Advertencias!
•smut(nfsw)
•mala ortografía
•lenguaje malsonante
________________________________Ya habían pasado varios meses desde el "incidente" de Quackity y Spreen, Missa sabía que había algo de tensión entre ambos pero no sabía de que.
Y bueno... pues Rubius y Shadoune eran tan ciegos como para notarlo, pues nunca se daban cuenta de las miraditas que se echaban mientras comían, minaban, entrenaban, o pescaban.
Pero Missa no era tan ciego, trataba de comentarle a los dos mayores cuándo tenía la oportunidad, más ambos no entendían una mierda y lo confundían con otra cosa. La única petición de Missa era que no lastimara su madre, por que el la quería mucho, y haría lo que fuera por verla feliz.
Spreen tenía la urgencia de salir de cacería, tomó sus cosas y se acercó a la puerta de la casa, quedándose parado antes de echarle vistazo a un Quackity sentado en el sofá mirando la tele con Missa.
-Ire a minar y de caza, ahora vuelvo.-
Comentó Spreen acercándose dónde estaba Quackity, esté tapándole los ojos a su hijo para después darle un tierno beso en los labios a Spreen.
El mayor se separó del beso sonriendo, se dirigió a la puerta de la casa nuevamente y salió de la casa.
-Jefa... por que besaste a Spreen?-
Preguntó Missa quitando la mano de su madre de su frente. Quackity dio un pequeño saltito al recordar que Missa seguía en la sala.
-Ay mijito... me encule.-
Comentó Quackity mirando al colchón del sofá, Missa dio un suspiro de obviedad pero le dio igual y tomó a su madre de los hombros para guiarlo a un abrazo cómodo.
-Esta bien jefa... usted no se preocupe, pero si le hace algo malo me lo voy a verguiar.-
Habló Missa, sintiendo cómo Quackity hundía sus dedos en su cabello, dándole un masajito placentero, que por supuesto, Missa se derritió en el.
-HAY MIJITOOOOOOO-
Quackity se acurrucó en el pecho de su hijo mientras fingía que lloraba, Missa solo río para abrazarlo por los brazos.
-Ya parece Ama, vamos a hacer la comida.-
Spreen regresó, su cara y manos manchados en sangre, y por supuesto no dirían de que o de quién... se retiró los zapatos, dejándolos en la entrada, y se fue a lavar la cara y las manos.
Se dirigió agotadamente a la habitación que compartía con Quackity, cerrando la puerta detrás de el.
-Día largo?-
Preguntó Quackity acercándose a él, el hibrido de oso azabache sostuvo con una de sus manos la cadera de Quackity, hundiendo su cara en el cuello del menor.
Quackity subió sus brazos al cuello de Spreen, extendiendo sus alas para cubrir a ambos.
El hubrido de oso utilizó su otra mano, poniéndola en la mejilla de Quackity para acariciarla mientras lo guiaba a sus labios.
Se fueron guiando por el suave y a la vez, candente beso, Spreen sentándose en la cama suavemente con Quackity en su regazo mientras se comían la boca.
Bajó sus besos al cuello del hibrido de pato, empezando a morder,besar, y lamer su cuello con lujuria mientras manoseaba el cuerpo del azabache, ambos empezando quitarse la ropa mientras se manoseaban cómo fruta del mercado.
—S-Spreen~. —
Gimoteó Quackity haciendo círculos sobre la polla desnuda de Spreen, simulando embestidas sobre su culo y el falo erecto del mayor.
Spreen tomó las caderas de Quackity, ayudándolo a simular las embestidas de una manera más rápida y profunda, Spreen gruñó de placer.
—Mierda Quackity... hace tanto tiempo que te eh tocado de esta manera~ te quiero para mi... Dios-... te dejaré inválido~. —
Dijo Spreen mientras miraba al menor con sinceridad, este se sonrojó, desviando la mirada con los cachetes ardiendo. Spreen al ver esto frunció el ceño , le iba a dejar en claro a Quackity algo esa noche.
Con una mano tomó la mandíbula del más pequeño,haciendo que lo mirara fijamente.
—Te voy a dejar algo en claro Quackity... vos sos mio, y esta noche voy a recordártelo para todos los días.—
Dijo marcando el abdomen del menor, haciendo que se le escapara un gemido.
—S-Soy todo tuyo Spreen... soy tuyoy solo tuyo.—
Dijo el menor entrecortado, la sonrisa de Spreen haciéndose más grande.
No pudo esperarse más, con dos dedos abrió el culo del menor, y su pene empezó a entrar en el con suavidad.
El menor arqueo la espalda mientras tiraba su cabeza hacía atrás con excitación, Dios... había olvidado lo llenó que Spreen llegaba a ser cuando estaba dentro de el...
—Dios... estás tan apretado~... lo único que saldrá de tu hermosa boquita sera mi nombre.-
Quackity puso sus manos en los hombros de Spreen, rasgando un poco de la piel de el de lentes de sol. Se empezó a mover con suavidad, su culo chocando con los muslos del mayor, haciendo un sonido seco y agudo.
Se siguió dejándose caer, lo hacía de un manera tan exquisitas y deliciosa~.
No supo cuándo, pero lo único que sabía es que Spreen había tomado el control de las estocadas, golpeándolo contra su próstata una y otra vez mientras el rogaba por más, los rasguños, mordidas, y chupetones cubrían sus cuerpos completamente. Y el sonido de sus pieles con los gemidos agudos y ruidosos de Quackity y los gruñidos de Spreen era lo único que se escuchaba en la habitación.
—Sp-Spreen!~ M-me voy a...!!—
Gritó Quackity arañando los hombros de Spreen lo más duro que podía.
—Ya también pato~...—
Spreen agarró con más brutalidad las caderas de Quackity, haciendo que sus nalgas tocaran sus muslos, sabía que se estaba acercando al clímax, por que el también.
Quackity no pudo soportar más y se corrió en el pecho de Spreen, intentó recuperar la respiración, pero era muy difícil por la manera en que Spreen golpeaba su interior. Las embestidas del hibrido de oso se volvieron más desconfiguradas, haciendo que por fin. Spreen se corriera en su interior, su semilla llenándolo por completo.
Ambos suspiraron cansados, a la mierda la limpieza, estaban tan cansados que lo único que pensaban cuerentemente era dormir. Se acostaron en la cama, Spreen haciendo su mejor esfuerzo para agarrar las sabanas, y la cobija para taparles.
Se acurrucó con Quackity, dejando que el menor se pusiera más cómodo en su pecho.
—Te amo... Spreen.—
Dijo Quackity para quedarse profundamente dormido, el azabache lo tomó de la cintura con delicadeza mientras la acariciaba de los moretones antes dejados.
—Yo también te amo... pato.—
Dijo para también caerse dormido profundamente.