Tom kaulitz.
—Emily... Necesito que me ayudes en algo, urgente. —Dije con rapidez.
Estaba nervioso, hoy básicamente todos regalaban flores amarillas a alguien especial, pero yo quería algo distinto, algo significativo, algo único, como ella, como leyla...
—¿Tom? —me miró extrañada
—Me harías un favor... —Sonreí pícaro, alargando un poco la última frase
—Mmm... Que sucede, Tom? —cruzo de brazos.
Ese era el único tema, inconveniente que teníamos, como se suponía que debía decirle que necesito de su ayuda, para ir a comprarle flores a su mejor amiga. (Esto va hacer más difícil de lo que pensé)
—Necesito darle flores a alguien... —susurré bajo (demasiado)
—¿Qué? —Pregunto —Oh... ¿Flores, amarillas? ¿Ya sabes a quién se las darás? —rio bajo
—Oh... eh... pues... —rasque mi cabeza
—Ese no es el punto. El punto es que necesito que me ayudes a buscar flores, pero estas deben ser especiales, deben ser significativas, deben ser únicas. —Hable rápido, pero entendible.
—Mmm... —rio pícara —Tom... Si no me dices para que o para quién es, no te ayudare. —afirmó.
Maldición, estaba completamente jodido, pero si no le decía la verdad, básicamente no obtendría las flores perfectas para cierta chica de ojos azules. Ella era su mejor amiga, era más que obvio que iba a saber el gusto de su amiga.
—Emily —la mire fijo
—Tom... —hizo recalco en la letra "o"
El juego estaba perdido
—Bien... Quiero regalarle flores, pero no cual quier flores, por eso mismo te busque Emy, se que eres su mejor amiga —Hable tomándola por sus hombros.
—¡Lo sabia! —grito con alegría —Sabía que estabas con Ley, yo sabía. —intento bajar la voz, mientras saltaba de felicidad.
—Sí... Bueno en realidad, esto recién inicia y me gustaría que fuera especial para ella, aunque todo esto sea un secreto. —hizo una pequeña pausa —Emily, esto no lo puede saber nadie ¿Oíste? —Afirmó y pregunto.
—Está bien... —hizo una pequeña pausa, quedándose pensando —Tom.. Tú... ¿No tenias algo con Alice? Digo, yo que sepa estas en pareja.
Era cierto, con tanta emoción olvidé por completo mi relación con Alice, de vez en cuando la veo, pero para mi no es nada serio. Sé que está mal engañar pero, joder, no puedo, no pude contener mis emociones hacia cierta persona. Estoy con alguien, pero mi corazón está con la pelinegra.
—Si... Bueno, con ella debo hablar luego.
—Tom, no. —Su expresión cambió de ser feliz a ser una completamente diferente —Tom, no puedes jugar a dos puntas, o vas y hablas con Alice, o terminas con Ley. —afirmó.
—Lo haré, no te preocupes por eso. —Hice una pequeña pausa —Pero, ¿Emy me vas a ayudar con las flores? —Pregunté.
(...)
—¡Wow! Definitivamente estas. —Hablo la rubia, quien traía unos tulipanes color blanco.
Eran realmente hermosos, claro que lo eran, pero no era algo especial, no era algo único.
—Joven? Mire, estas flores llegaron hoy, son bastantes raras, nunca me habían llegado de este color tan peculiar. —el vendedor me habló, tomándome por sorpresa el ramo de flores que traía, eran de color azul, con unas cuantas puntas color negro, sus pétalos delicados un poco más azul que su medio, eran únicos, como ella.