【Ｐａｒａíｓｏｓ ａｒｔｉｆｉｃｉａｌｅｓ】

↫４𝟳↬

𝙱𝚓ö𝚛𝚔 - 𝙰𝚛𝚖𝚢 𝚘𝚏 𝚖𝚎

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Min●- - - - - - -●Max

-¿Crees que deba ir por ellos? -cuestionó.

Jisung negó y acarició su cuello procurándole así un poco de consuelo. Lee Baek estaba detrás de ellos demasiado ansioso por la oportunidad que tenía de frente, amasó su labio inferior entre sus dedos imaginando que podría abrazar a su criatura una vez más. Sin embargo, la voz de Ángela lo bajó de esa nube.

-Debemos irnos...

Los tres se giraron para observar a la chica. Ella llevaba en la espalda su Katana y en la mano la Katana de su hermano mayor, la cual, ahora le pertenecía a Lee Baek, este asintió. Era una pena, tal parecía que no tendría la oportunidad de despedirse de su hijo, se volvió de nuevo mirando así a la pareja.

-Lo cuidaré hasta que regreses.

Él asintió brevemente porque sabía que podría no regresar.

-Yo guardaré lo que me dio hasta su regreso. Podrá decírselo a la cara y no a través del papel.

-Agradezco que lo cuiden.

Lee Baek se acercó de nuevo a los chicos e inclinó su cuerpo en agradecimiento. Minho miró irritado hacia cualquier punto cercano y Jisung dio un breve paso para ayudar al hombre mayor a erguirse.

-No es necesario... no es necesario -dijo una y otra vez.

Ángela desde su posición observó en silencio, asintió despidiéndose así de los dos chicos y giró para volver hasta donde estaba su gente. En la parte lateral de la gran Mansión se encontraban al menos 20 camionetas tipo Van esperando por los matones, con ellos se encontraba Changbin quien hablaba con algunos de los hombres tratando de entender todo acerca de su plan. La líder de la familia Yang y Baek llegaron hasta él.

-Es hora de que regreses con los otros -ordenó la pelirroja.

-¿Están seguros que Seungmin no estará ahí?

-Como te dije anteriormente. Su padre ordenó a sus hombres que no lo dejasen salir de su residencia. Descuida, vuelve con ellos -El alfa asintió preocupado. Minnie era parecido a un ratón capaz de escabullirse por cualquier orificio en la pared.

-¿Listo hermano?

-Tengo toda una vida listo para esto.

Ángela sonrió y besó ambas mejillas. Lo llevó hasta la parte posterior donde una GSX Suzuki los esperaba. Ángela cedió un casco y ella se puso el otro.

-¿Dónde está el detonador?

Baek se lo mostró. Este no era más grande que una barra de labial color negro. Ella le ayudó a ponerse la pequeña mochila repleta de dinamita. Estaban listos para la acción, está noche pasaría a la historia. Los dos se subieron a la moto de pista y partieron, unos minutos después le siguieron las camionetas.

Con tan solo 5 grados y ciento veinte kilómetros por hora, el viento se siente como un sinfín de pirañas mordisqueando por doquier. A pesar de llevar los cascos bien puestos el viento es tan gelido que Ángela desaceleró un poco buscando confort, estaban a escasas calles del Blue hat cuando se detuvo por completo y levantó la careta de su casco.

-Mi lealtad y mi vida para contigo, hermano.

Lee Baek quien la abrazaba por la cintura hizo lo propio y repitió: