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Trabajo En Grupo

Narra Kaito

Viernes por la tarde, exactamente las 4 hs. En cualquier momento caerían Aoko y Shinichi para hacer el trabajo de Biología. Estaba nervioso, demasiado nervioso. Después de lo ocurrido con Shinichi quedé sorprendido, su cercanía me dejo en las nubes, su olor es simplemente perfecto. Tocaron el timbre, bajé las escaleras corriendo, cuando llegué a la puerta suspire nervioso. Abrí y ahí se encontraba el ojimiel, con un pantalón claro y su campera de cuero negra. Nos quedamos mirando a los ojos, ninguno decía nada.

-¡Hola, chicos! –Dijo Aoko, gritando. ¿En qué momento apareció? - ¿Qué hacen en la puerta?.- Besó la mejilla de Shinichi y en ese preciso momento sentí envidia- Hola lindo, lindo –canturreó y agarró mis mejillas y me las apretó-

-Aoko – me queje, riendo-

-¿Qué bomboncito mío?- me la quedé mirando raro- ¿Qué? –se miró la ropa- ¿Tengo algo?

- ¿Bomboncito? – Dijo Shinichi, serio-

-Si, ¿no lo es? – agarró mi cara y se la mostró a Shinichi, me ruboricé de pies a cabeza-

-Si lo es – contestó El rubio. Mi cara no podía estar más roja-

- Es mío ¡eh! – le dio un pequeño empujo a Shinichi, él río divertido-

- Eso ya lo veremos – Dijo sonriendo, y entró , es que seguíamos en la puerta.-

- Epa, epa –levantó ambas cejas-

-sí empezamos el trabajo, mejor –cerré la puerta y me senté el sillón-

- ¡Ay! ¿sos vos este?- dijo la colorada agarrando un portarretrato de cuando yo era bebé, asentí con la cabeza- Eras tan tierno. Me encanta tu casa ¿tu mamá dónde está? La quiero saludar. Seguro es genial –lo dijo hablando todo rápido-

- Pará, Nena –la sacudió Shinichi- Me haces doler la cabeza.

-Idiota – murmuró ella-Se defenderme Kaito, me está peleando – hizo puchero, sonreí con ternura. –

- Déjalo Aoko, es un tarado – me tapé la boca horrorizado, - Lo siento – dije rápidamente. Obviamente algo de miedo le seguía dando-

-Que lo siento, ni lo siento. Es un tarado –Dijo Aoko altanera. Shinichi me miraba fijo, me intimidaba demasiado-

-Soy un tarado lindo ¿no? – dijo el ojimiel creído-.

- Y... estas muy bueno –Contestó Aoko sin pudor, yo abrí mis ojos sorprendido-

-Gracias, ya lo sé. –Sonrió arrogante-