10 | EL CRISTAL

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En una habitación llena de cristales estaba, vestía simplemente de color blanco.

Se acercó a uno de los cristales y se observó, lo primero en lo que se fijó fueron sus ojos, aquel iris que tanto brillaba desapareció, aquella sonrisa que obtenía, dejó de existir. Sus emociones reaccionaban de manera neutra.

Su corazón golpeaba contra el pecho con una intensidad que sentía que poco a poco, el aire desaparecía.

Su mente volvió a repetir lo mucho que se odiaba, y su cuerpo reaccionó por primera vez en mucho tiempo.

Lo primero que hizo fue golpear su puño contra el cristal, haciendo volar trozos más pequeños de cristal al aire. Pero aquella voz le dijo que no estaba satisfecha, así que volvió a golpear, una y otra vez.

Sus nudillos brotaban de sangre y aún así no paraba.

Necesitaba mostrar que se estaba muriendo y para aquello mostró la sangre de sus manos cuando en realidad se estaba muriendo lentamente por dentro.

Su voz seguía sin estar satisfecha, así que sacó la rabia de su jaula y atacó. Comenzó a golpear todos los cristales, sus manos estaban llenas de sangre y su camiseta había también muchas manchas de sangre.

Su respiración perdió el control y ya no podía respirar, tuvo que parar de golpe o se desmayaría, tu objetivo es morir, decía una y otra vez su voz.

Las lágrimas bajaban con prisas, su corazón no dejaba de aumentar los latidos, las gotas de sangre no dejaban de caer y su voz no paraba de chillarle. Ya no podía más

¿Cuándo perdió su libertad?

Su vida era manejada por la ansiedad.

Sus piernas debilitaron, se sentó en una esquina y lloró.

Cuando volvió a recuperarse, se levantó y se observó por última vez.

Mirando su rostro a través de los cristales, volvió a llenarse de rabia y golpeó tan fuerte aquel trozo, que volvió a brotar más sangre.

Necesitaba saborear el dolor, saber de que alguna manera seguía con vida.

Cogió la sudadera roja que había tirado por allí y se lo colocó, se hizo bolita en el suelo y se durmió.

O esa pensaba, ya que su voz seguía torturándole, dándole la tentación de morir.

Pero seguía se aferrando a la vida, sin obedecer a su voz.

Necesitaba motivos para seguir con vida que irse con la muerte.

-GRRO

La luna y sus estrellas Where stories live. Discover now