22. Propuesta.

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Los últimos días, Roronoa Zoro andaba muy raro y cuando decimos muy raro es MUY raro. Habían llegado a una isla hace no mucho y todas las noches, cuando Sanji y los cachorros se quedaban dormidos el espadachín salía del barco a hacer quien sabe que. Esto se le hacía muy raro y a la hora de querer seguirlo no podía hacerlo. Primero porque no podía dejar a los pequeños solos y segundo porque sería inútil seguirlo era una alga estúpida que se perdía en un camino recto.

Al querer preguntarle que sucedía inmediatamente evitaba el tema y que se hiciera el desinteresado hacia que el cocinero se enfureciera y que comenzará a desconfiar en el, pero... Siempre se reconciliaban rapidamente cada vez que discutian. Los besos del Marimo en su rostro le hacían cosquillas y las cosas tan lindas que le decía lo enamoraban cada vez mas haciendole imposible seguir enojado con él devolviéndole cada uno de los besos que el peliverde le había dado. 

Aunque... Nuevamente se volvía a repetirse, Zoro salía de noche a aquella ciudad en la cual decidieron quedarse un corto tiempo. El cocinero se levantó de la cama observando al pequeño Sora dormir profundamente y con tranquilidad soltando unos pesados suspiro por el cansancio de jugar todo el dia con su hermano era cubierto por las sábanas en su cuna, luego salió del lugar dirigiéndose a la habitacion de Zinan. Abrió con cuidado la puerta y observó al niño dormir en un posición algo rara sobre su cama cubierto torpemente con las sábanas, sonrió ligeramente y se acercó acomodando a el infante mejor sobre la cama y le cubrió apropiadamente con la sabanas. Tenía un mal dormir y sabía que al poco tiempo volvería a estar en una muy extraña posición o a lo mejor estaria casi fuera de la cama, pero no le importaba. Luego de acomodarlo acaricio su verdoso cabello y besó la coronilla de su frente.

Salió del lugar caminando hacia la proa del barco sintió la fría brisa del mar chocar contra su cuerpo causándole un escalofrío sintiendo su rubio cabello moverse al compás de la brisa. ¿Que tramaba Zoro?. ¿Que le estaba ocultando?. No le gustaban los secretos, no le gustaba que le escondieran cosas y su Alfa, su compañero, Roronoa Zoro estaba haciendo todo eso y no le gustaba. Su Omega y el mismo se sintieron entristecidos al pensar que el espadachín pudiera estar engañandolos con algún otro Omega, bien sea hombre o mujer. Trago saliva y volvió a la habitación y torpemente se cubrió con las sábanas decepcionado gracias a su mente que comenzó a jugar con él haciéndole pensar cosas que podían ser verdad o un vil juego de su mente.

La mañana llegó antes de lo esperado, y si, Sanji había llorado la noche anterior. No quería levantarse pero el escuchar uno de los juguetes de Sora resonar por la habitación llamó su atención, levantó ligeramente su cabeza observando al bebé de pie en al cuna sujetándose de la baranda con el chupete en la boca haciendo sonar el sonajero llamando a su mamá y sonrió al conseguir su objetivo. Sanji se levantó de su lugar y cargó al pequeño entre brazos besando la mejilla de este y se fueron a dar un baño para luego ir a buscar a Zinan para también darle un baño y luego ir a preparar el desayuno para toda la tripulación.

— ¿Donde esta... Espadachín-San?. —Pregunto Robin mientras tomaba un poco de agua.

Ya al decir aquello Zoro apareció por la puerta de la cocina soltando un profundo bostezo. Sanji ni lo observo, tenía que concentrarse en alimentar a Sora. Zinan estaba sentado a la par de Luffy se podría decir que tanto el capitán como el niño comían exactamente igual. Roronoa les saludo a su puro estilo y se acercó a su rubio para así darle un beso pero se llevó una gran sorpresa al ver como este se alejaba de la muestra de afecto levantándose de su lugar para recoger los platos.

— Ussop me ayudaras a lavar los platos. —Anunció el rubio dejando los platos sucios en su lugar.

— Pero... ¿A Zoro no le tocaba ayudarte esta vez?. —Murmuró el chico de larga nariz llevandose un trozo de pan a la boca.

El Hijo del Marimo. || ZᴏSᴀɴ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora