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Becky apagó el motor de la trituradora, tomó el vaso y lo puso sobre la cabeza de Freen, derramando cientos de pedacitos de papel sobre ella. El rostro de Freen se descolocó, al mismo tiempo que se volvió rojo de ira. No podía creer que sin siquiera conocerle, pasara los límites de tal manera con ella. Era absurdo.
Becky: ¿Ves, Sarocha? Ahora no hay trabajo para nadie ¡Y ya lárgate de mi casa, maldita pervertida!- gritó a centímetros de su rostro.
Los puños de Freen se apretaron con fuerza, a tal punto de volver sus nudillos blancos. No se movió ni un paso, decidida a no darle gusto y eso solo logró que la chica se disgustara mucho más y le volviera a gritar.
Becky: ¡Te dije que te largaras de mi casa! - la tomó del brazo y trató de arrastrarla fuera, pero Freen fue más hábil y en un movimiento rápido, la tomó de las muñecas y la empujó contra la isla de la cocina. Ahora Becky estaba atrapada entre el filo del cemento y el cálido cuerpo de la pelicastaña, sus manos sujetas por las de la chica a la altura de su columna, sin darle alguna oportunidad de soltarse.
Freen: ¿Por qué eres así, Rebecca ? ¿Te recuerdo a alguien que te hizo daño? ¿A alguien que odias o qué? Dime...- Freen le susurró con calma. Becky no dejó de mirarla con disgusto, comenzó a sacudirse de lado a lado, tratando de soltarse, pero el cuerpo y las manos de la pelicastaña no le dejaba.
Becky: ¡Suéltame ya, Sarocha! ¡Mi columna se está lastimando!- Se quejó aun moviéndose.
Freen bajó sus manos, haciendo que el cuerpo de la chica descansara sobre ellas y su espalda ya no tocara el filo de la encimera.
Freen : ya no se lastima. Ahora dime, ¿cuál es tu problema conmigo?
Becky : ¡ No me jodas, Sarocha suéltame, me das asco!- La expresión de su cara realmente daba total credibilidad a lo que salía de su boca. Aún así, Freen no cumplió su deseo.
Freen: ¡¿Oh, en serio?! Entonces... ¿por qué violaste mi boca en el campus? No parecías asqueada - sonrió con suficiencia. El momento le estaba divirtiendo a montones. Y por supuesto, a Becky no. Ella no dejaba de mirarle con el ceño fruncido.
Becky: Por una buena suma de dinero soy capaz de hacer lo que sea, y eso fue lo que pasó contigo. Tuve mi recompensa por besar a una mujer aunque haya sido lo más asqueroso que he hecho en mi vida- Dijo llena de veneno.
Freen no dejó la sonrisa, aunque en su interior no sintiera agradable aquellas palabras. Lux , Faye y las demás chicas tenían razón, la mujer que tenía acorralada no era más que una arrogante, narcisista, vaga y avariciosa. ¿Cuántas cosas no habría hecho por dinero? ¿A cuánta gente no habría utilizado para sus fines? ¿A cuántas personas no habría lastimado? En definitiva, está mujer era cruel, y Nam una loca por considerar amistad con una persona así.
Becky: Ya Sarocha, estuvo bueno. Suéltame- intentó zafarse una vez más, entonces el agarre de la pelicastaña se intensificó y sus cuerpos quedaron totalmente pegados, sin algún espacio entre ellas.
Freen tenía otros planes y uno de ellos era que Becky no se saliera con la suya.
Ambas se miraron fijamente y pronto los ojos de Freen se agrandaron y la sangre le hirvió al máximo al darse cuenta de que los redondos pechos que miraba con gusto hace minutos, ahora chocaban contra los suyos. Una vez más corroboró que Becky no llevaba sostén.
Por más que la sensación fuera grandiosa, fingió no parecer afectada por ello y esbozó una sonrisa de medio lado a la que Becky reaccionó con la misma cara mal humorada que antes.
Freen: Así te haya dado asco besarme, lo hiciste esa vez y sin mi permiso, ahora es mi turno- dijo, e inesperadamente cubrió los labios de Becky con los suyos.