sofá al lado de Bella.

— Sí es necesario daré mi vida por este bebé. —Dice Bella mirándome a los ojos.

—Bien, protegeré tu decisión.—Digo y la vampiresa frente a mí sonríe al igual que el fortachon que suelta una carcajada encantado y se sienta a mi lado palmeando mi espalda con más fuerza de la debida.

—Bien, bien, al parecer tener mascota nueva.

Le gruño  pero no puedo evitar reír con él.

Edward se gira para retirarse de la habitación pero se detiene justo antes de salir.

—Jacob esta aquí.

Un minuto después Jacob se abre paso en el lugar luciendo furioso aunque cambian a una de alivió cuando me ve intacta sentada con tranquilidad.

Me pongo de pie recibiendo el abrazo apretado que me da, se separa dejando un beso en mi cabeza y mira a Bella.

Su rostro está teñido de sorpresa al mirarla están mal.

—¿De verdad estas enferma?—Dice frunciendo el ceño.—Y yo que no le creí a tu padre cuando lo dijo.

Lo observo confundida.

—Charlie llegó a recoger su auto y lo comento en el taller.

—Hola, Jacob.—Saluda incomoda.

—Felicidades por la boda, a los dos.—Señala Jacob acariciando mi cintura que se encuentra descubierta bajo la chaqueta de cuero.

TAWARA |Destinados | Saga QUILEUTE  ① // J.BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora